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Incluso puedes hacer eso de cerrar los ojos para pensarlo mejor o cerrar la puerta o poner boca de reflexión.
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¿Lo tienes?
¿Qué es?
Intenta definirlo. Quizás es fácil, porque has elegido algo como una fruta, un objeto, una foto. Puede que hayas elegido a una persona o a varias o un viaje. Puede ser cualquier cosa. Quizás sea difícil, porque no sabes qué has imaginado.
No importa. Definir, por ejemplo, un limón, que es lo que he pensado yo, también tiene su aquél.
Es una fruta... sí, ¿no? Es amarilla...a veces verde, es ácida, pequeña, cabe en mi mano, puedo lanzarla de una mano a otra, aunque soy torpe y seguramente se me caiga. Si me cae en un ojo me escuece seguro, si me cae en la piel dicen que seca los granitos y hay personas que aliñan la ensalada con limón. Me recuerda al sol, a las tardes de otoño (pero no a las de verano), a las pelotas de tenis.
Un limón significa algo para mí que desconozco. O no significa nada y sólo pensé en él porque pasaba por ahí, por alguna red neuronal.
No importa. Yo elijo sí el limón puede estar marcando mi vida o sólo apareció para desaparecer.
Realmente así, más o menos, es todo. Lo que pasa es que no tenemos suficiente tiempo para darnos cuenta.
Podemos decidir qué nos ayuda, qué nos daña, pero la mayoría de la veces dejamos que sean otros los que decidan por nosotros, porque es más fácil.
Tan fácil como definir lo que es un limón.
1 comentario:
Nada más leer el post, he pensado: Joder! cuánta razón! El ejemplo perfecto para definir tal situación.
Y es que nos cuesta tanto pararnos a pensar cuando es tan facil como definir un limón.
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