domingo, 15 de marzo de 2009

Mi loco bajito (como decía Serrat)


Ojalá pudiera pintarte con las manos. Hundir mis yemas en barreños de colores y pedirte permiso para crear fantasía. Que mi índice sea azul y te indique el camino al universo. Te dirija cuando te pierdas y te avise cuando te equivoques, sin esperar que me hagas caso. Que te advierta cuando hayas errado y también te recuerde quién eres tú y lo especial que debes sentirte, único. Que mi dedo corazón sea rojo y con él pueda saber todo lo que te ocurre. Con su tacto sabré si ardes o estás frío, si tiemblas o te encoges, podré acariciarte cuando duermas y pintaré tus mejillas cuando sonrías. Mi dedo anular será naranja, para enseñarte que nada en esta vida es perfecto, que todo lo que te propongas podrá tener limitaciones, pero que si cuentas con la ayuda de más personas, de los demás dedos, tú papel en este mundo cobrará sentido. Mi dedo meñique será blanco y negro, una mezcla, para que aprendas a juzgar con la mente abierta, para que no te fijes en lo externo o en la primera impresión y siempre tengas lugar en tus conocimientos para aprender algo nuevo. Para que puedas contar con los dedos, para que veas que lo más grande empieza siendo algo muy pequeño. Mi dedo pulgar será tuyo desde que nazcas. Será del color de tu piel. Será el tronco al que te aferres cuando llegues al océano de la vida, no te sueltes. Y será el que arrastre lejos las lágrimas de tu mejilla. El que te pellizque cuando te pille haciendo travesuras. El que te felicitará cuando hagas lo correcto. Porque mis manos...las manos que querrán tocarte siempre, están llenas de pintura para crearte. Para pintarte.

Porque cuando tenga un hijo le subiré a una calabaza gigante y esperaré a que me pregunte por qué lo hago, entonces, sólo entonces, le cogeré entre mis brazos y le responderé que haría cualquier locura por vivir millones de momentos junto a él.
También le dejaré quedarse dormido encima de una tostada llena de mermelada y que se coma la tierra de los tiestos de la cocina.
Prometo pintar con él las paredes blancas del pasillo y pedirle consejo cuando no sepa qué vestido escoger para ir a cenar; también prometo escucharle cuando todavía no sepa ni siquiera hablar y dejarle jugar con todos los objetos de valor que tenga porque ninguno de ellos podrá compararse con él.
Le enseñaré a pintar con los dedos y a reír con los ojos. Y sólo encenderemos la televisión para ver juntos las películas de Disney y las de "Érase una vez la vida". Recorreremos el mundo por las noches, con una cama, una colcha de patos y un libro.
Buscaremos animales en los parques y dejaré que se pierda, para que aprenda a no soltarse nunca de mi mano.
Me mostrará que lo más complicado en la vida no es sobrevivir, sino recortar por una línea de puntos y colorear sin salirse fuera.
Le prometeré la luna y cumpliré mi promesa.

Y le agradeceré eternamente el haberme dejado pintarle con mis manos.

1 comentario:

Bea dijo...

Huele a verano más que nunca.
Tú terminas y yo empiezo. Lay de vida, o eso dicen por ahí.

Cierto, mucha gente me dice: Eres fuerte, y podrás con todo.
Sin embargo a veces me veo tan fragil..
También miro al futuro y me dan ganas de correr en sentido contrario, de quedarme en lo seguro, donde nada se escapaba de mi control.

Eres especial, me di cuenta el primer día que te vi sonriendo, que te lei en este blog..

Usted consigue sorprenderme siempre. Supongo que por eso la considero toda una artista: una INCREIBLE ARTISTA.