domingo, 28 de agosto de 2011

Brincar

A Maloa no le gustan las personas interesadas. Dice que su "yo" es demasiado pesado y les cuesta actuar sin dejar de pensar en ellos primero. Lo cargan en su espalda, es una losa de piedra.
Los no interesados tienen un "yo" más pequeño que cabe en cualquier parte, puedes sostenerlo en la mano. El tamaño perfecto, como los libros de bolsillo.
Las personas interesadas escriben tu dirección en un papel y luego se lo comen; después pasan meses y meses sin necesidad de verte, como mucho se asomarán a tu ventana para cotillear cómo te va y si requieren de algo que tú les puedes ofrecer es sencillo: vomitan el papel.
A Maloa le disgusta mucho el olor a vómito.
Por todo eso es mejor no ser interesado, pero no siempre elegimos lo mejor sino lo que es más cómodo.
Por eso Maloa sólo tiene dos pertenencias: su alma y su vida. Ysólo las comparte cuando un "yo" pequeño brinca en una mano que saluda.

lunes, 8 de agosto de 2011

Microrrelatos

Hoy una futura gran periodista me ha preguntado si quiero escribir microrrelatos para/con ella y yo he dicho rápidamente que sí, pero matizando que mi voz eternamente afónica no se atreverá a leerlos en su programa de radio matinal. Ella habrá sonreído, digo habrá porque sólo podía imaginarla al otro lado del teléfono, y después ha dicho: no hay problema, yo los leeré.
Entonces me han temblado las manos al colgar, he tosido el miedo de la garganta, acompañando al resfriado agostino de cada año y he pensado que no sé si lo haré bien o mal.
Ha sido en ese momento cuando ha venido a mi mente, como si lo estuviera viviendo de nuevo, aquel viaje de vuelta a Madrid.
Tú conducías y yo miraba por la ventanilla. Ambos recordábamos lo fantásticos que habían sido esos días en el mar.
Sólo habían pasado horas desde que me levanté de la silla y entregué el último examen del curso, por eso todavía los nervios y la presión de tantos meses no me habían abandonado.
Volvíamos después de llenarnos por dentro y por fuera. Después de tu mano en mi frente y tus pies marcando el camino, dejando las huellas en la arena dónde yo pisaría.
Después de tu risa y tu palabra. Y tantos ratos de ser aún más transparentes entre nosotros.
Volvíamos y yo sintonicé la radio en busca de algún programa, de alguna canción.
Entonces Javier Gallego habló, desde el programa Carne Cruda de radio 3 y tras escucharle me acariciaste la pierna, sin despegar los ojos de la carretera y sin hablar me dijiste, de nuevo "te quiero".
He recordado lo que nos contó, he recordado cómo olía el coche y cuánto me ardían las piernas quemadas por el sol. He vuelto a recordar cómo me dijiste en aquél viaje que yo era capaz de todo, que no dejase que nada pudiese conmigo ni con mis sueños.
Por eso hoy, pensando en los microrrelatos, en mi catarro y mis miedos, he vuelto a encontrarte a ti.
Te quiero Jesús.




La lectura a cuatro manos (Javier Gallego)

http://blog.rtve.es/carnecruda/2011/06/la-lectura-a-cuatro-manos.html

...Como cualquier placer, no descubres lo que te gusta leer hasta que lo compartes, hasta que le lees a otro o dejas que te lea. Ahí descubres además que esa forma de lectura tiene enormes ventajas sobre todo si se practica con la persona cuya presencia te es indispensable. Descubres que puedes tocar al mismo tiempo el papel y la piel de otro, pasar páginas y tu mano por la suya, escuchar y que te escuchen y algunas proezas que desafían la lógica como leer sin abrir los ojos, sostener un libro sin tocarlo, pasar las páginas con la mente o terminarte un libro sin haberlo empezado tú. Como veis es mucho más sorprendente y animado leer un libro a cuatro manos que hacerlo sólo con las dos tuyas. Y une con tanta fuerza como las páginas están unidas entre sí al lomo del libro. Cuando alguien comparte generosamente contigo un rincón tan privado y hace el esfuerzo de leerte y de escucharte a partes iguales, ambos lectores y oyentes quedáis en deuda consentida y deseada el uno con el otro. Por eso no entiendo por qué no lo hacemos más....