domingo, 2 de agosto de 2009

De la mujer para el hombre

Me preguntaste que quiero ser:

Quiero ser
como viento racheado,
seré ráfagas.
Viajando sobre fotones de luz, sobre ondas coloreadas.
Seré águila, seré halcón.
De corazón niquelado.
Y volaré sin destino ni visado, hacia dónde la tormenta me lleve.
No amarraré mi barca al puerto, pues no pienso volver por el mismo lugar,
nunca desandaré lo andando.
Quedará a la deriva en el océano, surcando las aguas de Espronceda.
Y sin cañones ni lunas que rielan perecerá en la pecera
más bella e inmensa inventada jamás.
Seré pirata y doncella en apuros,
para ponerme un parche negro y vestidos de seda.
Para romper la losa de la mujer desvalida
cuyos dedos sólo coserán las heridas del ayer.
Seré todo, no seré nada.
Seré cobarde, me escribirá Séneca.
Por querer y no querer morir.
Alcanzaré lo más alto, sin ayuda de nadie
y mi sudor llenará de rocío los valles que recorrí.
Con estas manos me aferraré a las rocas
y me sobrará tiempo para arropar con ellas
las vidas de mi regazo.
Te llevaré conmigo, si quieres
porque puedo ser el honor, puedo ser valentía
el carbón que pinta el tapiz,
puedo ser quién quiera,
princesa, sabia, diosa o arpía
pero soy diamante en bruto sin ti.

Por la igualdad.

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