lunes, 28 de septiembre de 2009

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Juegan los niños en el parque,
y un joven toma café con amigos.
Alguien piensa que va a llover
y muchos se emocionan al pensar en "Tengo una corazonada. Madrid 2016"
El planeta no deja de girar.
Siguen los manifestantes.
Las sonrisas.
Muchos estarán haciendo el amor,
viendo la televisión.
Poniendo una vacuna.
Tomando una decisión importante,
viendo nevar.
Besando un boleto de lotería.
Mirando debajo de su coche por si hay algo extraño.
Teniendo miedo.
Sintiendo placer.
Durmiendo.
Viajando.
Obervando.

Y él mientras tanto ve como ese tren sin rumbo sigue impertérrito su andadura.
Desde su cama sin dosel,
con los ojos cerrados,
con el corazón lleno de sueños por cumplir
y las venas llenas de sedante para que no sienta dolor ninguno.
El silencio cubre su mente.
Está tranquilo.
Sólo espera que pase lo que el azar, la necesidad, Dios, Gaia, la suerte, el sino decidan.
Satisfecho con lo que deja atrás, en algún resquicio de su maravillosa mente aún piensa
que todavía es demasiado pronto para irse.
El cuarto signo del zodiaco le dio nombre a quién le obligó a luchar por seguir aquí
y fue valiente y no se rindió jamás.
Mientras el mundo sigue imperturbable,
veo salir de todos los rincones millones de números, ecuaciones, símbolos químicos, senos y cosenos, derivadas y molares, para acompañar a quién siempre los amó como a hijos.
Silencio.
Ahí estás, en tu cama sin dosel.
En ese lugar blanco y melancólico.
Rodeado por los que te admiran y quieren.
Siéntete orgulloso Gerardo.
Pase lo que pase, no te irás jamás.

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Escrito por mi hermana Ana:

Hoy vuelvo a sentir ese vacío que nunca quiero volver sentir,
se me vuelve a escapar un trocito de mi.
Siempre te sentí como mío,
como un "tío" cercano,
sentía tus pisadas,
tus tosidos,
tu música de los campanilleros mientras estudiaba...
Cogiste fuerza para poder celebrar mi cumpleaños,
apretabas mi mano,
recordaste...
Siempre seguiré esperando tus tres llamadas al tiembre aunque sé que te encontrarás rodeado de gente que te quiere con una copita de vino y una buena tapita de embutido.
Sé que estás aquí, junto a todos, rodeándome.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Padre Nuestro

Mägo de Oz escribió este salmo de los desheredados.
Lo he escuchado muchas veces, cuando necesito recobrar el sentido y saber por qué estamos aquí.
En los momentos duros hay quiénes rezan, hay quiénes acompañan, quiénes hablan y quiénes sólo escuchan, pero todos están ahí y todos son igual de imprescindibles.
En los momentos duros me pregunto si merece la pena rezar cuando mirando hacia atrás,
no sirvió de nada.
Es entonces cuando alguien me dice, "yo rezaré, tranquila, le diré que estás despistada..."
y me arranca una sonrisa;
es entonces cuando alguien me dice "siempre hemos sacado lo positivo en la vida ¿no? pues hazlo ahora...";
es entonces cuando alguien me dice "...Laura, nunca dejes de creer...yo nunca dejo de hacerlo..".
Y por eso junto las manos y entono este salmo de los desheredados y después
pido de corazón que todo vaya bien.
Sigo pensando que ahí arriba hay algo.
Seas quién seas, seas lo que seas, siempre te dudaré.
Hasta que me des todas las respuestas a lo que no comprendo.
Y aún así, dudando de todo, te agradeceré siempre la buena fortuna.
¿Por qué?
No lo sé, llámalo fe.



Salmo de los desheredados - Mägo de Oz

http://www.youtube.com/watch?v=O3uQjmLP87k&feature=related

Padre Nuestro, de todos nosotros.
De los pobres, de los sin techo.
De los marginados y de los desprotegidos.
De los desheredados y de los dueños de la miseria.
De los que te siguen y de los que, en ti, ya no creemos.
Baja de los cielos, pues aquí está el infierno.
Baja de tu trono, pues aquí hay, guerras,
hambre, injusticias.
No hace falta que seas uno y trino,
con uno sólo que tenga ganas de ayudar, nos bastaría.
¿Cuál es tu reino?
¿El Vaticano, la Banca, la alta política?
Nuestro reino es Nigeria, Etiopía, Colombia, Hiroshima.
El pan nuestro de cada día son las violaciones, la violencia de género, la pederastia,
las dictaduras, el cambio climático.
En la tentación caigo a diario.
No hay mañana en la que no esté tentado de crear a un dios humilde, justo.
Un dios que esté en la tierra, en los valles, los ríos.
Un dios que viva en la lluvia,
que viaje a través del viento y acaricie nuestra alma.
Un dios de los tristes, de los homosexuales, un dios más humano.
Un dios que no castigue, que enseñe.
Un dios que no amenace, que proteja.
Que si me caigo, me levante.
Que si me pierdo, me tienda su mano.
Un dios que si yerro no me culpe.
Que, si dudo, me entienda.
Pues para eso me dotó de inteligencia, para dudar de todo.

Padre Nuestro, de todos nosotros, ¿por qué nos has olvidado?
Padre Nuestro, ciego, sordo y desocupado, ¿por qué nos has abandonado?

martes, 15 de septiembre de 2009

Ana Belén - Peces de ciudad

Cuando estoy algo nerviosa, escucho esta canción y esa voz me hace pensar en la revolución,
en otras décadas, me hace sentir muy mayor y demasiado joven, me hace reflexionar sobre todo lo que soy, lo que fui y lo que me queda por conocer.
La escribió Sabina y también la cantó, pero es ella, Ana, quién consigue hacerme levitar cuando entona las palabras.
Para mí esta canción habla de mí misma, habla de alguien más mayor que yo, de lugares y personas que nunca conocí, de la guerra en Irak, de todo lo que yo quiera imaginar.

La dejo aquí, para que quién quiera olvidarse un poco del mundo, pueda hacerlo también.



http://www.youtube.com/watch?v=Imh0vEnOMXU
Se llamaba Alain Delon

el viajero que quiso enseñarme a besar
en la Gare d´Austerlitz.
Primavera de un amor,
amarillo y fugaz como el sol
del veranillo de San Martín.
Hay quién dice que fui yo
la primera en olvidar,
cuando en un si bemol de Jacques Brel
me perdí "dans le port d´Amsterdam."
En la fatua Nueva York
da más sombra que los limoneros
la Estatua de la Libertad.
Pero en Desolation Row,
las sirenas de los petroleros,
no dejan reír ni volar.
Y en el Coro de Babel,
desafina un español.
No hay más ley que la ley del tesoro
en las minas del rey Salomón.
Desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va ligero de equipaje
sobre un cascarón de nuez
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.
Y cómo huir
cuando no quedan islas para naufragar
al país donde los sabios
se retiran del agravio
de buscar labios
que sacan de quicio.
Mentiras que ganan juicios tan sumarios
que envilecen el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad,
que perdieron las agallas
en un banco de morralla,
que nadan por no llorar.
El dorado era un champú,
la virtud unos brazos en cruz,
el pecado una página web.
En Macondo comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.
Cuando en vuelo regular,
surqué el cielo de Madrid,
me esperaban dos pies en el suelo
que no se acordaban de mí.
Desafiando el oleaje
sin timón ni timonel
por mis sueños va ligero de equipaje
sobre un cascarón de nuez
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.
Y cómo huir
cuando no quedan islas para naufragar
al país donde los sabios
se retiran del agravio
de buscar labios
que sacan de quicio.
Mentiras que ganan juicios tan sumarios
que envilecen el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad,
que perdieron las agallas
en un banco de morralla.

En una playa sin mar.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Chove..


Entra el aire.
Huele, por fin, después de tantísimo tiempo, a mojado.
Anunciando satisfecho que va durmiéndose el verano.
Se cuela agitando la cortina, entre mis pies, sobre el teclado.
Y mi casa huele a lluvia, a agua de montaña, a los prados.
Sí...
Bendito frío cuánto te habíamos echado de menos.

viernes, 11 de septiembre de 2009

La tercera M

Cuando era niña el mundo era más pequeño,
los adultos demasiado altos
y el tiempo no tenía horas, sólo era el tiempo.
Los mayores eran serios, a veces reían
de cosas graciosas y de cosas que yo no entendía.
Entonces ella estaba allí
para ver el mundo que yo veía,
para ponerse de rodillas, a mi altura
para dejar su reloj de persona mayor en la mesilla.
Y hablaba mi lenguaje,
sabía qué decirme, qué preguntarme,
o qué responder cuando yo quería aprender.
Era otra niña, como yo.
Y es ahora, después de muchos años,
cuando al verla desde otra perspectiva
descubro que es así, como es ella, como quiero ser yo.
Quiero ser madura en el mundo de los altos
y una niña en el mundo sin reloj.
Me cantó las canciones más infantiles sólo para hacerme reír,
me enseñó a ver todo con ternura,
las palabras mágicas para ser feliz.
Fui su "salchichita", su "trocito de carne" su "cachito de cielo"
y hasta el día de hoy sigue ahí,
achinando los ojos cuando nos ve llegar y abrazándome
fuertemente cuando nos reencontramos.
Es una mujer valiente,
que ha soportado momentos muy duros en su vida,
pero sigue en pie,
sigue viviendo entre esos dos mundos,
consiguiendo que culaquier niño que hable con ella
se quede prendado de su cariño.
Porque es mágica, es diferente, es especial.
Es mi tía.
Mi tía la que nunca me reñía, por eso cuando, aún hoy, se enfada
me impone más que nadie, porque al no hacerlo nunca
significa que es de verdad...
Mi tía la que sigue pensando en cuentos de disney,
que habla con los muñecos y con las plantas,
que se ríe con risa de niña pequeña,
y corre de un lado para otro.
La que siempre llama,
que se acuerda de todo,
la que se tumba en mi cama
y dice "¿me puedo tumbar en tu cama del cielo?"
la que se enfada y me murmura "me caes mal"
esa bella mujer que vive intensamente cada día.
Ella, que comparte todo lo que tiene
que está profundamente enamorada de un hombre igual de maravilloso que ella
(otro niño, Clouseau)
Ella, mi tía,
Man,
Mariadelos,
la tercera M del trío Navas,
la más pequeña,
la adoptada (como decía el abuelo)
la abogada,
la tía más divertida.
Mi tía.
Nuestra tía.
Nunca te había escrito nada, por eso te debía esta entrada.

No siempre te lo digo, pero siempre lo siento.
Te quiero.
Y te agradezco todo, porque si hay algo bueno en mí tú tienes mucho que ver en ello.
Gracias.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Cualquier viernes de agosto

Tu silbido inconfundible me hizo girar en mitad de la calle.
Según veía que te acercabas mi corazón latía más rápido,
como si fuera la primera vez que me encontrabas.
Entonces, con esa media sonrisa, murmuraste:
"¿Dónde va jovencita?"
Y riéndonos te enseñé la picadura gigante de mosquito que tenía en la frente.
Bueno, no pasa nada, me querrás igual.
Nos comimos el pincho de la una.
Croquetas de pollo sentados en el bordillo de un escaparate.
Hablamos de la gripe A, estornudas y me santigüo.
Lo que tienes que aguantar.
Ríes.
Y me pierdo en esa risa, para siempre.
Había olvidado que eres la única persona que está resfriada los 365 días del año.
Observas mi frente.
Los corticoides del Diproderm hacen su efecto, está menos hinchada.
Aún así se ve a 100 km de distancia...
Llegan las dos, hay que irse a comer, luego vendrán los conciertos, la música y el griterío.
Sí, son las fiestas.
Y mientras nos alejamos me dices "luego hablamos" que significa "más tarde nos vemos" que se traduce a "nos saludaremos con ese abrazo de oso" que más bien quiere decir "te echaré de menos".
Supongo que después de 6 meses te conozco un poquito más.
Y lo mejor, me queda muchísimo todavía por descubrir.
Gracias J.T

miércoles, 2 de septiembre de 2009

3 de septiembre

"Cumpleaños feliz....cumpleaños feliz...te deseamos todos....cumpleaños feliz.."


Porque dicen que somos iguales.
Tanto que nos confunden.
Tanto que olvidan los 6 años de diferencia que nos separan.
(5 y pico...)

Por ser una segunda madre.
Y brillante cocinera (tienes buena maestra).
Por dejarme de herencia los abrigos, pantalones, bolsos y camisetas.
Y, al enfadarte, prohibirme entrar en tu habitación.

Por recordarme siempre que he llegado muy tarde.
Y preguntarme si recojo la mesa cuando sabes que lo haré.
Por decir "qué bueno..." aunque el primer café me salió de pena.
Y recordarme que tengo que apagar el botón de la cafetera
("si no quieres que salgamos ardiendo...")


Por pedirme consejo sobre qué ponerte
y pasarme el juego de la DS que me mata de risa (rythm paradise)
por defenderme siempre que lo he necesitado
Y enloquecer a veces, siendo tú la que me sacas de quicio a mí (suele ser al revés).

Por miles de cosas he de darte las gracias.
Y pedirte perdón por otras mil más.
Pero ambas sabemos que somos así, que así nos queremos.
Que aunque discutamos y peleemos sabemos que nada se romperá.
Espero que tengas un día maravilloso de cumpleaños
y que sean así todos los que vienen detrás.

Porque creo que tengo la mejor hermana del mundo.