jueves, 12 de enero de 2012

Rotaciones de enero

Tiene ganas de llorar, pero se aguanta por ella. Mientras la ve hablar y hacer preguntas va notando cómo algo dentro del pecho le duele, sin poder darle un nombre concreto, pues no sabe si es miedo o es orgullo.
- ¿Y cuándo comenzará a caerse el pelo?
- Pues todavía no, acabamos de empezar, a partir de los siete días más o menos
- Entonces todavía aguanto un poco, que luego lo echaré de menos
- Sí, aunque es bueno que te mentalices, ya lo hablamos...
- Sí, tranquilo, ya he ido a tomarme las medidas para la peluca y todo

Sí, el dolor del pecho no tiene nombre porque se llama de muchas formas.
Allí están, madre e hija, más unidas que nunca.

- Y...aunque sea algo tonto...
- Dime, dime, ninguna pregunta es tonta
- ¿Podré comer cualquier cosa? ¿Debo evitar algún alimento?
- No, para nada, debes comer bien, ni de más ni de menos, como siempre has hecho
- Estupendo, ¿lo has oído mamá? Cuando vaya a tu casa no tienes que cocinar el doble, que no voy a quedarme en los huesos

Ahora se miran. Ambas comparten los mismos rasgos, lo más llamativo son sus grandes ojos negros.
Sonríen despacio, como si en ese momento el tiempo se hubiese parado, diciéndose todo lo que con palabras no se atreven.
Por su cabeza pasan miles de preguntas, de reflexiones, pero no debe dejarse vencer por ellas. Es el ahora y el mañana, es el hoy o nunca y por ello asiente, aguantándose el dolor del pecho.
- Doctor, gracias por todo - susurra en voz muy baja, luchando por parecer fuerte.
- Tiene usted una hija muy fuerte, ahora empieza el camino difícil, pero no deben rendirse

La puerta se abre, una enfermera sonriente les avisa de que ya está preparado el primer ciclo de tratamiento.
- Allá vamos
Y ambas salen cogidas de la mano, conscientes de que todo va ser a diferente en sus vidas, pero con un pensamiento firme: jamás se rendirán.



No hay comentarios: