viernes, 12 de diciembre de 2008

El enanito del metro

Dicen que vive en una botella y que por las noches pone un tapón de corcho para que no le entre el frío.
Lleva de bufanda una hebra de lana y se tapa la nariz para no coger catarro.
Usa de zapatos dos tuercas de pendiente, pero suele ir más descalzo, dicen que así corre mejor entre la gente.
Como siempre estaba solo, se hizo amigo de las pelusas y de los chicles pegados en las aceras.
Dicen que siempre les invita a cenar a casa, pero que unos se marchan en cuanto sopla el viento y los demás se quedan callados y nunca quieren cambiar de aires.
Su mascota es una polilla que va con el a todas partes y cuando llueve se esconde, tendrá miedo a los truenos.
Su pasatiempo preferido es observar a los viandantes, pues le gustaría tener, como ellos, unos metros más.
Para ver el sol más de cerca, para oler el aire caliente de las pizzerías, para tener amigos con ojos debajo de la frente, para sentir cómo se escapa la vida entre trenes, móviles, copas y camas vacías.
No le gustan las cabinas telefónicas, se quedó encerrado en una.
Su peor pesadilla, son los fregaderos.
Y el sueño de su vida, cambiar la botella por las manos de una mujer.
Porque sabe, de oídas, que es el lugar más cálido, reconfortante y placentero del mundo.
Le gustaría perderse entre los dedos y tirarse dos horas decidiendo en que lugar de la palma quiere dormir.
De momento dibuja espirales en el cristal cuando fuera hace mucho frío y se pregunta qué sucedería si de repente el planeta girase al revés.

2 comentarios:

Victor Abarca Ramos dijo...

pobre enanito...aunq lo suyo ya es increible!!!!! jugar con los chicles! puag! me gusta la historia, es muy divertida, y el final es genial. qué pasaría si el mundo girase de otra forma?? puff


mañana nos vemos!!XX

Anónimo dijo...

Ayer te perdí, espero poder encontrarte pronto.
No me gusta estar así, aunque de tí dependrá para que dure más o menos tiempo.
No me gusta en lo que te estás convirtiendo, irreflexiva tal vez, ingenua acaso, no admites crítica, consejo. Confundes información con opinión.
En fin, no me apetece escribir, prefiero hechos y cambios por las dos partes.