domingo, 30 de noviembre de 2008
Cuando éramos jóvenes
sábado, 29 de noviembre de 2008
Siento. Soy. Diente de León.
martes, 25 de noviembre de 2008
Por, Para, Desde, Hacia ti, siempre
Y hoy, después de tanto tiempo, volvemos a escucharla y esta vez sí, si nos la creemos, si es nuestra y si no, gira la cabeza y mira todo lo que ha llovido.
Para ti, Miguel.
Gracias.
Porque siempre estás
Cuando toca reír
Cuando toca llorar, conmigo.
Porque siempre me das lo mejor de ti
Y no esperas que yo haga lo mismo.
Porque entre tú y yo siempre hay algo ahí
Que nos mantiene unidos
Porque el corazón sabe distinguir
Entre lo sano y lo podrido
Porque ayer y hoy somos tan iguales siendo tan distintos
Si tú vas yo voy si yo voy tú vas siempre a nuestro ritmo...
Porque no te escondes
Porque me levantas
Cuando estoy rendido
Porque me respondes
Cuando me haces falta
Porque eres mi abrigo
Cuando llega el frío cuando llega el frío...
Porque das la cara por mí
Porque puedo contar contigo
Porque siento que estás ahí
Porque todo lo compartimos
Porque siempre queda un lugar
Que todavía no descubrimos
Porque lo nuestro sigue igual
Y mira todo lo que ha llovido y mira todo lo que ha llovido...
Porque tú sabes escuchar
Porque te gusta charlar conmigo
Por todo esto y por mucho más
Tu eres mi amigo...
lunes, 24 de noviembre de 2008
La mujer que seducía a los girasoles
domingo, 23 de noviembre de 2008
Delirios de un domingo al alba
viernes, 21 de noviembre de 2008
Más allá de la relatividad...
Y ese momento llegó y escuchó maravillado cómo aquel señor lo sabía todo, o casi todo. Un ingeniero de pies a cabeza.
Y con qué ganas quería empezar a estudiar, a conocer las leyes del mundo, la verdad más allá de las creencias...
Pero por dentro sentía...sentía que su corazón se había dado la vuelta y no sentía.
Y él no entendía qué estaba ocurriendo.
Lo había conseguido, había entrado en la carrera, su sueño iba a cumplirse, pero a medida que pasaban los días y las clases, veía como algo dentro de su pecho se negaba a aceptar aquello.
Entonces, un día, recogió su cuaderno y su pluma y se fue. No volvió.
Pasaron lista y su voz no volvió a resonar diciendo "Yo".
Porque supo, antes de que fuera tarde, que un poeta no puede aceptar un mundo que no ve.
Porque las matemáticas, la física o la química son ciencias esenciales para poder vivir.
Pero no te hacen sentir plenamente humano.
Porque no te enseñan a luchar por un ideal, a emocionarte con una caricia cuando hace frío, a comprender una mirada que quiere decir muchas cosas en muy poco tiempo o simplemente, a sentir amor.
El corazón no entiende las ciencias exactas, por eso es reversible, cambiante, fluido...
Y un poeta necesita soñar más allá de la relatividad.
jueves, 20 de noviembre de 2008
Caprichos del destino
lunes, 17 de noviembre de 2008
Padres, Madres...Hijos
domingo, 16 de noviembre de 2008
Posdata
Qué difícil es...amar.
O por lo menos amar sabiendo que es demasiado pronto para quererse demasiado.
Has vuelto y encima me haces feliz...¿cómo lo haces?
Lo bueno de todo esto es que ya no tengo miedo a nada, gracias a ti.
C.P: 88888
Querido tú:
Este mes está resultando, como siempre, nostálgico, deprimente y solitario. Pero bueno, como siempre dicen, uno debe ser optimista asi que pienso que sin noviembre no hay abril.
No te echo nada de menos, pero nada, nada. Será porque no te veo, porque no hablamos, porque me entero por rumores de que se te ha visto con otras, porque me demostraste poco antes y ahora lo reafirmas. No te culpo, la culpa fue mía por darte demasiado y malcriarte. Que ingenua de mí, aquellos días, cuando te preguntaba si yo era especial para ti; me respondías que sí, que no tenía por qué preguntarlo y luego colgabas el teléfono y olvidabas mi cumpleaños, nuestra cita, mis alergias o alguna manía tonta como que no me gusta beber vino.
Explícame entonces...es una curiosidad...¿por qué te atreviste a decirme que me querías?
Que manera más tonta de malgastar una palabra. Decir te quiero no puede ser algo que se diga demasiado y a todo el mundo, pues pierde valor. No se puede querer igual a todo el mundo, y la gran verdad es así, cuando se quiere cuesta decirlo, por eso sale poquitas veces pero con mucha fuerza.
Te escribo esta carta que nunca leerás, sólo porque necesito poner en orden mis prioridades. Por fin sé que es cierto, te estoy olvidando y no he tenido que hacer nada. Sólo dar voz a mi yo racional. Algunas veces me asaltan pensamientos y tengo miedo. Pienso que por tu culpa ahora me da miedo confiar en el amor y me vuelvo obsesiva, calculadora, sopeso las palabras antes de hablar, ¡incluso los versos antes de escribirlos! Como Juan Ramón Jiménez corrigiendo sus poemas antiguos para llegar a la perfección...¡no por favor! No quiero ser eso.
Quiero enamorarme tanto que no recuerde cómo se camina, de tanto flotar y flotar.
Y los batacazos emocionales...bueno, bien dicen que se aprende a sufrir a amando y a amar sufriendo.
Qué cosas...
Hace sol, he desayunado chocolate con fresas y hace un rato que The Cranberries cantan en mi salón.
No vuelvas, ni como amigos porque me arriesgo a caer de nuevo. Déjame seguir.
Un abrazo.
viernes, 14 de noviembre de 2008
How wonderful life is now you're in the world
jueves, 13 de noviembre de 2008
España: Así nos va
No lo entiendo.
Hubo republicanos asesinos. Sí.
Hubo fascistas asesinos. Sí.
Hubo inocentes que murieron sólo por pensar diferente. Sí. Y de los dos bandos.
Pero aquí nadie habla de la guerra, aquí se habla de los que vencieron e instauraron su régimen.
De los que asesinaron, torturaron, reprimieron, forzaron, destruyeron y amordazaron para mantener el control, para arrasar con aquellos que se negaban a dejar de ser libres.
Piensa durante unos minutos en tus padres.
Ahora imagina que fueron fusilados y sus restos están reposando en fosas comunes localizadas.
¿Sientes dolor?
Así se sienten cientos y cientos de hijos y sobrinos que sólo desean dar un sepulcro digno a los restos de sus seres queridos.
Si hay gente que llora recordando, también hay gente que llora porque jamás podrá recordar, ya que alguien apretó un gatillo y se llevó los recuerdos demasiado pronto, demasiado pronto para poder recordar.
Y esto no lo digo por tener los ideales que tengo, que también. Sólo hay que ser justo.
Si la República hubiese ganado esa guerra, sabemos de sobra que también hubiese habido represión para el bando fascista (seguro que no tan cruenta, pero ahí ya me meto en subjetividad...) y hoy en día, si un hijo de un soldado nacional pidiese recuperar los restos de su padre fusilado, ¿alguien se atrevería a negárselos? ¿acaso alguien tiene tan poca humanidad?
No hablamos de ideales ni creencias, sólo de justicia.
El hombre que mata es asesino, sea la causa que sea, el fin o el ideal.
Por lo tanto...dejémonos de izquierdas y derechas, de remover el pasado o dejarlo reposar...y pensemos en lo que realmente importa, honrar a los que se fueron cuando todavía tenían mucho por vivir.
Puedes ser republicano o franquista, pero no puedes obcecarte en lo que crees.
Porque hay que promover la tolerancia...pero hay cosas que no se pueden respetar.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
Mundo real
Él era ciego.
Y esta no era la típica historia de amor en la que uno veía y el otro hablaba.
Sencillamente ellos eran felices.
Tenían un bebé acondroplásico.
Y una hija mayor que iba en silla de ruedas y se había quedado embarazada.
La madre de ella era deficiente y el padre de él, era esquizofrénico.
Los abuelos fueron prisioneros de guerra y la hermana de él, fue una mujer maltratada.
Un primo segundo de ella vivió el Holocausto en Berlín.
La mejor amiga de su hija era judía y lesbiana.
Sus vecinos del cuarto derecha eran del Atleti y la rumana que regentaba la tienda de comestibles había dejado 4 hijos de 3, 4, 6 y 9 años en su país.
El guatemalteco que vendía revistas en el kiosco decía que conoció a Rigoberta Menchú y un africano de dos metros 15 le escuchaba contar historias interminables.
Un comunista se escondía en el sótano del edificio y una anciana de 96 años le bajaba todas las mañanas sobaos y leche caliente.
Un día llegó un hombre al barrio haciéndose llamar "el presidente de los EEUU...".
Nadie le hizo caso.
¿Acaso él por ser él era más importante que cualquiera de los que he nombrado?
Poder...¿acaso es necesario?
No lo sé...quizás no todo el mundo tenga la vida que quisiera, pero por lo menos disfrutan haciendo lo que hacen.
Puedes no tener vista y no verás la belleza del cielo.
No poder hablar, o peor, no poder reír porque nunca escuchaste a otros hacerlo.
Puedes medir un metro o estar postrado en una silla de ruedas que te impida echar a correr.
Puedes tener un hijo a una edad muy temprana y ver chafada tu idea de estudiar, trabajar, salir, etc.
Puedes no ser cómo los demás, ser diferente. Haber sufrido o haber disfrutado la vida.
Haber nacido en un país libre y rico o en uno que se muere día tras día.
Puedes vivir encerrado o creer que la muerte no es final, sino el siguiente paso.
No vayas por el mundo imponiendo tus ambiciones al resto, porque nadie tiene tus mismos sueños, pero si quiere ser igual de feliz que tú, pero haciendo otras cosas.
martes, 11 de noviembre de 2008
Un abrazo
lunes, 10 de noviembre de 2008
Hasta siempre
Y es como volver a empezar, como intentar seguir, es convencerse de que no te olvidaste nada en la habitación del hotel y salir de allí sin mirar atrás.
No sé, como decirte esto. Espera que lo intente...
Te quiero.
Al final no era tan difícil, pero me daba tanto miedo...
Sobre todo ahora, que sé sin lugar a dudas en que punto nos encontramos.
Yo en el filo de lo imposible, lo inestable.
Sentada en un dedal que hace el pino, mientras tú me das la espalda pensando en qué diccionario se encuentran definidos todos mis desvaríos.
Y muevo mis pies, no llego al suelo.
Me gustaría pedirte la mano y después darte a elegir el lado de la cama, cruzando los dedos para que no escojas el que quiero yo.
Y saber que aunque lo hagas me dará lo mismo, porque dormir a tu lado es como acariciar algodón, oler una cesta de fresas o mirar cómo una abeja bailotea sobre una flor, desconociendo que el polen se irá con ella.
Pero mejor vete, mejor para mí, para ti no lo sé, porque nunca me has dejado claro si soy una frase, un capítulo o una hoja con la esquina doblada en tu vida.
¿Me preguntas qué eres tú?
Déjame pensarlo...¿todas las palabras?
Quizás no merezcas tanto...
Me he dado cuenta...no sé, de que te he dicho que te quiero y no has contestado...
Supongo que me quedo con los dos lados.
Mejor me voy, me llevo el dedal por si me encuentro con otro y a lo mejor se quiere parar a escuchar un ratito mi voz.
Hasta siempre.
jueves, 6 de noviembre de 2008
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Lo que no vemos
- Bien...bueno, no sé cómo empezar. Iré al grano, ¿sabe?, bien...odio a la gente.
- Mmm...continúe.
- Sí, odio a la gente. Soy antisocial. Pero no veo que sea algo malo ¿sabe?. Odio a la gente que me rodea porque no la soporto, no soporto a nadie. Me dan lástima al principio, luego asco y acabo teniendo que largarme del sitio en el que esté porque sino sé que acabaría asesinando a alguien.
Jajajajajaja, bueno, asesinar digo, eso es algo que me encanta hacer.
- A ver, a ver...cálmese, le encuentro excitado.
- ¡No estoy excitado! ¡Qué pasa! ¿Usted también piensa que estoy loco?
- No. No lo está. Soy psiquiatra, por eso ha venido usted a mí ¿no?
- He venid porque quiero compartir con usted mi horrible secreto.
- Bueno, pero usted quiere curarse ¿no?
- ¡Que no estoy enfermo! ¡Me gusta matar!
- ¡Cálmese y vuelva a sentarse! A ver, haremos un listado de cosas que le molesten de la gente, así sabremos por donde empezar. Dígame cosas que le causen molestia de los demás, no se limite a físico o comportamiento, diga todo lo que piense.
- Vale. Pues odio que me rocen en el metro, me agobia muchísimo. Odio a los chinos y a los de raza negra, a las mujeres teñidas de rubio, a los niños pequeños y a los adolescentes. Odio el olor a menta. No me gusta ver a alguien tocarse la nariz, o chuparse la mano y luego tocar un botón de un ascensor, o una barra de un bar, o tocar algo que yo voy a utilizar después. No me gusta que se sienten a mi lado, que me sonrían, que me pregunten qué tal estoy o qué hora es. No me gusta la gente que habla alto, ni la forma de vestir de las mujeres, con sus tacones, sus escotes, sus pendientes y ese asqueroso carmín rojo.
- Sí...
- ¡Odio a las mujeres! Pero odio más a los hombres, porque están gordos, o les apesta el aliento, o se te quedan mirando sin venir a cuento, ¿sabe? me dan ganas de apretarles el cuello y no parar.
- Escuche...
- Odio a los cerebritos y a los analfabetos. Odio a la gente normal y mediocre.
- ¿Usted se considera superior al resto?
- ¡Desde luego! Soy mucho mejor que un maldito peón de obra, por ejemplo.
- ¿Entonces es usted muy clasista?
- No, porque también le odio a usted por creerse Dios ahí sentado en su estúpida butaca soltando sus estúpidas frasecillas, sólo porque cobra mucho más que yo.
- A ver, volvamos al principio e intente...
- ¡Cállese! ¡A mí nadie me da órdenes! Estoy harto de este mundo con sus reglas y normas y mierdas. ¿Yo soy libre sabe? Quiero irme de aquí.
- Puedo ayudarle.
- No no puede ayudarme, ni usted ni nadie y seguiré asesinando gente ¿sabe?, porque nunca me pillarán, mi papel en la sociedad es demasiado estable y perfecto.
- Pero...
De repente se abrió la puerta y una menuda mujer de unos 36 años asomó la nariz diciendo:
- ¿Doctor Shall? Su primer paciente ha llegado ya, ¿le dejo pasar o espero un momentito?
- Oh sí, Mery, adelante, espere que guarde unos papeles y la aviso.
El Doctor Shall se levantó de la butaca y con cuidado se colocó el cuello de la camisa. Buscó su reflejo en el espejo de la pared, con cuidado se arregló la barba y después se metió la camisa en el pantalón. Con tanto paseo, levantándose del diván y sentándose en la butaca una y otra vez, había acabado sudando y con la ropa fuera.
Se sentía eufórico, pero lo que más le hacía disfrutar era la sensación de que sólo él sabía la verdad, su verdad.
Volvió a poner el cojín que había lanzado contra la ventana mientras gritaba que odiaba a las mujeres.
Se arregló la corbata. Colocó con cuidado los folios sobre la mesa.
Dibujó su mejor sonrisa y tras ponerse su bata blanca, abrió la puerta.
- Buenos días señora Patten. Bienvenida. Está usted muy guapa hoy.
- Gracias doctor...usted sabe cómo tratar a una mujer, sin duda.
Y mientras cerraba la puerta tras de sí, el doctor Shall cerró los ojos, como si estuviera saboreando esa sensación de odio que comenzaba a emanar por cada poro, pelo y uñas de su cuerpo. Después, girándose lentamente, abrió su cuaderno de pacientes y marcó un tic en el número uno.
- Tengo muchísimos problemas que contarle doctor...no sabe usted lo mal que estoy - decía la señora Patten mientras sacaba de su bolso un pequeño paquete de chicles de menta.
- Tranquila mujer - respondía él con una agradable sonrisa - ¿qué hago yo aquí entonces si no es para ayudarla a usted?
lunes, 3 de noviembre de 2008
Gracias de nuevo, Ismael
De esos pensamientos que te asaltan de repente, apareciendo primero como palpitaciones confusas en el corazón.
Y necesitas pensar o llorar o pasear...o un abrazo de papá o de mamá.
¡Somos humanos!
Y como siempre, tras desahogar mis inquietudes profesionales con papá, mis desvaríos emocionales con ese amigo que nunca se aleja, he puesto el lazo final a esta tarde de noviembre con mi amante por palabras, aquel que me enamoró con su voz y su pluma, con su guitarra y su corazón:
Ismael Serrano.
Si tuviese que cubrir totalmente los deseos de mi corazón debería escribir unas 30 canciones ahora.
Pero como me gusta elegir una entre muchas, hoy me quedo con ésta...que, como siempre, ha conseguido relajar mi ansiedad, mis miedos y encender vestigios de luz en mis entrañas...
Preciosa.
Al escucharle consigue trasladarme a esa Edad Media de los cuentos de princesas, como ese trovador colgado de un árbol que canta para nadie...para mí.
http://www.goear.com/listenwin.php?v=fc4bc2f
Y ahora te miro tras tantos años.
domingo, 2 de noviembre de 2008
Sólo un consejo...
No dejes que nadie te juzgue por elegir mal sin haberse parado a escuchar tus motivos.
No tengas miedo a equivocarte.
Sé realista.
Sólo los que viven la vida al 100% pueden permitirse el arrepentimiento.
Es mejor arrepentirse de algo que has hecho.
Arrepentirse de algo que NO hiciste es una espina que jamás se desprenderá de tu alma.
Vive el presente, por si no hubiese futuro.
Vive el presente, para el futuro.
Vive.
Hazlo de tal manera...
Que nunca sea demasiado tarde
Para decir te quiero, para pedir perdón, para marcharse, para volver, para empezar otra vez...
Para continuar.
sábado, 1 de noviembre de 2008
Habitación 103
Por mucho que intente definirlo no encuentra la palabra exacta, ese afortunado puñado de letras que pueda expresar lo que ahora mismo está sintiendo, mientras abre los ojos despacio...muy despacio, pestañeando suavemente, saboreando el olor que cubre la almohada, las sábanas y su propio cuerpo.
Su cabello ondulado cae sobre la cama, extendiéndose como las olas del mar sobre la arena, sus piernas desnudas acarician el tacto del somier y, tumbada boca abajo, puede sentir todos y cada uno de los poros de su piel despertando.
La luz del sol se cuela por las blancas cortinas y el aire fresco que queda despues de la lluvia intenta curiosear, filtrándose por las rendijas de la ventana.
La habitación en calma parece imperturbable. Parece incluso que Madrid por un momento huele a sal y lo acuna un mar frío y cientos de paradisiacas palmeras.
Se podría decir que aquello es el cielo.
El oxígeno reacciona con millones de moléculas de amor, moviéndose de aquí para allá, uniéndose, rompiéndose, fusionándose.
Y antes de que ella pueda incorporarse, una mano grande y cálida toca su espalda, con cuidado, como si fuera a acariciar una pompa de jabón. Y siguiendo la línea que dibuja su columna sube hasta su cuello, y después, sólo siente el calor y la intensidad de unos labios mojados, empapados de agua, y un susurro "Buenos días melocotón...".
Se gira hasta encontrarse con sus ojos.
Es inexplicable.
Nada ni nadie diría que el mundo no es un lugar maravilloso para vivir.