miércoles, 15 de diciembre de 2010

La princesa muda

Me ocurre muchas veces, sobre todo en época de exámenes, que antes de dormir me sorprendo recordando aquellos cuentos que solían contarme de pequeña.
Supongo que es una forma de evadirme de este miedo a crecer que nunca perderé.

Ayer volví a verme sentada en la cama, en casa de los abuelos, sumergida en la historia de "La princesa muda" (seguro que tú, MAN, sabes cual es).

Recordé exactamente el cabello pelirrojo de la muchacha y de como la sirvienta la peinaba durante horas.
Entonces ella quiso tener un piojo y la pobre mujer tuvo que quitarle uno a un mendigo y se lo puso en el pelo.
Y ella le cogió tanto cariño que lo cuidó como a un bebé, por lo que el piojo llegó a alcanzar el tamaño de un cochinillo.
Entonces el rey lo mandó matar... (pobre piojo, recuerdo que me dio muchísima pena).

Y con su piel hizo un pandero y dijo que quién adivinase de qué estaba hecho tendría la mano de la princesa (que era tonta y caprichosa, todo hay que decirlo).
Y nadie lo acertaba, claro está.
- ¿De qué está hecho el pandero?
- De piel de cordero, alteza.

Nada... y la otra se reía en la habitación, porque ninguno acertaba.
Entonces llegó un príncipe guapísimo (y muy buena persona, que eso siempre se lo saltan)
y ella, al verle desde el balcón, quiso que él acertara y le gritó:

- ¡Escuche caballero! ¡De piojo es el pandero!
Pero él no lo oyó...y dijo otra cosa.

Pero ¿quién sí lo oyó? Menudo disgusto para la princesa.... pues fue un mendigo muy viejo, que se presentó y dijo
- ¡De piojo es el pandero!
Y ala, ya teníamos boda.

Sí, son días difíciles, días para no perder el tiempo... pero a veces necesito volver allí, a esa casa, a esa cama, con mis cuentos...

http://picasaweb.google.com/ladeossa/LaPrincesaMuda#5183451599085480338

Quién quiera saber su final, ahí lo encontrará.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo también vuelvo amenudo a casa de los abuelos para apagar mis miedos y mi sensación de soledad.
Te quiero.