jueves, 7 de mayo de 2009

La dueña de mi pulsera

A veces me pregunto si tú lo supiste mucho antes que todos nosotros...
por eso preparaste tu despedida, disfrutando del calor de nuestras risas,
y luego esperaste, para despedirte sin que faltara nadie,
y me dejaste sujetar tu mano, tu blanca, tierna y dulce mano, unos segundos
antes de marchar.

A veces intento buscarle porqués a la vida, siempre partiendo de ese
"¿Por qué no estás?"
supongo que se me hace difícil creer en el destino, cuando desde que te fuiste
hay un asiento vacío en la palabra humanidad.

Y recuerdo nuestro viaje al país de las cabinas rojas y tiendas de té...allí donde nos dijiste con los ojos que no te quedaba tiempo suficiente, donde nos entregaste tu alma en cada sonrisa, en cada caricia y cada gota de lluvia que cayó.

Tu cabello corto, tus gafas, tu nariz respingona, tu miel en el café, tus anillos, tu mirada...
Tengo tantas cosas que contarte...y es un dulce engaño pensar que te las podré enseñar.
Pensar que me estás viendo crecer, que conoces mis triunfos y mis errores,
que he podido agradecerte que estuvieras ahí,
que te he dicho que te quiero.

Serán cientos los poemas que lleven tu nombre...
serán miles las veces que te podré pensar...
seremos tú y lo que nos dejaste...
somos infinitos recuerdos.

Aún lloro escuchando esta canción que me traslada a aquel viaje a Londres, esta letra que me cantas tú, que me invita a no rendirme.
http://www.youtube.com/watch?v=sxRblt_krPY (Alex Ubago . A gritos de esperanza)

Para ti, estés dónde estés.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bonito. Espero que así me recuerden a mi. Un beso y un abrazo de oso.
CLOUSEAU

Ana dijo...

Y algún día olvidaremos todos los recuerdos tristes...y nos quedaremos con esa burbuja de recuerdos tan felices que nos regalen sonrisas en cada pensamiento...
Por TÍ, para TÍ, y para SIEMPRE, por lo que compartimos y lo que sigo compartiendo cada día, tiita.

Anónimo dijo...

Gracias mi niña bonita por este homenaje a "tu madrina". Cuando os veo a Ana y a ti y pienso lo orgullosa que estaría de vosotras
siento una pena enorme de que ella no esté aquí.
Pero ella no quería tristeza, eramos lo que más quería y no le gustaría vernos tristes.
Regalando, siempre regalando.
Queriendo, siempre queriendo.
Juntos, para siempre juntos.
Aunque le dije muchas veces que la quería siempre pienso si se lo dije lo suficiente.
Mari Jose estés donde estés no sabes cuanto te quiero y te añoro.
M. ANGELES