domingo, 20 de febrero de 2011

IDTB

Hay personas que se empeñan en parecer ángeles, cuando sólo son despojos. Se rodean de pensamientos protectores, encienden el mecanismo de autoengaño en sus mentes y así dirigen sus vidas, hundidos entre la vida y lo que les quita el sueño.
Por desgracia nadie puede salvarlos, pues cuando una cabeza está en medio de su propia fantasía no es posible desconectarla.
Hace tiempo decidí alejarme de esas personas, esas que con sólo respirar pueden destrozarte usando como armas sus mentiras y ganas de causar catástrofes.
Vacías, ausentes, inestables, peligrosas.
Antes, cuando me paraba a ver el camino recorrido me dolía el pecho, me quemaba, por ellas.
Ahora, será la experiencia, sólo me causan indiferencia.
No quiero morir sabiendo que les dediqué demasiado tiempo, pero sí quiero asegurarme de que de todo aprendí.
Por eso siempre les estaré muy agradecida.
Esto lo he aprendido de mis padres, de sus vivencias, de mi hermana y las suyas, de mi familia.
Ellos que se sentaron a mi lado cuando perdí a alguna amiga, cuando perdí las fuerzas.
Los mismos que me enseñaron a vivir sin rencor, pero con disciplina.
Si hay algo de lo que estoy orgullosa es de avanzar en línea recta, de haber perdido la debilidad.
Por eso hoy alzo el vuelo, como cada día, consciente de que por fin me siento indestructible.
"No hay mal que por bien no venga"

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