domingo, 25 de octubre de 2009

26 de octubre

Hace 20 años una mujer sintió como su vientre se movía, despacio, como si la personita que durante muchos meses había vivido con ella se despertase de su letargo y decidiese conocer el mundo de ahí afuera.
Hace 20 años un bebé de ricitos negros cogía por primera vez el dedo de su papá y este, achinando los ojos con su sonrisa más profunda, era consciente de que le estaba atrapando para siempre.
Hace 20 años naciste tú.
Y contigo nacieron las futuras risas en el tren, los abrazos bajo la lluvia, las noches de lágrimas por palabras muy bellas, las confesiones y los consejos sobre la vida.
Contigo nació la mitad de nuestra amistad, tus ojos pequeños, tu risa diferente.
Desde el momento que te conocí, cuando estoy en un lugar cerrado contigo siempre estás ahí, llamando mi atención, siendo ese hermano que jamás tuve y que me protege y cuida como si hubiese estado a mi lado toda la vida.
Yo no te había conocido hace 20 años, pero tengo la suerte de estar aquí hoy para poder felicitarte cuando los cumples.
Eres la persona más grande que he conocido.
Gracias.

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