jueves, 3 de abril de 2008

Convocarlo, con sólo respirar...

(...) De haber tenido un hijo,
le habría enseñado a leer
en los libros y muros (...)
de modo que las lluvias
limpiaran sus palabras
defendiéndolas (...)
de haber tenido un hijo
acaso no sabría
que hacer con él
salvo decirle adiós cuando se fuera.
Mario Benedetti
"...acaso no sabría que hacer con él, salvo decirle adiós cuando se fuera..."
Leí este poema hace algo más de un año, y los dos últimos versos a veces vienen a mi memoria sin ningún porqué. Muchas veces, mientras fantaseo con mi futuro, me pregunto si alguna vez tendré hijos y qué será de ellos, y la verdad es que me aterra y me entusiasma pensar en que un día podré tener a uno en mis brazos.
Si yo tuviera un hijo
le enseñaría a sentir cada palabra,
como si ellas fuesen algo más que montoncitos
de letras.
Si tuviera un hijo,
amaría cada uno de los segundos a su lado,
y le mostraría que el mundo
es como sus manos,
pequeño y sucio,
tierno y cambiante.
Si yo tuviera un hijo,
le llamaría con todos los nombres,
amor, vida, tesoro, lucero,
antes que por el suyo propio.
Si tuviera un hijo,
acaso no sabría que hacer sin él
cuando se fuera.
Para usted, Señor Benedetti, por darme un poema tan bello que me acompaña cada día.

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