martes, 10 de septiembre de 2013

Septiembre




La vuelta a la rutina es más fácil si, a ratos, puedo...
hundirme en la curva de tu cuello,
colgarme, de nuevo,
de tus brazos.
Y sumergirme.
En esos ojos que ya de tanto mentarlos son de sobra conocidos hasta para quienes jamás te vieron.
Qué suerte tengo, pienso.
Mientras duermes y te veo y nada ocurre salvo tu respiración.
Qué suerte si tras cualquier día duro esta sea la recompensa.
Verte.
La vuelta a la rutina es más fácil cuando voy de tu mano.
Cuando voy en tus brazos...
En tu espalda.

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