miércoles, 31 de diciembre de 2008

Feliz Año

Es como cuando vas caminando por un sendero cualquiera y, de repente, uno de los capullos de ese árbol que estabas observando se abre ligeramente, milímetros y tú has sido el único espectador afortunado que estaba ahí.
Es como cuando te quedas como absorto mirando a la dependienta que te está envolviendo un regalo, más que a ella, a sus manos, porque te hipnotiza con su forma de colocarlo, doblar el papel, pegar el celo, cortarlo...
Como cuando huele a churros y sin saber porqué sientes que estás en una feria llena de gente y de atracciones.

Bueno, había olvidado decir a qué vienen estas respuestas, es que ha venido un niño de Marte y me ha preguntado por qué nos emocionamos al empezar un año nuevo.

Y he pensado que la mejor respuesta era definir lo que te hace sentir la propia vida cada instante, para así poder decirle que el hecho de que algún dios que vive por arriba nos entregue un calendario recién salido del horno, es para nosotros un cúmulo de sensaciones que estallan cada milisegundo.

Estrenar otro año es pensar que tenemos 365 nuevos días, que podemos proponernos mejorar ya que tenemos una fecha significativa. Un nuevo año te invita a aprender de los errores, te empuja a cambiar aquello que no te sirvió para ser feliz, te anima a no rendirte, te dice que quizás alguno de estos 365 días, se cumpla tu sueño te convertirte en superman o en superwoman.

El niño de Marte me ha preguntado por qué lo celebramos por todo lo alto, si luego se nos olvida seguir disfrutándolo mientras lo usamos.
Le he dicho que el defecto del ser humano es olvidar que puede ser feliz si se lo propone.
Le he contado que necesitamos ayuda constante para cuidar nuestra felicidad.
Me ha dicho que tenía prisa, que ellos el año nuevo lo celebran devolviendo a la Tierra todos los globos que durante el año anterior se les fueron escapando a los niños humanos.
Se ha ido guiñándome un ojo.

Feliz Año a todos.

martes, 30 de diciembre de 2008

NO HUNGER

Es muy importante, por favor, sólo meteros en el link.
Yo he firmado. Yo quiero luchar junto a Al Gore.

¿Luchas con nosotros? NO HUNGER

http://www.pideseloaalgore.org/index_es.php#/pideselo

martes, 23 de diciembre de 2008

Hasta Pronto [*]


Me voy a un lugar donde hace más frío, donde a veces nieva, más arriba, más cerca del Polo Norte, más lejos del sur, de los desiertos.
Donde la nariz se te congela al salir a la calle, pero no importa, porque todo lo que te rodea es música, es luz (por mucho que contamine) y es alegría escondida.
Me voy a la ciudad de la cultura, las cigüeñas, las piedras y las historias.
Pero volveré.
Sonreíd...que vuestras sonrisas iluminan mejor que 1.000.000 de bombillas de colores.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Todos podemos ser Anfélixas


Un día Anfélixas se despertó de repente, todavía no eran ni las 7 de la mañana. Había tenido un sueño muy diferente a los usuales, tanto era así, que sin mediar palabra con las ardillas que dormían sobre el lecho, pegó un salto y corrió a llenar de ropa una maleta.

Después metió en zurrones toda la fruta que encontró y también nueces, almendras, castañas y pasas. Sabía que no hacía falta llevar agua encima.

Antes de que las gentes de la pequeña masía despertaran, Anfélixas salió en silencio, avanzando cauteloso entre la hierba, con su gorro de lana metido hasta las narinas, al que, minutos antes, le había recortado dos trozos para convertirlo en una especie de pasamontañas.

Su barba blanca le servía de bufanda y las dos manoplas de cocina, como guantes.

Cuando llegó al final del claro, donde ya empezaba a extenderse el bosque se giró con lágrimas en los ojos, para despedirse. Y sus ardillas, todavía adormiladas sobre el lecho, se preguntaron unas a otras si realmente aquel viejo de 99 años lo conseguiría.


Mientras caminaba recordaba el instante en el que aquel joven de bata blanca le decía, muy apenado, que Anfélixas padecía una enfermedad incurable. En ese momento, sólo pudo ser consciente de que le estaban dando un margen de vida, como si alguien acabase de encender un reloj que funcionaba hacia atrás. "Vivirás un año, Anfélixas, no podemos hacer nada por ayudarte"

Quizás fue la suerte, el Espíritu Santo o la propia personalidad que había forjado durante toda su vida, pero está claro que algo había en él que le obligó a no rendirse.

Aquel año de vida se extendió a dos y a tres y a cuatro...así hasta 79 años.

Pues aquel muchacho de 20 años decidió, como propósito, mantenerse vivo costase lo que costase.

Y emigró a las montañas dejando los medicamentos en la ciudad. Se transplantó árboles y flores en cada órgano de su cuerpo, bebió leche recién ordeñada y cambió la sesiones en el hospital por largos paseos junto al lago, por el tacto de una piedra fría, por aprender a hablar con la niebla y cada animal que atreviese a no temer al ser humano.

Y así vivió 79 años, levantándose cada día pensando que podría ser el último.

Encontró el amor y lo vivió con intensidad, recordándole a su amada, cada mañana y cada noche, que ella era su propia vida.

Pero aquella mañana, cuando le asaltó un sueño diferente a los demás, Anfélixas descubrió que durante esos 79 años se había equivocado, pues sí, había vivido, habia vencido al destino, pero le faltaba algo.

Mientras caminaba entre los árboles sentía una ola de protección, sabía que todos ellos le animaban a continuar.

Su primera parada, después de meses de fatigas y mucho sueño, fue el Polo Norte y una vez allí comenzó a rellenar todos los agujeros que se estaban produciendo por la subida de la temperatura, echaba agua y esperaba a que se congelase. Poquito a poquito los icebergs volvieron a crecer y Anfélixas continuó su camino.

Después llegó a la Selva tropical y allí repobló con cientos de semillas distintas todos los árboles y pequeñas plantas que otros habían talado.

Y poco a poco los animales volvieron a su hogar.

Más tarde, siguió caminando hasta visitar todos los grandes océanos y los recorrió uno a uno, limpiando la basura que los cubría.

Cuando Anfélixas regresó a casa, todo el mundo le preguntó que dónde había estado.

Él sólo respondió que había ido a terminar de curarse.


Una semana después fue su cumpleaños.

Cuando su mujer, sus hijos, sus nietos y bisnietos se acercaron a felicitarle, él sólo pudo sonreír y sujetando con su mano una pluma escribió "Llevadme al bosque"

Entre todos le llevaron, las mujeres lanzaban flores, los hombres tocaban flautas y gaitas y los jóvenes entonaban sus cantos.

Cuando llegaron al comienzo del claro le dejaron sobre el suelo.

Anfélixas dio las gracias y se quedó allí, para siempre.


Pues la Tierra, en un momento de gratitud, le había entregado el mejor de los regalos,

formar parte de ella.


Si algún día pasas por aquella masía, verás a los niños jugar entre las raíces de una gran secuoya, si les preguntas que árbol es, te responderán que no es un árbol.




miércoles, 17 de diciembre de 2008

Vida

Lo siento, si a veces pago mi malestar con quienes menos lo merecen y son las personas que están conmigo a pesar de que no sea nada amable.

A veces me olvido de la vida. Y luego la encuentro de repente, arrinconada en el bolsillo de la mochila, junto al abono y debajo del estuche.

Y le pido disculpas, por olvidarme de que somos personas y aunque sepa que, al fin y al cabo, somos moléculas, no puedo olvidar que más allá de los porqués y de las causas, hay almas.

Y me da igual que me llamen ingenua o que me digan que pongo mi ignorancia en un altar y lo llamo dios, no es cierto.

Sólo quiero seguir creyendo que ser persona es ser algo más. Es ser sueños, emociones, ser ética, ser derecho y complicidad, amigo y compasión, tolerancia e inocencia.

No soy ignorante por creer en las fantasías y en que algún día podremos volar.

Simplemente me niego a vivir pensando que la vida sólo son vueltas de reloj.

Me gusta saberlo todo sobre el ser humano, porque me encanta entender y conocer.

Pero a veces es demasiado real, saber que el corazón late por esto y por esto, saber que tus neuronas funcionan así y que gracias a ellas y a tus hormonas y a toda la electricidad que tienes, puedes amar.

Echo de menos creer en que se ama por razones del destino.

Y no por feromonas.

Quisiera ser ignorante, porque dicen que vives más feliz.

Pero yo no quiero "vivir de paso", quiero sentir las pisadas que doy y poder ver las pisadas que dejo.

Por eso estoy aquí.

Por eso hoy se me empañaban los ojos mientras veía un vídeo en Citología sobre la actividad celular. No sé si sería la música o lo maravilloso que es nuestro organismo, pero es realmente grandioso ver que algo tan insignificante y diminuto sea la causa de que yo esté escribiendo y tú leyendo ahora mismo.

Por eso hoy, mientras escuchaba hablar a un anciano de 65 años, sentía verdadera admiración.

Y no porque fuese catedrático en Anatomía e Histología de una universidad en Alemania y se emocionase mientras nos daba un seminario, que también, sino porque le miraba y veía en él todo lo que había recorrido en su vida, podía ver sus amores y desamores, sus ganas de investigar, sus conocimientos, sus hobbies...

No perdamos las ganas de luchar, de vivir enteramente por y para los demás, querer encontrar el amor del mismo modo que encontrar una cura contra el HIV.

Ser por y para los demás, que, al final y al cabo, es ser por y para ti porque sin los demás dejas de ser alguien.

Eso es...seremos básicamente carbono e hidrógeno...

Pero si dios, la naturaleza, el destino, la materia/antimateria o quien fuese...decidió que fuéramos algo más, seámoslo, no perdamos la oportunidad.

viernes, 12 de diciembre de 2008

El enanito del metro

Dicen que vive en una botella y que por las noches pone un tapón de corcho para que no le entre el frío.
Lleva de bufanda una hebra de lana y se tapa la nariz para no coger catarro.
Usa de zapatos dos tuercas de pendiente, pero suele ir más descalzo, dicen que así corre mejor entre la gente.
Como siempre estaba solo, se hizo amigo de las pelusas y de los chicles pegados en las aceras.
Dicen que siempre les invita a cenar a casa, pero que unos se marchan en cuanto sopla el viento y los demás se quedan callados y nunca quieren cambiar de aires.
Su mascota es una polilla que va con el a todas partes y cuando llueve se esconde, tendrá miedo a los truenos.
Su pasatiempo preferido es observar a los viandantes, pues le gustaría tener, como ellos, unos metros más.
Para ver el sol más de cerca, para oler el aire caliente de las pizzerías, para tener amigos con ojos debajo de la frente, para sentir cómo se escapa la vida entre trenes, móviles, copas y camas vacías.
No le gustan las cabinas telefónicas, se quedó encerrado en una.
Su peor pesadilla, son los fregaderos.
Y el sueño de su vida, cambiar la botella por las manos de una mujer.
Porque sabe, de oídas, que es el lugar más cálido, reconfortante y placentero del mundo.
Le gustaría perderse entre los dedos y tirarse dos horas decidiendo en que lugar de la palma quiere dormir.
De momento dibuja espirales en el cristal cuando fuera hace mucho frío y se pregunta qué sucedería si de repente el planeta girase al revés.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

No hace falta título


Mira que tengo que estudiar y pasar mi tiempo entre "tappers", células, huesos y sillas de biblioteca, pero no puedo evitarlo, ¡siempre tengo tiempo para pensar un poco en ti!


Como dice Jarabe de Palo, quizás sea porque es una de las etapas más nueva, divertida, emocionante, sacrificada, dura e inolvidable de mi vida, pero si algo tengo claro es que es mejor, mucho más, mucho mejor, si lo que me pasa, me pasa contigo.


Tengo un montón de preguntas que hacer, unos cuantos octubres, los mismos que primaveras, un saco de problemas que no pienso resolver, leyes y reglas que algún día aprenderé,

tengo una legión de asignaturas pendientes que cada mes de septiembre vuelvo a suspender,

miles de nuevos paisajes que no me quiero perder y otros tantos lugares que quiero conocer.


Es mejor, si lo que me pasa me pasa contigo. Es mejor, mucho más, mucho mejor, más divertido.


Tengo un montón de arrugas por reír, unas cuantas promesas que cumplir voy a cumplir, cientos de vidas pasadas, no sé cuantas por vivir, pocos buenos amigos y alguno que perdí.

36 grados y medio, debajo de la piel, muchas puertas por abrir, muchas otras que cerré, un cajón lleno de cartas de amor sin remitente, tantas como canciones un día te regalé.


Es mejor, si lo que me pasa me pasa contigo. Es mejor, mucho más, mucho mejor, más divertido.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Pequeña, pequeña, pequeña

Me gusta cuando me dices "pequeña, pequeña, pequeña..." mientras te acercas corriendo a besar mi mejilla, y lo haces despacio, para que lo recuerde. Y no te vas, te quedas ahí pegado a mis manos, olvidando horarios y citas y las luces de navidad.
Me gusta que me cuentes historias que escuché hace años y no decirte que ya me las sé.
Y también conocer las historias nuevas y las que no te inventas.
Me gusta que me preguntes continuamente "¿estás bien?"
Y decirte que no para que me abraces.
No me gustan, me encantan tus ojos.
Porque me dicen la verdad cuando tú no te atreves a decirla, por si hace daño.
Que con el paso de los años sigamos pensando en un futuro de dos.
Que no seamos dos, sino uno más uno.
Me encanta el olor que dejas cuando te vas.
Que seamos amantes y tras un parpadeo seamos niños.
Y cambiemos las caricias por un pulso (aunque nunca gane yo).
Que me susurres muy bajito al oído....y no escuche nada.
Y me enfade y me escape de la cama.
Y cuando ya casi salga de la habitación....se oiga de fondo...junto al jazz de un saxofón...
"pequeña, pequeña, pequeña..."

Si fuera anciana

Si fuese anciana...llevaría esas faldas que llegan por debajo de la rodilla.
Y esos zapatos que siempre son feos, pero eso no importa, son tan cómodos que parecen cojines.
Y me pondría toquilla cuando hiciese frío.
Me gustaría reír como ríen las ancianas, con voz de mujeres que saben mucho de la vida.
Saben hacer todo, todo lo importante.
Si fuera anciana enseñaría mis arrugas con orgullo, porque cada una representa 1000000 de sonrisas, de buenos momentos y de alegrías.
Con mis patas de gallo.
Y mi pelo cano. Suave y blanco que diga cuánto he sufrido y cuánto he llorado.
Pero que también muestre las veces que lo acariciaron con amor.
Quiero ver mis piernas cansadas, de tanto camino recorrido.
Y mis manos surcadas, que digan cuánto escribí.
Y cuánto apreté otras cuando necesité ayuda.
Quiero ser anciana para tener los labios más pequeños. Y al mirarlosreflejados en un espejo, poder contar los besos que me dieron y los que me robaron.
Los que regalé y los que dejé prestados.
Me gustaría ser de esas que se siguen queriendo con el paso de los años.
Que cambiaron la regla por diabetes y el champán con fresas por sobaos.
Que dejaron de buscar el amor, porque lo encontraron.
Y si no lo hicieron no pierden todavía la esperanza.
De esas que van al médico sólo para regalarles una caja de bombones.
Que dicen que todos los bebés que ven son guapos.
Que se sientan en los bancos a ver como los demás no se dan cuenta de que se están perdiendo las pequeñas alegrías de la vida.
Que aún creen que, dando de comer a las palomas, se salvan vidas en el mundo.
Si fuese anciana, sentiría que la vida es maravillosa en todos los sentidos, aunque te juegue malas pasadas.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

No me rendiré



A veces es fácil rendirse...porque los sueños cuestan trabajo.


Esfuerzo, constancia y sacrificar a veces algunas cosas no siempre son los mejores compañeros de viaje.


Por eso no debemos olvidar el final del trayecto, el por qué lo hacemos, el futuro que imaginamos está detrás del sudor de nuestra frente.


Rendirse es fácil, pero ahora que hemos llegado aquí no podemos tirar la toalla.


Sobre todo cuando somos capaces de conseguirlo.


Cuando está en juego ese sueño tan perseguido durante años.



Cuando sabes que aunque fue duro y costoso el camino, al final tuviste su merecida recompensa.







Muchas personas estudian carreras sólo porque creen que serán reconocidos socialmente, pero están muy equivocados. No puedes pasar 10 años de tu vida estudiando algo porque te dará un título, pues lo único que conseguirás es ser un mal profesional. La virtud reside en querer algo de corazón y luchar por ello, no porque a tus padres les haga ilusión, porque ya es tarde para hacer lo que realmente me gusta o porque simplemente eres cobarde.

Las decisiones que tomes se reflejarán en tu vida.

Y nadie te admirará por ser, por ejemplo, médico.

Si no por llegar cada día a tu trabajo con una sonrisa.

martes, 2 de diciembre de 2008

Cosas de dos

Me gustas cuando callas...(decía Neruda)
pero a mí me gusta más cuando susurras en mi oído.

Escucharte al otro lado del teléfono y oirte respirar.

Que me llames para no decirme nada, sólo porque hoy querías oírme hablar.

Y que me escribas algo en papel, porque con un pequeño trazo me conquistas...

Sin que rime, sin que sea bonito, me conformo con que diga

"¿Sabes en qué lugar de tu casa me dejé el jersey?"

Hace tanto tiempo que no cocinaba para seis...

para ti, para mí, para mis emociones, tus bostezos, tu alergia a mi tarta de queso y unas ganas locas de comernos a besos.

Te ofrecería el mundo si fuese mío.

Pero como no puedo, te doy lo que más valoro, la mitad y un poquito más de mi tiempo.

Para perderlo contigo, sólo contigo.

Y lanzar los minutos al mar y verlos sumergirse entre las olas.

Porque si estamos a solas...hay veces que no sé donde empiezan tus manos y acaba mi piel.