miércoles, 15 de agosto de 2012

Te quiero.
Y si digo algo más...lo estropearé.
Sabes cuánto aprecio la sencillez de una caricia o una mirada de complicidad en mitad del gentío.
Adivinar qué piensas y equivocarme siempre...así soy yo. Pero me mientes, me dices que acierto cuando he fallado y me robas la sonrisa.
Como si no supieras a estas alturas que todas mis sonrisas te pertenecen.
Eres mi vida, Jesús. Ahora y siempre.
Tu mano y la mía entrelazadas, o tu mano en mi hombro o la mía en tu frente. Es así y me encanta.
Es así y moriré por protegerte.

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