miércoles, 4 de agosto de 2010

Los santos inocentes


- Tienes que ver esta película, ésta y "Alguien voló sobre el nido del cuco". Son películas que toda persona tiene que ver por lo menos una vez en la vida.
Y tras decirme esto, mi madre y yo nos sentamos en el sofá, encendiendo el DVD y con un melocotón en la mano para ver "Los santos inocentes".
- Dicen que si hubiese sido producida en Estados Unidos habría ganado muchísimos más premios...
Y yo lo afirmo, porque me ha parecido, dicho vulgarmente, un peliculón.
Había oído hablar del libro, por supuesto, pero de Delibes sólo he leído El camino y Cinco horas con Mario.
Recuerdo cómo me imaginaba la vida en los pueblos de antaño por vivencias propias de mi abuela, contándome que se crió entre marranos y gallinas y que se subía a los árboles para coger la fruta.
Siempre pensaba, "qué antiguos" cuando en los documentales aparecían haciendo el pan en los hornos, desplumando aves, pastoreando y hablando con esa forma y ese acento tan típicos.
Sólo escuchándola a ella puedo verlo, cuando me dice "esto con una mija de pan...".
Hoy, tras ver la película, he entendido muchas cosas.
Me ha mostrado lo dura que era la vida en los pueblos profundos, con los cortijos y los caseríos, llenos de personas analfabetas que eran tratadas como inferiores por sus "señoritos". Lo difícil que era tener una educación o cómo las ambiciones se resumían a "sobrevivir".
Tenía razón mi madre, todos en algún momento de nuestra vida debemos ver esa película, para valorar lo que tenemos ahora y mirar a nuestros mayores con mucho más respeto del que ya debemos tenerles.
Sí, es un peliculón, por las increíbles interpretaciones de Alfredo Landa, Terele Pávez, Francisco Rabal o Juan Diego, entre otros, porque realmente no te deja indiferente.
La recomiendo para que la vea todo el mundo, aunque seguramente llegue tarde para muchos que ya la conocían.

Me quedo (como supongo que muchas personas también) con Azarias, el personaje más intenso de todos y digo intenso porque me ha robado el corazón desde el primer minuto de la película.
Gracias Delibes, por esa historia.
Gracias Mario Camus, por esa película.
Gracias mamá, por verla conmigo.

Y gracias a ti también, "Milana... bonita"

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