martes, 1 de enero de 2008

Cuento del siglo XXI


- Mama cuéntame un cuento...

"En un planeta azul llamado Tierra, vivían diversas especies de animales y una de ellas, la más maravillosa de todas, eran los llamados seres humanos. Se denominaban personas y tenían diferentes tonalidades de piel, cualidades y maneras de comunicarse. Entre su multitud de rasgos diferenciadores del resto de seres vivos estaba el amor. Esos seres eran capaces de enamorarse unos de otros y desde el comienzo de los siglos había existido ese sentimiento. Pero atención pequeña, el amor había sido, era y sería siempre entre mujeres y mujeres, y hombres y hombres.

Dejando a un lado el concepto de procreación, el amor surgía de manera natural de una mujer a otra y, por otro lado, de un hombre a otro. Las familias se formaban por dos madres y los hijos, o por dos padres y los hijos. Los niños eran fruto de la unión entre hombres y mujeres y todos vivían en paz, aunque muchas veces surgían conflictos de guerras entre países que terminaban con el paso de los años.

En una ciudad vivía un muchacho. Era panadero y trabajaba duramente con sus dos padres. Un día, mientras caminaba por la calle llevando una cesta llena de barras de pan, tropezó torpemente con un bordillo y cayó al suelo, entonces, una joven que pasaba a su lado se arrodilló a ayudarlo.

Todo ocurrió en un instante fugaz.

Un cruce de miradas.

Ella agachó la cabeza cómo si intentase ocultar algo y rápidamente introdujo las barras en la cesta. Él la imitó y sus manos se rozaron. La sensación que sintieron quemó sus pieles, elevó la temperatura de la sangre, les dio miedo.

Pero volvieron a mirarse y ella se levantó y desapareció, observándole, entre la muchedumbre.

Desde aquel día no pudo dejar de pensar en ella.

Por su cabeza revoloteaban millones de pensamientos. Unos eran de pasión, pensar en ella era sonreír tontamente y querer gritar y saltar y correr para verla de nuevo. Otros eran de deseo, de volver a rozar su mano y sentir esa sensación prohibida. Los demás eran de miedo y cuando estos se cernían sobre él se sentía sucio, se sentía mal. ¿Qué le ocurría?

Intentó fijarse en otros muchachos. Muchos eran guapos, atléticos, fornidos. Otros eran muy inteligentes y conversar con ellos era apasionante, pero nada. Sus labios probaron decenas de bocas y seguía sintiéndose vacío. Acarició la piel, intentó amar, pero no lo sentía porque su corazón se negaba a hacerlo.

Entonces pensaba en ella y todo florecía. Sólo con imaginar que la besaba le recorría un escalofrío por el cuerpo y se sentía verdaderamente vivo. Fue entonces cuando volvieron a verse en mitad de una acera abarrotada de personas. Ella extendió su mano y le hizo un gesto para que la siguiese.

Fue allí, escondidos en un callejón, donde desnudaron sus almas.

Cuando regresó a su casa quiso proclamar a los cuatro vientos que era feliz que había encontrado

el amor, pero no se atrevía. Durante meses siguieron viéndose a escondidas hasta que uno de sus padres les descubrió.

La noticia fue recibida como una desgracia para la familia. Sus dos padres le gritaron y le pegaron. Le decían que no comprendían que le ocurría mientras repetían palabras como "degenerado" "anormal" "diferente". Él sólo lloraba y les rogaba que le comprendiesen, sólo se había enamorado. Pero para ellos y para toda la familia era impensable que surgiese amor entre un hombre y una mujer, era anormal, era imposible.

Cuando el resto del barrio se enteró las bromas y las burlas fueron constantes. Durante un tiempo tuvieron que dejar de verse por miedo a ser agredidos y, cuando se reencontraron, sus corazones latieron al unísono y se fundieron en un sólo abrazo. Ella estaba más delgada, ojerosa, triste. Le contó que la habían echado de casa y que estaba sola. Con tristeza y rabia decidieron huir aquel día hacia las montañas y jamás regresaron a la ciudad. Sólo así consiguieron ser felices."


- ¿Te ha gustado el cuento mi vida?

- Si, pero no entiendo mamá. ¿Por qué la gente no entendía que un chico y una chica pudiesen enamorarse si eso es muy normal?

- Porque la gente se encierra en sus pensamientos y no es capaz de abrir su mente y ver más allá de lo que la cultura y la tradición han establecido, son incapaces de ver el mundo con el corazón.

- Pues no lo entiendo mamá, porque si los dos se quieren y quieren hacerse felices el uno al otro, ¿hacen daño a alguien amándose?

- Claro que no mi vida, no dañan a nadie.

- Que tonta era esa gente ¿verdad mamá? Cuando yo sea mayor respetaré a todos por igual.

- Espero que así sea pequeña.

- ¡Ya lo verás mamá!




En una de nuestras numerosas conversaciones de política y sociedad surgió este tema y una amiga mía para argumentar su opinión dijo una gran frase: "Imagina un mundo donde el amor natural, normal y puro sólo sea el homosexual y tú de enamores de alguien del sexo opuesto. ¿Qué sentirías? ¿Lo verías como algo malo o sucio o anormal?"

Tanto ella como yo seguimos pensando que queda mucho por hacer, muchas mentes por abrir, mucho por comprender y aceptar y demasiada tradición cultural impuesta que romper. El ser humano está en movimiento, si hoy amas a alguien de sexo contrario es porque tu corazón así lo decide no porque sea una ley establecida.

Sé tolerante, no eres lo suficientemente sabio como para juzgar sin unir corazón y razón, ve más allá, abre tu mente, no temas a lo que es diferente y enriquécete todo lo que puedas.

2 comentarios:

OANI dijo...

Hola...me gustaría saber el mombre del autor de este cuento. Como se llama el cuento? Mucha suerte y gracias.Camila.

Laura Navas M dijo...

Hola, lo he escrito yo misma, me alegro de que os haya gustado un saludo!