martes, 18 de enero de 2011

Días de letras

Acabo de llegar a casa y, sentada en el borde de la silla, disfruto del olor que se queda impregnado en mis manos después de tocarte el cuello.
Después observo los libros que me diste. Podría decir que no sé cómo descubriste cuánto ansiaba tenerlos, pero sería mentira y no me gustan las historias mágicas de mentira.
Yo te lo dije, es más, yo los elegí.
Y tú sonreías detrás, buscando portadas entre las estanterías, las más llamativas.
- ¿Este?
- No...
Y mientras tanto la gente alrededor levantaba la vista y se quedaba colgada de tus ojos verdes.
Te reíste, mucho, cuando le pregunte al dependiente si tenían el libro "Indignaos" y él respondió "¿Será indignados no?" y yo murmuré ofendida "Indignaos, es imperativo".
Hay días que soy realmente altiva - pensé en ese momento. Y, tras leerme el pensamiento mientras disimulabas hojeando alguna novela policíaca, te partiste de risa.
Lo eres - y besaste mi frente.
Ahora escribo en sus primeras hojas la fecha de hoy. Me gusta porque así cuando los abra dentro de treinta años sabré cuándo, cómo y por qué los tengo. Adoro los libros con historia, con la suya propia y con la mía.
El primero es Mil días en Venecia de Marlena de Blasi. Lo quería porque un día te llevaré allí para enamorarte una y otra vez, a ser posible en carnaval y si logro empezar a ahorrar desde hoy será en el hotel Danieli.
Massimo se ha partido de risa cuando le has contado mis intenciones, por lo que espero que si no consigo ahorrar todo el dinero nos invite a su casa.
Vuelves a reír cuando te digo esto. Me gusta que rías, así me das la vida.

El segundo libro es El nombre del viento de Patrick Rothfuss. Desde que salió a la venta quise tenerlo. He oído que muchos lo llaman el sucesor de J.R.R. Tolkien, pero no quiero creerlo. No me gustan los escritores parecidos, por eso no voy a creerlo.
Dicen que es un libro dónde tú eres el protagonista, porque es lento, como la vida y sólo si vas avanzando sin perder ningún detalle disfrutarás de la trama.

Ahora escribo con los dos libros sobre mi regazo, siento como si desprendieran calor, es algo reconfortante.
Entonces pienso en ti, apareciendo entre los estantes con ellos y recordándome que vas a llegar tarde.
Te quiero.
Y ahora dormiré, acurrucada en mis manos.

1 comentario:

Elpaísdelasmaravillas dijo...

Qué bonito resulta abrir un libro, olerlo, ojearlo, y recordar su historia. Como siempre he dicho, cada libro tiene una. Por eso, adoro los de segunda mano, siempre imagino cómo fueron comprados, por quién y para quién... supongo que me gusta distraerme formando historias en la cabeza.
Seguro que algún día cuando toques de nuevo esas páginas te inundarán de sentimientos maravillosos :)
Un beso