domingo, 1 de noviembre de 2009

"November" "Novembre" "Novembro"


Noviembre está aquí.
Se adentra despacio en la ciudad, intenta no llamar demasiado la atención pues no quiere que le paren y pregunten: Vienes menos frío, ¿qué te ocurre?
A él también le preocupa el efecto invernadero, pero en soledad lo disfruta,
siempre tuvo algo de envidia a esas mañanas cálidas de agosto.
Pasea por las calles y con los dedos acaricia las ramas, dejando a las hojas casi desprendidas con los tallos a punto de soltarse, para que el viento más suave pueda soplarlas.
Noviembre tiene manos de mujer y cuerpo de joven. Su piel es amarillenta, anaranjada, amarronada, sin límites claros entre unos colores y otros.
A la altura de sus ojos la nariz se ve salpicada por cientos de motitas oscuras, como pecas
y sus labios son finos y rosados, como los de las parejas que desde la cama sueñan con proteger el amor.
Noviembre es presumido, le hemos hecho presumido. Hemos usado su nombre para hacer películas dulces, para crear canciones nostálgicas y nadie puede pensar en él sin sentir ese alud de hojas de miel y oro encima.
Nos huele a naranjas, a mandarinas, a los primeros anuncios de juguetes y a la bombonería de Ferrero Rocher...
Nos sabe (a algunos) a mojo picón, a gofres de domingo por la noche, a castañas en la esquina de la calle Zamora , justo enfrente de la plaza de los Bandos, que mi madre me solía comprar.
Me sabe a pan de anís del cementerio.
Me suena a Ismael Serrano con su "Ya ves... a veces me canso de perderte y saber, que estamos solos y no va a volver Guevara para darme la razón...de no verte tendida en mi colchón..."
Me recuerda a las cigüeñas de la catedral.
A los vencejos que a veces tapan por completo el cielo.
A los juegos en el recreo.
Y el Jardín del Príncipe bañado en café.
A las primeras motitas blancas, tan pequeñas como cabezas de alfiler, que a veces se pasean vanidosas por delante de la nariz, anunciando que allí a los lejos se acerca,
sigiloso, profundo y frío,
diciembre.
Mientras tanto, noviembre, se entretiene jugando con los últimos rayos de sol,
viendo como los humanos recordamos a todos los difuntos,
como se afianzan promesas y se calientan las casas.
Noviembre es nuestro trazo ocre en un lienzo de papel.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es mi mes favorito.
Nací yo. ¿ Te parece poco motivo?
Es un mes de esperas, alegrias, soplar velas, comer tarta, abrir regalos, sentir que todavia tengo gente que me quiere, besos, abrazos, mensajes, añoranzas de los que ya no están conmigo.
MAN