viernes, 25 de junio de 2010

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Te he echado de menos, mar.
He pensado en ti, en tu sal,
en tu vaivén suave y eterno.
He vuelto a soñar con tus sirenas
añorando esa paz
que sólo se siente cuando flotas sobre la nada.

Por eso, sólo con saber que volveré a sumergirme
en tus aguas,
para mí, se para el mundo.

Y sentada frente a ti,
recordaré
que curas el alma.





La manifestación más bella de la naturaleza,
el agua de la vida, que mana de la propia tierra y del cielo.
Porque cada vez que lloramos, surcan nuestra piel lágrimas saladas
porque vienen de ti, porque curan
porque tú, mar, eres la fuente que nos sana.

Por eso, vuelvo a ti.

sábado, 19 de junio de 2010

No te rindas

Y cuando más lo necesito apareces, Mario.
Para decirme lo que necesito escuchar,
para leerme tus palabras
y vaciar tu tinta en mis ojos.
Y me invitas a sentarme en el tranvía, contigo.
Para confesarme que alguna vez tú también pasaste miedo,
pero venciste.



No te rindas - Mario Benedetti

No te rindas, aún estás a tiempo

De alcanzar y comenzar de nuevo,

Aceptar tus sombras,

Enterrar tus miedos,

Liberar el lastre,

Retomar el vuelo.


No te rindas que la vida es eso,

Continuar el viaje,

Perseguir tus sueños,

Destrabar el tiempo,

Correr los escombros,

Y destapar el cielo.


No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme,

Aunque el miedo muerda,

Aunque el sol se esconda,

Y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma

Aún hay vida en tus sueños.


Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo

Porque lo has querido y porque te quiero

Porque existe el vino y el amor, es cierto.

Porque no hay heridas que no cure el tiempo.


Abrir las puertas,

Quitar los cerrojos,

Abandonar las murallas que te protegieron,

Vivir la vida y aceptar el reto,

Recuperar la risa,

Ensayar un canto,

Bajar la guardia y extender las manos

Desplegar las alas

E intentar de nuevo,

Celebrar la vida y retomar los cielos.


No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme,

Aunque el miedo muerda,

Aunque el sol se ponga y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma,

Aún hay vida en tus sueños

Porque cada día es un comienzo nuevo,


Porque esta es la hora y el mejor momento.

Porque no estás solo, porque yo te quiero.

lunes, 14 de junio de 2010

La mirada verde entre el público

"Yo tenía 15 años, inmersa en plena adolescencia. Todos los domingos jugaba partidos de la liga de baloncesto de Madrid. No era una chica que llamase la atención, es más, todos los chicos que había conocido se enamoraban antes de mi mejor amiga, todos.
Entonces él fue a vernos jugar. Iba con otros amigos, aquellos que iban por verla a ella. Pero él se fijó en mí. Su mirada verde entre el público me eclipsó, supongo, jugué fatal, pero ya nada de eso siguió teniendo importancia.
Como he dicho, me enamoré con 15 años, pero nunca nos atrevimos a dar ningún paso, asustados por no querer crecer. Él se convirtió en mi mejor amigo y nos queríamos, pero preferíamos la niñez.
Hace cinco años de eso,
y hoy, al igual que ayer o antes de ayer,
cuando viene a buscarme a casa en su coche
me dice siempre "¿sabes? sigo sintiendo el mismo hormigueo que sentía de niño, cuando pienso que voy a verte"
y, hundida en sus palabras, le miro fijamente,
reflejándome en esa mirada verde que un día brilló entre el público."





Aunque fuésemos otros

con diferentes caras, con distintas manos,
con otra voz
y otros sueños.

Aunque yo no fuese yo,
ni tú fueses tú,
ni existiesen nuestras risas
ni nuestros gestos.

Sé que volveríamos a encontrarnos,
en otras circunstancias,
con otros cuerpos.

Y, al mirarnos, sobrarían las palabras.


Podré escribirte y dedicarte cientos y cientos de relatos y poemas.
Podré hablar de cómo te conocí hace cinco años,
de cada instante que hemos vivido
y de los que queremos vivir.
Podré contar que eres la persona más tímida del mundo,
que tienes un corazón gigante,
que me encanta que me corrijas cuando hablo mal
y que no te das cuenta de que tus ojos son el centro de atención en todas partes.
Podré contarles todo,
pero en el momento que tenga que decírtelo a ti
me quedaré muda, como siempre ocurre,
porque sólo tú me dejas sin palabras.


Tú eres la inspiración,
la pluma
y el papel.
Tú eres y serás el premio.

sábado, 12 de junio de 2010

Capítulo nuevo

Cambiar es crecer.
Como la energía que nunca se crea y nunca se destruye, sólo se transforma.
Siempre que cambiamos la nostalgia nos golpea el pecho, intentando disuadirnos, pero cambiar no es olvidar, es continuar algo ya empezado y que necesita renovarse.
Cambiamos la ropa, los juegos, los libros.
Las costumbres.
Pero no tiramos el significado de lo que fueron.
Por eso hoy este rincón también cambia, a riesgo de perder su magia.
Pero todos necesitamos un momento para coger aire y decir "capítulo nuevo".
Después de tres años desde que comencé a escribir este blog nunca le he dedicado una entrada, nunca he hablado de lo imprescindible que es para mí, de lo mucho que me ayuda en mis mejores y peores momentos.
Por eso, cómo él también ha cambiado, ha avanzado, conmigo, le debo algo.
Una nueva vestimenta, otra apariencia, otro color.
Otras formas y fondos que digan quién es hoy la nieta del impresor.
Y siempre gracias a los que me acompañais en esta historia.

miércoles, 9 de junio de 2010

Junio, llueves


Dicen que la lluvia de junio no es agua,
sino el alma de los corales que, evaporándose lentamente durante el estío anterior, cae suave sobre la tierra, como un baile eterno, pero efímero, para curar a la humanidad.

Y así, cuando los seres humanos están a punto de consumirse,
Gaia se compadece, como una madre enamorada de sus hijos,
y les concede una oportunidad más de redención.

Junio no es un mes, es una sonrisa de Gaia.
Por eso el sol está alto, los insectos proliferan y las flores emiten sus fragancias.
Y llueve...para sanarnos.

lunes, 7 de junio de 2010

miércoles, 2 de junio de 2010

La muerta. Pablo Neruda

Si de pronto no existes,
si de pronto no vives,
yo seguiré viviendo.

No me atrevo,
no me atrevo a escribirlo,
si te mueres.

Yo seguiré viviendo.

Porque donde no tiene voz un hombre
allí, mi voz.

Donde los negros sean apaleados,
yo no puedo estar muerto.
Cuando entren en la cárcel mis hermanos
entraré yo con ellos.

Cuando la victoria,
no mi victoria,
sino la gran victoria
llegue,
aunque esté mudo debo hablar:
yo la veré llegar aunque esté ciego.

No, perdóname.
Si tú no vives,
si tú, querida, amor mío,
si tú
te has muerto,
todas las hojas caerán en mi pecho,
lloverá sobre mi alma noche y día,
la nieve quemará mi corazón,
andaré con frío y fuego y muerte y nieve,
mis pies querrán marchar hacia donde tú duermes,
pero
seguiré vivo,
porque tú me quisiste sobre todas las cosas
indomable,
y, amor, tú sabes que soy no sólo un hombre
sino todos los hombres.




Dedicado a mi familia, por enseñarme día a día a pensar como Neruda y sentir y afianzarme en la creencia de que no soy sólo una mujer, soy todas las mujeres
y todos los hombres.
Y sobre todo, porque me han demostrado que el amor existe, en todas sus manifestaciones
y sino es a través de sus ojos y sus manos yo jamás lo habría conocido y encontrado en otras partes.