miércoles, 2 de junio de 2010

La muerta. Pablo Neruda

Si de pronto no existes,
si de pronto no vives,
yo seguiré viviendo.

No me atrevo,
no me atrevo a escribirlo,
si te mueres.

Yo seguiré viviendo.

Porque donde no tiene voz un hombre
allí, mi voz.

Donde los negros sean apaleados,
yo no puedo estar muerto.
Cuando entren en la cárcel mis hermanos
entraré yo con ellos.

Cuando la victoria,
no mi victoria,
sino la gran victoria
llegue,
aunque esté mudo debo hablar:
yo la veré llegar aunque esté ciego.

No, perdóname.
Si tú no vives,
si tú, querida, amor mío,
si tú
te has muerto,
todas las hojas caerán en mi pecho,
lloverá sobre mi alma noche y día,
la nieve quemará mi corazón,
andaré con frío y fuego y muerte y nieve,
mis pies querrán marchar hacia donde tú duermes,
pero
seguiré vivo,
porque tú me quisiste sobre todas las cosas
indomable,
y, amor, tú sabes que soy no sólo un hombre
sino todos los hombres.




Dedicado a mi familia, por enseñarme día a día a pensar como Neruda y sentir y afianzarme en la creencia de que no soy sólo una mujer, soy todas las mujeres
y todos los hombres.
Y sobre todo, porque me han demostrado que el amor existe, en todas sus manifestaciones
y sino es a través de sus ojos y sus manos yo jamás lo habría conocido y encontrado en otras partes.

No hay comentarios: