lunes, 31 de octubre de 2011

Existes

Existes y todo tiene sentido.
Eres la luz que se cuela los días festivos y me recuerda que son para estudiar; pero no importa, sonrío, las ganas de hacer las cosas bien también llevan tu nombre.
Eres el premio cuando termine, eres el mensaje que dice "ánimo" con cinco letras y el café de las tres que me acompañó un mes entero cuando me jugaba todo a una.
Y fuiste la paz junto al mediterráneo.
Y la visión del futuro con los pies en el norte y las manos sujetando un vaso de sidra.
Eres la persona que me miró a los ojos y se quedó ahí siempre.
La mano en la espada cuando no quiero enfrentarme a algo, el gesto serio cuando no quiero hablar de nada.
Los ojos cerrados junto a los míos, el hombro que recibe llantos y los cura.
Eres lo que buscaba sin cesar.
Y lo que cuido desde que me elegiste.
Existes.
Existes y todo tiene sentido.


martes, 25 de octubre de 2011

Ponerse menos verde

Los recuerdos del pasado no son entes del presente; las decisiones deben tomarse en el hoy, no en el ayer, pues las consecuencias no irán hacia atrás, sino hacia delante;
pero no temas, pequeña Sunniesoop, estaremos a tu lado.

domingo, 23 de octubre de 2011

Paz

Recuerdo el día en que asesinaron a Miguel Ángel Blanco. Jugaba en mi habitación, era verano. Mis padres y mi hermana veían la televisión sin perder detalle. Yo iba y venía, escuchaba fragmentos de lo que decían y observaba la pantalla. Después de tres días dieron la terrible noticia.
Y yo, con siete años, entré en mi habitación, me senté en la alfombra, cerré los ojos y, por primera vez, sentí verdadera impotencia.
Recuerdo que apreté los puños con fuerza y dejé que el sentimiento de odio que me estaba llenando escapara fuera de mí.
Desde entonces sólo quise pintarme las manos de blanco.

Por eso cuando hace varios días, escuchando la radio,comprendí lo que estaba sucediendo, me quedé estupefacta. Después de tanto tiempo me he vuelto demasiado escéptica, pero quería creerlo, deseaba creerlo.
Y me lo estoy creyendo. Tengo miedo de que no sea verdad, tengo miedo de que esta felicidad dure poco tiempo, pero tengo fe en que sea cierto.
Cuando oí a Rubalcaba decir: "...hoy cuando salgamos de aquí no habrá nadie que deba mirar debajo del coche, nunca más..." me lo creí.
Y ahora más que nunca pienso en ese momento en el que con siete años aprendí a odiar, pero también aprendí a defender la libertad.
Hoy defiendo la libertad.
Hoy creo en el fin de ETA.

domingo, 16 de octubre de 2011

Un limón

Rápido, piensa en algo. No importa el qué. Sólo piensa en algo.
...
...
...
Incluso puedes hacer eso de cerrar los ojos para pensarlo mejor o cerrar la puerta o poner boca de reflexión.
...
...
¿Lo tienes?
¿Qué es?
Intenta definirlo. Quizás es fácil, porque has elegido algo como una fruta, un objeto, una foto. Puede que hayas elegido a una persona o a varias o un viaje. Puede ser cualquier cosa. Quizás sea difícil, porque no sabes qué has imaginado.
No importa. Definir, por ejemplo, un limón, que es lo que he pensado yo, también tiene su aquél.
Es una fruta... sí, ¿no? Es amarilla...a veces verde, es ácida, pequeña, cabe en mi mano, puedo lanzarla de una mano a otra, aunque soy torpe y seguramente se me caiga. Si me cae en un ojo me escuece seguro, si me cae en la piel dicen que seca los granitos y hay personas que aliñan la ensalada con limón. Me recuerda al sol, a las tardes de otoño (pero no a las de verano), a las pelotas de tenis.
Un limón significa algo para mí que desconozco. O no significa nada y sólo pensé en él porque pasaba por ahí, por alguna red neuronal.
No importa. Yo elijo sí el limón puede estar marcando mi vida o sólo apareció para desaparecer.
Realmente así, más o menos, es todo. Lo que pasa es que no tenemos suficiente tiempo para darnos cuenta.
Podemos decidir qué nos ayuda, qué nos daña, pero la mayoría de la veces dejamos que sean otros los que decidan por nosotros, porque es más fácil.

Lo complicado es pararse una noche de un sábado de octubre, una mañana de un miércoles de febrero o una tarde de un lunes de julio y decirse a uno mismo que es dueño de su vida y, como tal, decide qué le hiere y qué no. Tú y yo lo hacemos complicado, lo vemos complicado. Pero es fácil.
Tan fácil como definir lo que es un limón.

jueves, 13 de octubre de 2011

Diplopia

Lo ató a la silla. Los gemidos de angustia podían escucharse desde cualquier rincón del edificio. Allí ya no quedaba nadie.
Lentamente cubrió el suelo de folios repletos de frases inconexas, con una caligrafía elegante y, a la vez, aterradora, que no dejaba lugar a dudas sobre cómo era la persona que lo había escrito.
Desde su sitio el joven sólo atinaba a ver la capa blanca que se extendía por doquier, sin orden ni causa, pestañeando bruscamente, dolorido por los múltiples golpes que tenía en ese ojo.
Estaba solo.
El dolor había dejado de existir. Era verdad entonces aquello que dicen de que, cuando alcanzas el máximo umbral y lo superas, ya no hay nada más. Ya se ha sufrido tanto que el propio cuerpo, lanzándose a los brazos de la resignación, decide no aguantar. Desconecta todo, lo deja sin alarmas ni protecciones. Ya nada importa.
Estaba completamente solo y abandonado a su suerte.
Ya no sentía las heridas desangrándose por sus piernas.
Ni la angustia de ver cómo toda su vida había ardido minutos antes junto a sus seres queridos.
El olor a gasolina se impregnaba en su cuerpo y entraba en sus fosas nasales como si desde ese momento se hubiesen convertido en uno solo. Él y el fuego. Él, el mismo y el fuego.

Atado en la silla gritaba descompuesto, después se calmaba y se sorprendía a sí mismo caminando por la estancia cubriendo todo de papeles que meses antes había escrito.
Los cogía con ambas manos, con sus huesudos dedos. Los olía, los lamía y luego los arrojaba con odio al suelo.
Acto seguido se sentaba en la silla y se ataba las manos. Entonces volvía a chillar histérico, con los ojos inyectados y el corazón a punto de salírsele del pecho.
Su captor soltó una carcajada desgarradora. Él mismo río sin parar. Desde fuera dos palomas observaban la escena, ajenas a todo. Un sólo joven. Una sola habitación. No muy lejos ardía una casa familiar.
De repente algo se rompió y se hizo el silencio absoluto.
Semanas más tarde, cuando la policía llegó allí, encontraron dos cuerpos tumbados en el suelo.


Y ese extraño olor a gasolina.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Vizcaíno

Me sabes a mar del norte, a eso me sabes
y al acercarme a ti, a tus ojos lo veo dentro
bravo y libre y eterno.
y al acercarme así, a tu piel, tras dormir sobre tu piel
luego descubro que mis ropas se llenaron de arena.

sábado, 8 de octubre de 2011

October days

Suena un piano de fondo. A veces la vida se condensa y se reduce al tamaño de una uva o se hace inmensa; de  ambas formas se convierte en algo demasiado pequeño o demasiado grande para prestarle toda mi atención.
Eso consigue el piano.
Cierro los ojos y cierro los poros, cierro la boca y la nariz.
No sé matemáticas, no entiendo los ritmos, pero no importa en absoluto. Jamás ha importado.
Ahora la vida está fuera de su espacio, ocupando otro continente que no me concierne, no me asusta ni me responsabiliza.
He olvidado respirar desde hace tiempo, no puedo contarlo, ya no sé contar. Y así escribo mentalmente palabras que no recordaré y que quedan grabadas como notas que mañana sonarán diferentes.
Descanso en un suave aleteo de mariposas soleadas, de puentes de madera que no unen orillas, las separan.
Separan el mundo de la pura abstracción y olvido qué soy, quién soy y para que sirve una gota de vida en mitad de un universo.
Entonces, cuando estoy a punto de perderme para siempre, un sonido envolvente y directo sale de una flauta y me devuelve. Abro los ojos y la piel, abro la boca y la nariz.
Y la uva se hace grande y la inmensidad se reduce y mi atención se posa en cada espacio. El reloj vuelve a su eterna carrera y me acurruco un poco más en la almohada. Sólo un poco.
Es lo más bello de despertarse.

jueves, 6 de octubre de 2011

Steve Jobs



La primera vez que escuché su discurso fue en un seminario de bioquímica del hospital, cuando todavía estaba estaba en primero de carrera.

http://lanietadelimpresor.blogspot.com/2009/02/discurso-steve-jobs.html
http://lanietadelimpresor.blogspot.com/2009/02/discurso-de-steve-jobs.html

Entonces me emocioné al oírle, suele pasarme con facilidad. Se me humedecieron los ojos, me llegó muy dentro aquel momento y luego me dio vergüenza que los demás me vieran así. En casa lo vi más veces, me empapé de su fortaleza (lo intenté) y escribí una entrada en este blog, con el vídeo y el discurso.
Hoy, varios años después, he vuelto a verlo.
Y esta vez he llorado de otra manera, con dolor.
Pero también con más fortaleza que entonces.
No hay nada más que añadir salvo que Steve Jobs es y será un ejemplo de autosuperación y de entereza para todos nosotros.
Esté dónde esté: Stay hungry, stay foolish.