martes, 3 de enero de 2012

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Feliz año 2012 pequeña Sunniesoop.
Parece que todavía estamos esperándolo y resulta que ya hemos gastado tres días del calendario. Los literatos añadirían que se han dado millones de besos, abrazos, miradas y cartas. Los pesimistas hablarían de tres días más cerca de la muerte. ¿Y tú? ¿Tú que piensas dentro de esa cabeza?
¿Es más bueno el que lo hace y lo publica o el que lo hace y no lo proclama? ¿Es más malo el que lo dice aquí y luego o el que sólo lo hace luego?
¿Qué somos? ¿Qué pretendemos?
¿Somos una persona o un montón de papeles distintos en la obra de arte de la vida?
¿Y quién es el público? ¿Y cuál es el fin?
Sí, he empezado el año reflexivo.
A lo largo de mis innumerables viajes por todo el mundo aprendí dos cosas. Dos que resumen infinitas cosas.
La primera, que nada pasa por algo, simplemente pasa.
La segunda que todo tiene algo positivo.
Y de ellas entendí que siempre hay una causa, que no todos los gestos significan algo, que se puede negar a alguien más de tres veces sin pretenderlo y perdonar es más difícil que aceptar con valentía un error mortal.
Por eso dejé de juzgar a los demás, aún sabiendo que yo siempre sería juzgado. No importa. El mayor mérito es no dejar que las malas vivencias y decepciones te cambien.
¿Qué dices pequeña Sunniesoop?
Sí, tienes toda la razón, todo sería más fácil si supiésemos hablar balleno (o pingüinés).

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