sábado, 8 de mayo de 2010
Locura
"La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca"
Enrique Heine
No hay mejor descanso entre folio y folio que un libro.
Un libro para desconectar del mundo real, ese mundo que se basa (ahora) en sentarse frente a un escritorio.
Por eso cuando me sumerjo entre las páginas amarillas mis sentidos se hacen difusos hasta el punto de olvidarme de que estoy aquí.
Y me introduzco en el agujero bajo el árbol, como Alicia cuando perseguía al conejo, para perderme con la historia.
"Los renglones torcidos de Dios" de Torcuato Luca de Tena.
Llevo sólo 10 hojas y ya no puedo parar.
Quizás sea eso.
En un mundo dónde la cordura se confunde con la capacidad para someter a los demás, la creencia de superioridad, el poder y la ambición,
a veces me gustaría estar completamente loca.
O quizás, la verdadera realidad, la más pura y exenta de crueldad esté ahí
y sólo algunos privilegiados, aquellos que nosotros llamamos enfermos, la pueden alcanzar.
- Papá ¿tú crees que he perdido la cabeza?
- Eso me temo. Estás majareta, loca, chiflada. Pero te diré un secreto, las mejores personas lo están.
(Alicia en el país de las maravillas - película)
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