martes, 28 de octubre de 2008

Un beso


Un beso vale más que mil palabras.
Puede significarlo todo, o no significar nada.
Puede darlo Judas, un nervioso novio en un altar, dos adolescentes con miedo, una mujer a otra sin pararse a pensar, una niña a su bebé de plástico, una boca nostálgica a una foto de carnet, un anciano a su nieto recién nacido, una prostituta que sólo quiere acabar su papel.
O puedes lanzarlo con tu mano a un cristal.
O soplarlo y verlo volar.
Escucharlo reír al chocar con una mejilla.
Un beso es como un cajita de cosquillas, es suave, es tierno...
Es cercano, es sincero, es un beso.
Es frenético, es ardiente.
Es algo que nunca se olvida cuando se pierde.
Que no puede guardarse ni mantenerse.
Es aquello que se echa tanto de menos cuando no vuelve.

No hay comentarios: