lunes, 22 de abril de 2013

Ancianas y gatos


No confundas educación con falsedad - le dijo la anciana al gato.- Prefiero que no me mires, que no me saludes, no me preguntes cómo estoy ni me sonrías con dulzura si realmente yo no te produzco ningún agrado.
Prefiero que no te pasees por aquí fingiendo aprecio, que no vengas a mostrarme tu cariño, o tu compañía.
Porque si luego descubro que te mofas de mis gafas y mis faldones, a mis espaldas riéndote con los otros felinos en el tejado, ten bien claro...que la próxima vez que encuentres el tazón hasta arriba de leche en la ventana, esta vieja desmemoriada quizás sin querer le echó amoníaco.

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