sábado, 28 de febrero de 2009

Gloria Fuertes

Ella me enseñó a ver el mundo de otra manera.
Quizás fue la primera persona que, a través de sus libros, me animó a escribir.
Nunca lo sabrá, se fue hace tiempo y nunca llegué a conocerla.
Pero siento que se marchó sabiendo quién era yo y lo que representaba ella para mí.
No olvidaré su voz ronca, tan única y reconocible entre miles.
Su pelo corto y blanco y su media sonrisa pícara.
Aún recuerdo sus versos: de elefantes, arcoiris, caramelos, colores, abecedarios y abuelos.
Y aún conservo en mi cabeza las rimas y la alegría de sus cuentos.

De ella aprendí que "Hay que encender los libros y apagar los televisores".

Si hoy tengo algo bueno en mí, lo que sea, ella tuvo algo de culpa.

Por los bordes del arcón,
donde guardo el camisón,
la carcoma va y se asoma,
¡que carcoma más carcoma!
(...)
Hace días la muy pilla,
se ha metido en la capilla,
y se está comiendo a un santo.
¡Uy qué espanto!



Son tantas las poesías...y los libros...desde sus adivinanzas a sus definiciones del Diccionario Estrafalario...
Una de las mejores poetisas de este país y del mundo entero.

Hace unos días descubrí, indagando en su biografía, que no sólo escribió para niños, también para adultos y qué sorpresa la mía cuando leyendo y releyendo me mostró una parte de ella que nunca conocí siendo niña.
Quizás es lo que siempre quiso, que siendo mayor encontrase la mitad que me faltaba de ella.

Y la encontré.

Al aire puro,
al aire puro,
no le gusta acariciar banderas.

(Gloria Fuertes)


Gracias Gloria. Fue usted mi tercera abuela.



1 comentario:

Xarnego dijo...

Comparto lo de tu abuela Gloria.

Gracias, te leo.