sábado, 3 de mayo de 2008

A filosofar...


Quisiera parar el tiempo o poder alargarlo, de tal forma que en un sólo día me diese tiempo a hacer todo lo que nunca hago. Despertarme sin mirar el reloj sólo por un día y saber que antes de que llegue mañana habrán pasado 50 años.

La vida me asusta y me sorprende tanto...

Mirándome al espejo me pregunto quién soy realmente y qué estoy haciendo aquí. A veces pienso que no sirve de nada defender un ideal porque el ser humano es puramente egoísta respecto a sus opiniones y nos engañamos pensando que debatimos cuando sólo buscamos agotar al contrario.

Nos gusta tanto hablar de los demás, de sus vidas y sus problemas que acabamos olvidando los valores más importantes en los que se basa la amistad. Cuando contar un secreto se convierte en algo normal, ya no eres consciente de que realmente estás dándole una puñalada a alguien, o simplemente decir sí y por detrás decir no. Eso es falsedad y nadie puede contradecirlo.

¿Qué son entonces los valores? ¿Palabras abstractas que cambian el grado de importancia según las circustancias?

Perdonar una infidelidad tras otra, ¿qué entiendes tú por amor?

Aguantar a una persona que se ríe de ti pero sale de fiesta contigo, ¿qué entiendes tú por amistad?

A veces quitamos tanta importancia a nuestras acciones que olvidamos la gravedad que tienen y cuando caemos de nuevo en el error olvidamos el sentimiento de culpabilidad, sí, es algo normal reírse de los demás: de esa chica porque está gorda, de ese hombre porque tiene el pelo revuelto, de ese joven porque "tiene pluma", de aquella mujer a la que se le acaban de caer las bolsas de la compra...

¿Dónde hemos dejado nuestra esencia como personas? Qué triste, quizás nunca tuvimos esencia o quizás esa esencia nunca fue buena.

Como decía Kant, no hay que relacionar bien con felicidad, lo único bueno de este mundo es la buena voluntad (entendida como cumplimiento del deber), pero no deber puramente legislativo o puramente moral, simplemente el deber de actuar en concordancia con el bien, el cual no supone alcanzar la felicidad.

En esta sociedad hay personas incultas que no hacen daño a nadie, sólo a si mismos; personas inteligentes que consiguen tener éxito, pero pierden puntos en sus relaciones sociales; gente culta que no entiende nada de la vida, o aquellos que se hacen llamar "cultos" pero llevan sus saberes en un saco de libros al hombro en vez de recogerlos en su cabeza.

Jamás podremos hacer una ciencia que conozca todo sobre el ser humano, pero no por ello perderemos la esperanza de seguir preguntándonos quiénes somos y qué hacemos aquí.

¿Un mundo feliz? Un mundo utópico, quizás si se extinguiera la humanidad Gaia sí sería feliz.


Consejo del día: Empieza mayo, ¿por qué no ser durante 31 días un filósofo más de este planeta?

Es muy sencillo, sólo tienes que cuestionar todo y empezar a preguntarte.

No hay comentarios: