jueves, 28 de febrero de 2008

Insomnio

Antes maldecía este insomnio, porque en plena madrugada solía quedarme tumbado, sin saber qué hacer, mientras el resto del continente se acurrucaba contando ovejitas, y yo ahí, con dos ojos inyectados en sangre y el humor más agrio que nunca, imaginando qué sería de mí el resto de la noche y qué ocurriría al día siguiente cuando me cayese rendido en la mesa del jefe.
Y usando mi mirada como una pluma invisible me dedicaba a escribir cosas en el techo, aburridísimo y cansadísimo, pero ¿que podía hacer?. Además, mi cama se convertía en un desierto de sombras, donde las sábanas se volvían ariscas y me raspaban la piel, cómo si les molestara que yo fuera incapaz de dormir. Sudor, cabreo, impaciencia...menudas nochecitas pasaba absorto y acompañado por el silencio. Quizás eso era lo único que me relajaba, ese silencio total que reinaba en mi cuarto, en mi casa, en el edificio y en la calle, supongo que en el continente entero no y como soy muy obsesivo no solía mentirme con esas cosas.
Sí, antes lo maldecía, era la losa que pesaba sobre mis hombros, era el maldito niño que me quitaba el caramelo en mitad del disfrute.
Pero ahora, ahora que estoy aquí no lo maldigo, me encanta.
Porque me gusta despertarme a las 4 de la mañana y no poder conciliar de nuevo el sueño.
¿El motivo? El motivo eres tú. Aquí tendida dándome la espalda e ignorando todos estos pensamientos que estoy amontonando sin sentido, ¡cómo si a alguien le importara lo que estoy pensando! ¡Cómo si alguien pudiese llegar a saberlo...!
Dormitas cansada y rompes mi adorado silencio con tu respiración, pero no me molesta, es más me gusta, quiero escucharte, me gusta oír como el aire entra por tu nariz inundándote entera, y pensar que esa corriente pasa al lado, durante décimas de segundo, de tu corazón.
Ése que quizás yo haya conquistado.
Y escuchar de nuevo cómo lo expulsas, rítmicamente, como una melodía circadiana.
Me gusta no poder dormir si estoy a tu lado, porque podría pasarme noches enteras observándote (ya lo hago). Porque si me canso voy al salón y miro algún álbum de fotos, sin que te enteres porque no te gusta nada, y espero a que sean las 10 para hacerte el desayuno y llevártelo a la cama.
Porque me gusta sentarme de nuevo y ver cómo te enderezas con pasividad, retirando tu pelo de la cara y que me mires risueña y totalmente dormida.
Porque me encanta que te sorprendas al encontrar el desayuno sobre la colcha, que me sonrías y de repente digas "Cariño...gracias, ¿no me digas que has vuelto a tener insomnio? ¿Por qué no me has despertado? Estarás muy cansado, ¿quieres un zumo?"
Porque me gusta levantarme, acercarme a ti, besarte la frente y decirte muy bajito,
"He dormido como un lirón".

martes, 26 de febrero de 2008

A sus pies


"Y un cielo de poderío, completamente existente, hace ahora con majestad el eco entero del hombre".

Vicente Aleixandre


Traslúcido, ido, yerto.


Camina ya por los senderos inexorables, quedan aquí cielos cubiertos.


Olvidamos de usted todo lo puro y físico, hendidos y hundidos por su ausencia.


Aunque el reflejo de sus ojos nos desvele la inocencia


de quién no pierde la esperanza aún cuando todos lloran.


Y sus escritos disparan gritos de denuncia,


deleitándonos con el sonido de las campanas


que anuncian la prosperidad para aquellos que abandona.


Y usted, piel marchita que bajo estos muros del tiempo, se ahoga


será escorrentía de sangre adyacente a nuestros huertos,


será tinta de mi pluma, cálida Calíope de mis divagaciones.


Sus ojos cóncavas cuevas que habitarán los insectos,


aunque perdure bajo tierra aquel inocente reflejo.


Y su voz será la luz del candil que me guíe, como viento


hacia esa grandeza que sólo usted acarició desde su trono.


Mientras el aire envuelva mi mente y me traiga de la nada la inspiración,


traslúcido, ido , yerto, se consumirá como recuerdo, recuerdo vivo.


Y yo vivo cómo aprendiz de usted, maestro.


domingo, 24 de febrero de 2008

Enero en la playa


Y tu piel es blanca como esta mañana de enero,
demasiado hermosa como para ir a trabajar.
Y sin pestañear hablamos con el jefe un cuento chino y, como niños, nos volvemos a acostar.
Se supone que debía ser fácil ¿Tienes frío?
Pero a veces lo hago un poco difícil. Perdón.
Suerte que tú ríes y no te enfadas porque eres más lista y menos egoísta que yo.
¿Todavía tienes frío? Bueno, cierra los ojos un minuto que te llevo a un lugar.

Imagina una calita, yo te sirvo una clara. Es verano y luce el sol, es la costa catalana.
Y estamos tranquilos, como anestesiados.
Después del gazpacho, nos quedamos dormidos mirando el Tour de Francia en la típica etapa, donde Lance gana imponiéndose al sprint con un segundo de ventaja en el último suspiro colgándose a sus hombros el maillot amarillo.
De nuevo al chiringuito, un bañito, helado de pistacho y partido al futbolín.
Lanzamos unos frisbis, jugamos a las cartas y acabamos cenando sardinas y ensalada.
Bebemos, dorados.
Hablamos, callados.
La luna, la sal, tus labios mojados.
Me entra la sed y pido una copa y España se queda en cuartos en la Eurocopa.
Pero nos da igual, hoy ganaremos el Mundial.
Subimos a casa, hacemos el amor y sudamos tanto que nos deshidratamos.
El tiempo se para, el aire no corre. Mosquitos volando y grillos cantando y tú a mi lado muriendo de sueño.
Cansada, contenta, me pides un cuento y yo te lo cuento, más bien me lo invento.
Te explico que un niño cruzó el universo montado en un burro con alas de plata buscando una estrella llamada Renata que bailaba salsa con un asteroide llamado Julián Rodríguez de Malta. Malvado, engreído, traidor, forajido.
Conocido bandido en la Vía Láctea por vender estrellas independientes a multinacionales semiespaciales.
Y te duermes…
Al principio, como siempre, dormimos abrazados y cuando ya suspiras me retiro a mi espacio. Me gusta dormir solo a tu lado de la cama, de esta cama ahora repleta de mantas en esta mañana fría, fría, fría, congelada, congelada.


Es una canción de Facto Delafe y Las Flores Azules - Enero en la playa.
Preciosa.
Real.

sábado, 23 de febrero de 2008

Si esto es tradición, arte y marca española...que se pare España, que yo me apeo aquí.


No me importa con quién tenga que discutir, ni que me tachen de cría e ingenua que no conoce la tradición. Me da lo mismo quedarme sola si tengo que gritarlo bien alto, me da igual que por ello me miren mal y no me hablen, porque soy fiel a mis principios.

Desde muy pequeña supe que lo que algunos adultos veían como una bella tradición dónde todo se basa en valor, honor, y espectáculo muy bello, para mí era algo asqueroso, y creo que es la mejor definición que más hiere a aquellos que me tachen de "no saber nada".

Las corridas de toros son asquerosas, aunque al decirlo mi ensayo pierda forma y estilo.

Dicen que el toro muere con honor, señores de verdad, están dándole un atributo humano a un animal, de esa forma me están diciendo que las hormigas también tienen honor, ¿o es que ahora hay diferenciación entre hormigas y toros por sus valores? Claro, del mismo modo las garrapatas tienen sinceridad, algo que jamás he comprobado en los antílopes, fíjate.

Basta ya.

Dicen que es una tradición española que debe respetarse. Yo respeto todo, excepto lo que no cabe en mis principios morales y racionales, por eso levanto la voz si he de discutir.

Y no me vengan a comparar matar a un toro con matar a un caracol para comérnoslo...porque les aseguro que mi rabia tiene un límite. Aún así para los más tontos lo explicaré, la diferencia está en que al toro le clavan banderillas, lo ridiculizan, le clavan una espada y si no muere, le cortan el cuello o lo arrastran por toda la plaza hasta que muera desangrado, al caracol básicamente lo meten en una cacerola y no siente la muerte porque en décimas de segundo fallece sin que su simple "sistema nervioso" (que ni siquiera llega a tener uno formado) pueda sentirlo.

Tradición...¡niña que es una tradición! ¿pues que tradición más horrenda y triste no creen?

Para los incultos, que taurinos e incultos habrá muchos, en el año 1910 los escritores más cosmopolitas e intelectuales de España, entre ellos el ilustre Ortega y Gasset, se avergonzaban porque nosotros, sí, los españolitos, no llegábamos ni a los talones de los europeos, los cuales aborrecían las corridas taurinas mientras nosotros las venerábamos.

Que me tachen de intolerante cuando grito que esto tiene que acabar, porque sólo lo seré con todos aquellos que disfruten viendo a un animal desangrándose en una plaza mientras un hombre se crea importante al tener en sus manos un trapo con el que lo engaña.

El toro no ataca porque tenga honor.

El toro no ataca porque en esa plaza el más animal de los dos es el torero.

Me gustaría cambiar esa tradición y que en vez de toros fuesen leones o rinocerontes, ¡venga valientes! Con lo machotes que son los toreros podrían ponerse delante también ¿no?. Ah, no, que los leones y rinocerontes no tiene honor como los toros, ¡mecachis!

¿O será porque el león tiene más mala leche que el toro? ¡Ay, amigo! ¿Ahora quién es el valiente?

Ya basta, en pleno siglo XXI, que tengamos esto. Y de verdad, no me pongan la excusa de la tradición porque hace siglos también era tradición ver morir a los cristianos en el coliseo y parece que ahora no lo hacemos ¿verdad?.

Que quieren que les diga, mejor admiren a un científico, a un misionero, a un director de cine, a un cantante, miren, a quién ustedes quieran, pero no "beatifiquen" a los toreros que no han hecho nada más importante que asesinar animales.

Si no permitimos que se ahorque a los galgos, que se maltrate a las mascotas domésticas, etc, no permitamos este espectáculo sangriento y tenebroso.

En EEUU hace una semana se retiraron miles de toneladas de carne vacuna del mercado, y no porque estuviese en mal estado, sino porque habían salido a la luz imágenes de la empresa, en las que las reses eran maltratadas y sufrían una muerte agonizante.

¿Cómo es posible que aplaudáis cuando están haciendo sufrir al toro, y os aterren las imágenes de las reses en aquel matadero?

O sois unos insensibles, o realmente más analfabetos de lo que ya me temía.

Ahora elige, ¿en que bando estás? El mío es el de los antitaurinos y no cesaré hasta que las cosas cambien.

Si las corridas de toros son tradición, arte y marca española...

" Que se pare España, que yo me apeo aquí."

jueves, 21 de febrero de 2008

Mi madrina

Te marchaste tan deprisa
que no pude despedirme.
Un último viaje donde guardé tu sonrisa,
porque tu voz no volvió a sonar.

Una caja de recuerdos
donde encerré las caricias
que pude darle a tu mano
antes de verte marchar.

Fuiste a encontrar tu calma,
allí donde los poetas aprenden a versar,
te llevaste contigo un pedazo de mi alma,
hoy mantengo el agujero que dejaste en su lugar.

Sé que desde donde estás velas mis sueños,
donde te regalan la esencia y un par de alas para volar,
allí donde los sabios dicen que existe un cielo,
desde donde me miras y ves el tiempo expirar.

Yo sigo aquí, con los pies sobre el suelo
imaginando tu sonrisa y
esa voz que no volveré a escuchar.
Quedarán las fotos, los vídeos y los recuerdos,
aunque tú te hayas ido, jamás te voy a olvidar.

Fuiste y serás aquella mujer tan valiente que no tenía billete para ese tren, pero la vida te obligó a tomarlo. Aquella mujer que recorrió casi medio mundo, que no se rindió, que estuvo ahí siempre. Aquella mujer con sus gafas, su reloj, su pelo corto, su media sonrisa, su carácter, sus manías...
Aquella hermana, hija, cuñada, amiga, tía y madrina. Mi madrina. Jamás te olvidaré Mª Jose.

lunes, 18 de febrero de 2008

Cuando todos duerman


Cuando todos duerman, pon el oído en tu ventana que escucharás ahí afuera débiles notas
que en el silencio se volverán atronadoras.
Cuando todos duerman, escucha la melodía que sale de la radio de mi coche y traspasa mi ventanilla bajada, los barrotes de tu balcón, la persiana,
los cristales y las cortinas hasta llegar a ti.
Cuando todos duerman, sonríe, porque estoy aquí, velando por ti.
Cuando todos duerman y sólo las farolas queden despiertas, enciende una luz.
Cuando todos duerman y las calles desaparezcan a golpes de martillo y de niebla, márcame el camino para buscarte.
Cuando todos duerman abre la ventana para que el olor a inocencia me lleve a donde estás tú.
Cuando todos duerman acariciaré tu cara, y no te recordaré que
al alba, el sol vendrá a despertarte con su lozana comparsa azul.
Cuando todos duerman, abre tus manos y deja que llene de luciérnagas
ese espacio, para que te iluminen con su luz.

viernes, 15 de febrero de 2008

El final de la humanidad

Extiende sus alas sobre la cúspide de la montaña.
Alargadas ocultan tras sus plumas de nácar, los resquicios de un sol que toma baja por depresión.
En un extremo, brota un hilo de sangre que impacta en las retinas de todos los presentes.
Un hilo que a cada segundo se crece, hasta que el nácar toma un papel secundario en la ímprova figura.
Un graznido desgarrador escapa de su imponente garganta, y todos tapamos nuestros oídos por temor a que nuestros tímpanos estallen.
Después, alzando el cuello sostiene la mirada fija en un punto del horizonte, como si aún desafiase su llegada a la muerte.
Silencio, todos callados observamos la acción. Ansiosos por ver qué ocurrirá, pero temiendo el triste final.
Lentamente pliega sus alas con la misma majestuosidad con la que habían sido abiertas.
Cierra el pico, nos observa, nos acusa con sus ojos de eso que todos ya sabemos y de lo que nos avergonzamos.
Durante un instante, nosotros, estúpidos, creemos al unísono que no ocurrirá.
Pero un crujido sobresalta la paz que se respira.
Lento, lento, lento.
Su cuerpo se desploma sobre la roca desnuda y nadie corre al auxilio porque ya no hay solución.
El último águila cae ante nuestros ojos, el último animal que seguía vivo en nuestro planeta.
Alguien aplaude, otro estúpido, pero cesa al abalanzarse sobre él un anciano de piel oscura.
Comienzan a pegarse y alguien grita "Ya basta"
Y el anciano añade:
"Ya basta. ¿Ahora? ¿Ahora que por fin somos conscientes de que nos hemos cargado el planeta? ¿Ahora basta? Hemos agotado los ríos, y con ellos los peces y pequeños mamíferos. Hemos quemado todos, todos los malditos bosques y selvas y con ellos, recursos, sumideros de dióxido de carbono, grandes mamíferos, reptiles, insectos. Hemos destruido todo, todo a nuestro paso.
Ahora, después de contemplar como moría el animal más regio de todos, sólo nos queda esperar nuestra propia muerte. Y una cosa os digo, si existe el cielo nadie entrará, porque ya están cubiertas las plazas por toda la vida inocente que hemos arrebatado".

Y el final de la humanidad no quedó escrito en ningún libro, ni película, ni radio, porque nadie quedó para poder leerlo.

martes, 12 de febrero de 2008

La otra cara de la cruz

Pido la palabra.
Pero no me la desvistan y maquillen, como ya hicieron con la de otro, como era...si hombre...¡ah! si, la Palabra de Dios.
Seguro que desde alguna parte estará pensando, ¿para qué me dejaron hablar si han ido cambiando todo lo que digo?
Que uno se cansa de levantarse, ¿Qué día es hoy? 8, ¿de qué mes? febrero ¿de qué año? 2008 pero enciendo la radio y lo que escucho me traslada siglos atrás, si hombre, en esa época en la que la Iglesia y el Estado movían conjuntamente los hilos de sus naciones. Y es que la primera ama el poder como ama a su Santo Padre, y la comparación...
Soy un misionero que vive en una pequeña aldea de aquí en Guatemala. Para mí la religión fue la vía para encontrarme a mi mísmo y jamás me arrepentiré de ello. Creo en Dios y en Jesús, porque me enseñaron que el mundo se estropea y hay que arreglarlo, como esas piezas tan maravillosas del reloj que, al llenarse de polvo, a veces encasquillan la maquinaría y hay que abrir y limpiar con cuidado, para que vuelva a funcionar.
Mis manos son las de un hombre viejo.
Mi corazón el de un mozo que tiene esperanza.
Mi alma la de un soñador.
Y mi fe la de un luchador, que no calla aunque se lo manden desde arriba.
Ya basta hombre.
Los pobres se mueren de hambre y en vez de lanzar barras de pan, os dais media vuelta y mientras os las coméis pretendéis que se os otorguen privilegios y poderes por llevar un crucifijo en la mano. Yo hace 40 años que llevo el mío, y jamás sentí tanto dolor al mirarlo, porque me he cansado. Yo también represento a la Iglesia, aquí soy un misionero que sirve y ayuda a las gentes. Allí en España me miran mal, por vuestra culpa.
La verdadera Iglesia se guía por un principio, seguir a Jesús.
Y creo que si Éste se diera la vuelta, sólo nos encontraría a cuatro porque los demás estáis entretenidos comiendo el pan del pueblo.
Ya basta.
Es hora de que la verdadera Iglesia se levante y se enfrente a la que no gusta a nadie.
Para que ésta última regale su riqueza a los pobres.
Para que progrese y se deje de contradiciones absurdas.
Por favor, ¿desde cuando Dios quiere ser representado por reaccionarios, homófogos, machistas e intolerantes?
¿Desde cuando es preferible no usar preservativo y que se contagien a diario cientos de personas de sida?
¿Desde cuando la Iglesia interviene en las elecciones?
¿Cuanto tiempo más vamos a quedarnos callados?
No tengamos miedo, hace mucho tiempo que la Inquisición se hundió en las profundidades, es hora de mostrar la Iglesia verdadera, aquella que progresa, que comprende, que lucha, que ayuda, esa que existe pero que por culpa de cuatro imbéciles no se ve como debería verse.
Los buenos empezamos a cansarnos...y nunca es tarde para una nueva revolución.
Desde un rincón de Guatemala, un servidor de la Iglesia, (pero de la verdadera), firma esta carta de papel para quien quiera leerla y unirse a la lucha.

sábado, 9 de febrero de 2008

"Que el amor es eterno mientras dura..."


Fidelidad es la palabra más bella, y romperla es el peor de los errores.

Sólo hay un motivo que justifique la rotura, sólo uno.

Cuando la vida juntos se vuelve oscura, cuando el amor ya no existe pero uno de los dos no lo acepta.

Entonces, aunque el otro le diga en vano que ya no lo ama, se engaña y no quiere separarse.

Los dos son infelices pero siguen conviviendo juntos aunque sus miradas no expresen nada de ternura. Y si uno vuelve a repetirle que no lo ama, se gritan, lloran, sufren pero no se separan.

O quizás da demasiado miedo decir que no se ama.

O quizás es más cómodo engañarse y decirse a uno mismo, sí, sí lo amo aunque sea mentira.

Todo porque temes a ese giro que daría tu vida y no sabes donde irás o si te llevará a alguna parte.

La culpa es de los dos y no es de nadie.

Como dice Ismael Serrano "El amor es eterno mientras dura"


Hay una canción de Ricardo Arjona que me gusta mucho y dice así:


Canción : "Pingüinos en la cama"


...."Con la dosis justa de cinismo preguntas

¿Qué harías sin mí si ya no vuelves a verme?

Para ser sincero, haría lo mismo

sólo que estando sin ti lo haría sin esconderme"...


No obligues a que alguien te quiera, ni te obligues a ti mísmo a amar a alguien que no quieres sólo porque te da estabilidad, dinero, regalos, fama, cariño, compañía, viajes...

Esos ríos sólo desembocan en la infelicidad y la palabra fidelidad, en esos casos, sin tiene motivos para romperse.

miércoles, 6 de febrero de 2008

La poesía también sirve para abrir los ojos

Gaia se cansa y despierta la batuta,
airosa se agita, impetuosa ordena,
la orquesta entona, embravecida, de todas las composiciones la más bella.
Arpegios perdidos a los pentagramas regresan.
El olvido se hace dulce cuando termina la espera.
Las notas inundan todos los rincones,
late el corazón, se llenan los pulmones,
las notas inundan mi cuerpo navegando por mis venas.
Melodía que al silencio
envía a un exilio perpetuo, con el temblor de las cerdas, los violines merman el sueño
de quienes siempre despiertan cuando menos lo esperaban,
los castillos de arena no se derrumban si se construyen con arena mojada.
Vuela la mente hacia el futuro e imagina momentos que
desde lo más profundo, acarician recuerdos,
desintoxican el cuerpo,
hoy los pobres gritan al mundo,
"usted que es tan rico acérquese,
acérquese usted, que no muerdo"
Y me creo por un momento que esto es cierto, mientras el aire que respiro, por un segundo, no es negro.
Señor Ortega (y Gasset), discúlpeme al llevarle la contraria,
pero pienso que los poemas tienen la tarea de repudiar la realidad y de cambiarla,
si nos limitamos a escribirle al desamor y no a la desgracia
(ajena)
aquí, representando a la humanidad, me niego
porque no quiero morirme de pena.
La deshumanización del arte, la peor de las acciones
no quiero hacer un poema para 4 lectores,
lo hago para aquellos que son ciegos o son mudos,
y si escuchan estas palabras es porque alguien las lee
y señores, ahí está la esperanza del mundo.

domingo, 3 de febrero de 2008

Cosquilleo...mariposas

Estás ahí.
Jamás habías llamado mi atención.

Cosquilleo...mariposas.
Personaje idealizado que inventé cuando la realidad me negó la felicidad.

Y has venido a mi mente como imagen, descubriendo en un segundo que existes.

Existes.

Y estás acariciendo mi interior, haciendo sonar esa melodía que sólo he escuchado repicar dos veces en mi vida.

Canto de ángeles que anuncia algo que no esperaba, tampoco ansiaba, quizás necesitaba pero no desesperaba.

Y no puedo sentir tu ausencia, y no siempre ocupas mis pensamientos, pero sé que eres tú y si me preguntan por qué lo sé, no obtendrán ninguna respuesta. Si lo supiese la magia de la vida perdería su perfume como lo hacen los pétalos al marchitar.
No te conozco de nada. Desconozco todo de ti. Y te visto con atributos que me invento, para darte forma, para dar luz a un camino que me acerque a ti.
Sólo dame tiempo para creérmelo. Para darme cuenta de que después de tanto tiempo puede que haya vuelto a enamorarme.
Para mirarme al espejo y que de repente vengas a mi mente, y sonriendo me de cuenta de que al sufrir un desengaño no cierras la puerta a volver a ser feliz.

sábado, 2 de febrero de 2008

Brilla


La noche se cernía por doquier y cubría de oscuridad, acariciando con las palmas de sus manos, cada lugar por donde pasaba. El mar comenzaba a tocar una dulce sinfonía de salitre y brisa marina, mientras las olas más jóvenes se acercaban con valentía a la orilla, queriendo curiosear en este mundo humano, pero las olas más viejas las atrapaban desde el fondo, reprimiendo su inconsciencia, y éstas regresaban mar adentro dejando una estela mojada en la arena.

Y es que las olas sólo querían verla.

Allí estaba.

En medio de la inmensa oscuridad su piel desprendía más fulgor que todas aquellas velas, las cuales, con sumo cuidado, habían sido semienterradas para que el viento no pudiese apagarlas.

El vestido blanco bailaba con el aire en cada movimiento, dejando entrever la figura de su cuerpo, sus caderas, sus piernas girando alrededor de las velas, sus brazos extendidos, todo orquestado por una sonrisa tan blanca y reluciente, que hasta la propia luna dejaba a un lado su vanidad y su corona de Reina de la Noche, para postrarse ante ella en señal de admiración y reconocimiento de su impactante presencia.

No tenía belleza ninguna.

No poseía un agradable olor a jazmín y bergamota mezclados con esencia de lima.

No gozaba de gran inteligencia ni de una increible capacidad comunicativa.

Tampoco sabía robar el corazón con una mirada, ni tenía el don de amar más allá de las caricias y el deseo.

Ella no era la mejor en algo, sólo era ella.

Una mujer que desconocía el significado de libertad, pero sin saberlo disfrutaba día a día de ser libre. Una joven que no soñaba con estudiar o formar una familia, simplemente soñaba con poder seguir yendo cada noche a la playa y disfrutar de la simple existencia.

No temía al futuro, pues pensaba que ella no había nacido para ser algo, sino para ser ella misma, y no necesitaba dinero ni joyas, pues la felicidad residía en disfrutar de lo importante y ello no estaba lejos, sólo había que buscarlo en la naturaleza.

No deseaba encontrar el verdadero amor, porque su corazón no tenía un hueco, ya estaba lleno, ya estaba enamorada, enamorada del sol, del océano, de la lluvia, de las personas, de la bahía, del arrecife, de si misma, de vivir...

Allí, de noche, su cabeza no se preguntaba por nada del mundo, ni por nada de Dios, ni por nada injusto, ni por nada bueno. Sólo bailaba, al compás del mar, creyendo que su destino era estar ahí, sin ningún motivo ajeno y sonreír.

El fulgor de su piel lo desprendía su propio cuerpo, no era ningún reflejo de luz, pues la seguridad y el respeto por si misma la convertían en el ser más admirable y precioso de todo el universo.

Por eso las olas, sorprendidas de que un ser humano pudiese alumbrar de esa manera, llegaban hasta la orilla para presenciar el magnífico espectáculo.



No tengas miedo a tu futuro, no llegues a casa entristecido por la monotonía, no te dejes vencer por el agobio, el estrés, los sueños rotos, la meta inalcanzable, la envidia o el dolor.

Levántate y lucha, porque siempre hay algo bueno que brilla en algún lugar, no seas cobarde y lánzate a buscarlo.

Sabes que tu piel puede brillar, no dejes que tus miedos apaguen tu luz.

Brilla.