sábado, 12 de diciembre de 2009

Sí a la Educación Sexual

No entiendo qué tiene de malo enseñarle a un adolescente cómo se pone un preservativo.

Hoy he leído una noticia en el periódico que se reparte en mi universidad (ABC)
"Los peligros de la educación sexual a edad temprana"
Comenzar a hablar de Educación Sexual a edades demasiado tempranas, tal como los 11 años, puede desajustar el desarrollo psicoafectivo de la infancia estimulando de modo precoz una curiosidad disarmónica con el desarrollo emocional.
Esta medida puede dar lugar a una mayor precocidad en el inicio de las relaciones sexuales consiguiendo un efecto boomerang sobre los objetivos de salud sexual que se pretenden alcanzar.
Por ello, esta medida, sin respaldo en la literatura científica, se podría considerar contraproducente y nada deseable.

Sacado de http://www.abc.es/20091210/nacional-politica/peligros-educacion-sexual-edad-20091210.html

Bien. Estoy totalmente en desacuerdo con lo que dice Abimad y lo hago desde mi propia experiencia como adolescente que he sido hasta hace menos de un año.

Esta asociación de Bioética de la Comunidad de Madrid alega (según dice este artículo) que si un niño de 11 años aprende a poner un preservativo y cómo funciona el acto sexual va a querer hacer el amor al día siguiente.


Bueno, vamos a ver: no entro en política de ningún tipo ni en educación o sanidad.
Voy a hablar de algo más biológico que ético: el ser humano.
No sé si esos señores y señoras de la asociación habrán estudiado mucho para poder redactar el informe (que seguro que sí), pero han olvidado regresar a su propia adolescencia.

Si mal no recuerdo, yo con 11 años, SÍ, CON 11 AÑOS, me pregunté cómo venían los niños al mundo porque el cuento de la semillita me parecía bastante absurdo.
Tuve la suerte de que en una de mis clases de Conocimiento del Medio de quinto de primaria, mi profesora MªCarmen nos explicó cómo son los aparatos reproductores femenino y masculino en los mamíferos.
Una vez entendido eso, recuerdo aquella clase en la que hablaba de una cosa llamada "menstruación" y más tarde algo conocido como reproducción.
Nos lo explicó de la manera más natural que hay: habló del amor, habló de la vida y, como niños que éramos, no faltaron las risitas al oír "pene", "vagina" o "vulva".
Pero, como dice mi amiga Ana Conde << a los niños hay que enseñarles a decir pene y vagina desde los 3 años, que si no luego les ves con 40 y siguen diciendo "manguerita", "pito", "chochito"...y demás tonterías >>

Yo le doy toda la razón a Ana.



Gracias a que con 11 años me hablaron de algo natural y normal que mi cuerpo iba a experimentar, al año siguiente, con la llegada de la famosa menstruación, el mundo no se me cayó encima.

¿Por qué no puedo tener derecho a que personas adultas e informadas me hablen de procesos que voy a vivir?

Fue con 12 años cuando la propia sociedad nos asaltó a todos con la sexualidad.
Sí, señores y señoras bioéticos, quieran o no, cualquier niño de 12 años va a verse bombardeado con ese tema fuera de las aulas: en películas, en anuncios, en series, en libros, en internet.

Los niños mayores de 15 años les hablarán de sexualidad también, sí, aunque el pequeño de 12 añitos esté jugando tranquilo e inocente con su balón.

¿A qué viene decir que la educación sexual a edad temprana es peligrosa?
¿No será más lógico pensar que es la mejor forma de evitar que lo aprenda en otro lado?

Ese niño nunca va aprender a poner un preservativo.
¿quién va a enseñarle? ¿papá? ¿su primo Jhony? ¿el vecino del cuarto?
¿vídeos educativos impartidos por Rouco Varela?
¿y a la niña de 13 años? ¿acaso ella como mujer no tendrá derecho a conocer su sexualidad?

Asusta ver a tu hijo o hija con un preservativo en la mano, ¡claro que sí!, pero es algo que nadie debe temer, tarde o temprano querrá conocer y está justo en la edad en la que la información no va a hacerle daño.


¿Piensan que si le enseñan hoy, mañana querrá tener relaciones?

Pero...¿han olvidado su propia adolescencia?

Yo por lo menos tuve muchos miedos. No entendía la belleza de tener pechos, no comprendía para qué servía un tampón, los chicos me gustaban, pero era amor idealizado...
¿creen que con toda esa bomba me paré a pensar en algún momento en el sexo?
No.

Todo sigue un orden.
Si los adolescentes tienen información, sabrá actuar y sabrán decir NO.

Con noticias así lo único que enseñamos es que el sexo es malo.

¿Cómo queremos dar una buena educación sexual si somos los primeros que negamos el sexo?

Si tú le das a un niño/a un preservativo y le nombras la palabra: AMOR

no será tan difícil.


Actualmente la edad de inicio en relaciones sexuales ha ido disminuyendo (16,5 años de media);
todo se ve influido por cultura, nivel social...
Por eso qué mejor manera de aunar todos estos aspectos en uno esencial: educación.

Si logramos enseñar en los colegios aquello que en casa cuesta más hablar, ya sea por: no tener tiempo, falta de comunicación, vergüenza, etc., conseguiremos enseñar a los jóvenes aquello que les interesará en un futuro y nadie se parará a explicarles, porque nadie habrá recibido tampoco esa información.

No creo que a un padre le parezca malo que a su hijo le enseñen algo que le ayudará a crecer como persona: nos manifestamos en contra del aborto y a la vez no queremos que a nuestros hijos les hablen de tomar precauciones en el sexo...

Lo argumentaré con un ejemplo:

Imaginemos a un joven y una joven de 15 años que NO HAN RECIBIDO EDUCACIÓN SEXUAL DE NINGÚN TIPO.

- Sabrán qué es el sexo por fuentes no fiables como foros y páginas de internet (muchas de éstas serán de contenido pornográfico dónde el sexo se ve cómo algo puramente placentero sin dar lugar a un sentimiento de respeto y amor)

- No sabrán poner un preservativo. CONSECUENCIA: no se usará preservativo.

- Sólo entenderán el sexo como placer, como acto. No verán la complicidad, la seguridad.

- No sabrán conocerse a sí mismos: harán cosas que no quieran hacer sólo porque creen que la otra parte lo desea; nadie les habrá contado que tienen que disfrutar ellos también, que hay que decir no si no que quiere y que la pareja debe respetarnos y entendernos, al igual que debe hacer uno.

Soy la primera que agradece haber crecido en un mundo fantástico lleno de Reyes Magos, Ratoncitos Pérez, cielos, seres fantásticos, dragones, hadas, etc....etc...
Pero tampoco podemos mostrar a los preadolescentes un mundo que no existe.
El cuento de la semilla está muy bien antes de los 11 años, pero una vez cumplidos es hora de coger de la mano a tu hijo/a y enseñarle poco a poco la realidad.

El sexo es un acto muy bello y natural y nos obsesionamos al verlo como tabú, todo ello viene causado por la sociedad actual en la que vivimos, dónde todo parece ser sucio y superficial.

Seguramente a ese niño/a de 11 le importe poquísimo cómo se pone un preservativo, pero dentro de 4 años se lo preguntará.
Su mente se va formando en un proceso lento, es un desarrollo;
si con 11 años un adulto le enseña,
ese niño/a creerá lo que esa persona mayor le cuenta, igual que cree que una raíz cuadrada se hace así.
Muchos pensarán que vale, que sí, que eduquemos, pero mejor a partir de los 15 años.
Bueno, yo les aviso: muchísimos jóvenes de 15 años ya están manteniendo relaciones sexuales.
Enseñarles con 11 años es anteponerse al problema.

A todos los que nos enseñaron un poco de educación sexual (a mí con 16 años y porque se lo pedimos a nuestro monitor, era un grupo de actividades extraescolares católico; lo pongo para constatar que no toda la iglesia es retrógada y absurda) nos ha servido para no equivocarnos.

Creo que ya basta de tonterías.
Está en nuestras manos colaborar en la formación de ciudadanos libres, justos y civilizados, capaces de tomar decisiones por sí mismos gracias a una cultura y educación excelentes
y sólo ponemos trabas.

Como adolescente, como joven que soy ahora, como mujer y ciudadana, digo:

¿Qué dices tú?

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