domingo, 16 de enero de 2011

ÑAM

Son las pequeñas cosas de la vida.
Esas que olvidamos recordar cuando escribimos nuestras biografías,
y resultaron ser los momentos más gratificantes, más esperanzadores,
más bellos, más buenos, más vivos y llenos.
Por eso te invito a recordarlos, cuando más lo necesites y cuando no.
Porque si conseguimos vivir cada día manteniendo todo lo bueno que aprendimos ayer
la vida en sí será un continuo recordar,
un continuo sonreír,
para luchar, para afrontar todo lo que nos sobreviene y no nos agrada.
Por eso hoy, sonrío.
Y es porque estoy segura de que esa tortuga se está comiendo la fresa con total felicidad.

2 comentarios:

Laura Fernández. dijo...

Yo, como la tortuga, pienso disfrutar así el día de hoy. Precisamente ayer aprendí lo fácil que es rescatar los buenos momentos y hacerlos presentes. Si es que vivir con alegría al fin y al cabo es decisión nuestra.
Un abrazo.

Elpaísdelasmaravillas dijo...

Las pequeñas cosas.. los pequeños momentos del día que te hacen ver la vida desde otro punto de vista.

Mil gracias, aunque opino que el tuyo es otra maravilla también :)
Un beso