lunes, 5 de octubre de 2009

Orgullo....humano

Cuando gritó "¡tolerancia!" todos los viandantes de la plaza detuvieron sus quehaceres.
Posaron sus ojos en él y esperaron atentos.
Minutos antes, mientras escalaba a la fuente calándose hasta las rodillas pensó varias veces que fracasaría,
pero ahí estaba, lo había conseguido, era su momento.
"Quiero igualdad, soy homosexual y no soy distinto de ninguno de vosotros. Quiero que me respetéis por quién soy, mis valores y mi educación, lo que ofrezco como ser humano y hombre, nada más, todo lo que concierne a mi sexualidad se queda dentro de mi corazón y mi cama."
Muchos se quedaron mudos, la mayoría atónitos, otros extrañados y todos fueron retomando sus caminos y actividades como si nada, pero aquel día cambió sus vidas para siempre.

Mucho tiempo después, cuando los niños ya eran padres y los padres abuelos, unos jóvenes se subieron a la fuente, un día parecido, mojándose los vaqueros y las deportivas y gritaron:
eeeeeeeeeeeeh!" y todos los que allí se encontraban se pararon a escucharles.
De repente uno de ellos gritó: "¡Somos homosexuales!"
Y todos los que allí se encontraban respondieron al unísono "¿Y qué?"
Entonces el joven respondió: "¿Cómo que y qué? ¡Homófobos!
Y una mujer que allí se encontraba levantó la voz:

- Sí, decimos ¿y qué?.
¿Por qué?
Porque estamos cansados.
Mi hijo es homosexual, como tú y le amo más que a nada en este mundo, por eso que ni se te pase por la cabeza faltarme al respeto así, acusándome de homófoba.
¿Sabes cuál es la diferencia entre tú y él?
Que él no sale a la calle con una camiseta del arcoiris diciendo a todos "Hola soy gay" porque cómo alguien muy sabio dijo un día subido ahí dónde estás tú
todo lo que concierne a su sexualidad se queda dentro de su corazón y su cama
.
Todo lo que muchos hombres y mujeres han hecho a lo largo de la historia para luchar por su libertad se ve ensuciado por vosotros.
Ellos se ganaron pulso a pulso, día tras día, la tolerancia y los derechos que cómo personas debemos tener.
Y ahora vosotros que tanto gritáis "tolerancia" sois los primeros que os diferenciáis proclamando continuamente vuestra sexualidad.
No, yo soy hetero y no voy gritándolo por la calle, soy hetero y soy libre de serlo, igual que tú.
¿Cómo pedís que se os juzgue como personas, como profesionales, como hombres o mujeres si vuestro sello continuo es una bandera, una feminidad muchas veces forzada, una continua lucha sin enemigos?
A mí no me importa de quién te enamores, por lo tanto, no seas tú quién te pongas la etiqueta de homosexual, tú te diferencias.
Soy mujer y he luchado por mis derechos como tal, porque muchas mujeres sufrieron y murieron por toda la igualdad y respeto que yo disfruto ahora, pero no voy por la calle repitiendo "eh, soy mujer" ni voy a mi trabajo y digo " no me irás a discriminar por ser mujer"
porque si quiero igualdad, tendré que empezar yo por no diferenciarme.


Los jóvenes se quedaron callados. Se quitaron las plumas y las camisetas de arcoiris.
La gente siguió caminando, hablando, comprando. Nadie miró mal, nadie acosó ni insultó.
La tolerancia existía, sí, quizás había minorías que pensaban distinto, allá ellos, libertad de expresión.
Pero todos aprendieron una lección.
Ya basta de tonterías, aquí en este mundo se viene a sonreír y a luchar por y para que todos sonrían y todo lo demás es secundario.


Tenía muchas ganas de escribir esta entrada porque llevo mucho tiempo pensándolo.
No quiero que alguien se confunda al leerlo, no soy homófoba y creo que la sexualidad se basa en el amor hacia una persona, no a un sexo XX o XY.
Pero sí quería decir que estoy cansada.
Cansada de ver a amigos míos que tienen su sexualidad y son muy felices sin tener que estar exhibiéndose a todo el mundo y que ello mismos se avergüencen de aquellos que no tienen otra etiqueta de presentación que no sea "¡Hola, soy gay!". A ver, si eres gay, como si eres hetero, como si eres bisexual, como si eres asexual, como si eres lo que quieras. A mí no me importa eso. No voy a juzgarte por eso. No voy a contratarte por eso. No voy a despedirte por eso.
Quiero conocerte por todo lo que te concierne, excepto por eso. Porque es algo tuyo dónde yo nunca entraré ni podré opinar, igual que tú de mí.
Si yo quiero ser igual, si quiero que a nadie le importe mi orientación sexual, tendré que empezar por quitarme el cartel de la frente que lo diga.
No sé si me explico bien ni tampoco cómo pueda sonar, simplemente estoy cansada de escuchar la palabra "igualdad" en boca de gente que se aparta a sí misma.
Yo creo en las personas, es lo único que puedo añadir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te explicas divinamente y muchos opinamos lo mismo.
MAN