sábado, 15 de enero de 2011

Vuelvo a leer

El joven cerró brevemente los ojos, elevando una plegaria.
- ¿Temes morir Dil Bahadur? - inquirió sonriendo Tensing.
- No, honorable maestro. El momento de mi muerte está escrito en mi destino antes de mi nacimiento.
Moriré cuando haya concluido mi trabajo en esta reencarnación y mi espíritu esté listo para volar; pero temo partirme todos los huesos y quedarme vivo ahí abajo - replicó el joven, señalando el impresionante precipicio que se abría antes sus pies.

- Posiblemente eso sería un incoveniente... - condeció el lama de buen humor -.
Si abres la mente y el corazón, esto te parecerá más fácil - agregó.

- ¿Qué haría usted si me caigo al barranco?
- Llegado el caso, tal vez tendría que pensarlo. Por el momento mis pensamientos están distraídos en otras cosas.
- ¿Puedo saber en qué, maestro?
- En la belleza del panorama - replicó, señalando la interminable cadena de montañas, la blancura inmaculada de la nieve, el cielo resplandeciente.
(...)
- El miedo no es real, Dil Bahadur, sólo está en tu mente, como todo lo demás. Nuestros pensamientos forman lo que suponemos que es la realidad - dijo.
En este momento mi mente está creando un hoyo bastante profundo, maestro - murmuró el príncipe.
Y mi mente está creando un puente muy seguro - replicó el lama.

El reino del dragón de oro, Isabel Allende.

Los libros no sólo cuentan historias, enseñan y ayudan cuando más lo necesitas
y menos lo esperas.

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