sábado, 6 de junio de 2009

Esther y Manuel


Ella tiene una de las sonrisas más bellas de toda la ciudad.
Pero ahora la esconde, bosteza, juega con el piercing de su labio, mira el reloj, son las 21:50...
Las montañas de apuntes cubren la mesa, los bolígrafos, los esquemas, algún dibujo fruto del aburrimiento, subrayadores gastados...
Parece mentira que los exámenes estén tan cerca, aún así puede oler la arena del mar a lo lejos.
Pero todo se disuelve en las palabras que lee y memoriza.
La sala de estudios se va vaciando, poco a poco los estudiantes ponen fin a la jornada y regresan a casa, satisfechos, culpables, dormidos, confusos, hambrientos...
Y ella los ve marchar, mientras piensa en las horas que le quedan todavía allí.
Él mientras tanto camina ajeno a los ruidos de la urbe.
Con la mirada perdida en el cielo, silba, y guía a las luciérnagas a sus hogares.
Cuelga de su mano una bolsa de plástico, dentro, dos bocadillos.
Allí arriba alguien da un portazo y aquí abajo un hombre grita: ¡Menudo trueno!
Él sonríe, le gustan las tormentas de primavera.
Al llegar a la biblioteca un guardia detiene su paso.
- Perdona, ¿eres Manuel?
- Sí - responde extrañado.
- Ven
Y ambos hombres caminan en silencio hasta el descansillo de una escalera, dónde alguien ha colocado cuidadosamente un mantel con dos refrescos.
Entonces el guardia le da una palmadita en la espalda y se asoma a la sala de estudios.
Él se sienta en el escalón, sonríe y espera.
Y puntual como siempre, a las 22:00 aparece la sonrisa más bella de toda la ciudad.

Silencio. Dos miradas. Un abrazo. Un cruce de respiraciones.
Amistad.
Y la biblioteca se convierte en un restaurante privado para dos.

- Es la mejor cena que he tomado en mi vida
- Anda exagerada
Y los dos ríen.

Fuera llueve.
El guardia de seguridad se siente cómplice de una aventura.

Y los dos saben que uno junto al otro son capaces de continuar.
Ella piensa en los libros que la esperan dentro, pero no se entristece, porque cuando él está cerca todo parece más fácil, menos raro, una fantasía.
Él piensa que hace mucho, mucho tiempo, que ella le robó la atención cuando le sonrió por primera vez.


(Esta historia no es inventada, es real y por eso se la dedico a sus dos protagonistas, amis dos amigos: a ella para animarla en esta época tan dura y a él para que siga siendo quién es, porque egoístamente, nos alegra la existencia a todos)

1 comentario:

*The Nameless* dijo...

Sabes? me alegro de que todavía haya historias reales de este tipo, y espero que no acaben nunca. Son la chispa de la vida!
Enhorabuena de nuevo por el post, está muy conseguido! Un saludo!