viernes, 7 de diciembre de 2007

CAMBIEMOS EL MUNDO


Acariciando suavemente la cabeza de su tesoro recordó cómo su madre la acariciaba a ella. Recorrió con la yema de su dedo su diminuta naricilla, sus labios y en ese momento el pequeño bostezo inocentemente y continuó dormitando resguardado en ese confortable regazo. Continuó trazando una línea invisible por sus bracitos hasta llegar a sus manos, y con las suyas las protegió para llenarlas de calor. Lentamente bajó y acarició su tripita hinchada, a lo que el pequeño respondió con un gemido de dolor que su madre hizo desaparecer besando cariñosamente su mejilla. Despacio, siguió surcando sus delgadas piernecitas y llegó a sus piececitos, tan diminutos como la palma de su mano.

-Mi vida-le murmuró al oído.

El torso del pequeño subía y bajaba lentamente al compás de su respiración y tras deleitarse con el olor a "mamá" que desprendía el vestido sobre el que dormía, intentó agarrar entre sus deditos los pliegues de la tela y abrió pacientemente sus ojitos negros y regaló a su madre una mirada de amor tan fulminante que durante ese segundo el mundo se detuvo.

Entonces quiso decirle a esa mujer que le sostenía sonriendo lo mucho que la quería pero no encontraba la manera de hacerlo, y al verla tan feliz imitaba la forma de su boca, simulando sonreír y a ella, al verle, se le inundaba el cuerpo de armonía.

Pero el hambre, monstruo insensible y destructor de ese armonía hizo acto de presencia y de los ojos del pequeño brotaron ríos de tristeza pidiendo a gritos un poco de alimento, mientras su tripita hinchada crecía lentamente y también lo hacía el dolor. Y su madre intentaba en vano amamantarle pero sus pechos estaban secos por no haber comido durante semanas.

Entonces suavemente le mecía, y cantaba canciones que hablaban de niños jugando en los campos y de soles que se enamoraban de lunas...y el pequeño olvidaba que su diminuto estómago estaba agonizando por dentro y se quedaba quieto, observando lloroso cómo su madre le miraba amorosa y hablaba de un modo diferente, eclipsándole con su voz aunque él no comprendiese nada de lo que decía.

Día tras día sucedía lo mismo, y mientras "mamá" cantaba canciones, el cuerpecito del pequeño se deshacía dejando que su piel se aferrase a sus huesecitos.

Una mañana al acariciar su pequeña cabeza la sintió fría, y al recorrer su naricilla y sus labios los notó helados, y al bajar y tocar su hinchada tripita la sintió inmóvil, y al trazar la línea por sus piernas las notó vacías... y el único instante de vida que hubo fue un torrente de lágrimas de madre cayendo sobre la piel yerta de un hijo.


Seguro que hace unos minutos, ayer, hace una semana, hace 15 días, te miraste al espejo y deseaste ser más delgado, más musculoso, más atractivo...y ese día te sentiste mal comiendo ese postre, dejaste la mitad del plato sin comer, cambiaste la magdalena por la barrita energética...

Mientras tú vivías esa odisea un bebé pedía a gritos un poco de alimento y moría días más tarde.

Ahora pregúntate, ¿te sientes estúpido verdad? ¿te sientes mal verdad? ¿Egoísta sería una buena forma de denominarte?

Crees que tus problemas son los peores del mundo y olvidas que día a día puedes COMER, BEBER, DORMIR EN UNA CAMA, y darte lujos tales como escuchar música, comprarte ropa, ir al cine, e incluso tener un ordenador para poder escribir un blog como ahora mismo estoy haciendo. Sí, me siento egoísta y aún así me derrumbo cuando tengo un problema, cuando los míos son insignificantes.

En las palabras reside la salvación del mundo, a veces los escritos no tienen que hablar de amor y felicidad y deben concienciar y romper las burbujas de" mundo perfecto".

Sé que dentro de media hora volverás a mirarte en ese espejo y volverás a obsesionarte con tener un cuerpo perfecto, y mirarás a los demás centrándote sólo en sus defectos para compararte físicamente con ellos y sentirte mejor.

Y olvidarás que los que se mueren de hambre no conocen qué es la anorexia o la bulimia,y si lo supiesen, llorarían al conocer que existen enfermedades así cuando ellos darían sus vidas por no ver morir a sus hijos de hambre.

TEN CONCIENCIA DE LO QUE OCURRE EN EL MUNDO Y MUÉVETE,

UNA PERSONA = DOS MANOS,

6.500 MILLONES DE PERSONAS = PODEMOS CAMBIAR EL MUNDO

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