miércoles, 10 de junio de 2009

Filosofando...


Ojalá en este mundo todos fuésemos animales, plantas o niños.
Las únicas criaturas puras del planeta.
De ese modo no habría países, sino un Nunca Jamás gigante, que abarcaría ambos hemisferios.
Los niños nacerían de burbujas de los océanos.
Y los animales de burbujas del aire.


Entonces Jesucristo no tendría que morir para salvar a nadie, porque no haría falta una religión que predicase el amor como valor, sencillamente la moral y la ética no tendrían que escribirse en tablas para ser cumplidas, pues todos y cada uno de los seres del planeta vivirían en paz.
Nadie querría controlar a nadie.
Los niños aprenderían de mamá Gaia.
Y ella mantendría el equilibrio natural, como siempre ha hecho desde aquel azaroso y necesario Big Bang.
No habría políticos, no habría prensa del corazón.
Nada que hiciese ruido de máquinas.
El petróleo seguiría durmiendo en sus bolsas bajo tierra.
Y la capa de ozono sería gordita en todas sus partes.
No existirían los libros, pero sí la poesía.
Porque ésta no nace de las hojas sino de la naturaleza.
Y el aire se llenaría de notas musicales, de las carcajadas de los niños
y las voces de los animales.
Y todas las ciencias seguirían su curso, la física con sus leyes, las matemáticas con su precisión y la química con sus formas.
El ser humano no ha inventado nada, sólo descubre lo que ya existía.
Por eso todo puede existir sin nosotros.
Por eso somos tan prescindibles.
Los niños y animales disfrutarían de una existencia común.
Y llegado el momento de crecer, simplemente, volverían a convertirse en burbujas y a diluirse en su origen.
Girando así en el maravilloso ciclo de la vida.

1 comentario:

Victor Abarca Ramos dijo...

me recuerda muchísimo al Imagine de John lenon "imagine all the people....living for todayyyy, imagine there's no countries, it's easy if you try...and no religions too"

también el hombre ha creado muchas cosas bonitas, sería una pena que no existieran las distintas formas culturales como la fotografía o el cine, incluso la música y la literatura. porque sí, la poesía es bonita, pero también es necesaria una buena historia para que nos sumerjamos en paraísos distintos, en historias de fantasmas o de princesas.

creo que todo es necesario, pero hay que saber equilibrar la balanza, y eso es lo realmente difícil: alcanzar el equilibrio.


por cierto, qué tal van esos exámenes?