miércoles, 31 de diciembre de 2008
Feliz Año
Es como cuando te quedas como absorto mirando a la dependienta que te está envolviendo un regalo, más que a ella, a sus manos, porque te hipnotiza con su forma de colocarlo, doblar el papel, pegar el celo, cortarlo...
Como cuando huele a churros y sin saber porqué sientes que estás en una feria llena de gente y de atracciones.
Bueno, había olvidado decir a qué vienen estas respuestas, es que ha venido un niño de Marte y me ha preguntado por qué nos emocionamos al empezar un año nuevo.
Y he pensado que la mejor respuesta era definir lo que te hace sentir la propia vida cada instante, para así poder decirle que el hecho de que algún dios que vive por arriba nos entregue un calendario recién salido del horno, es para nosotros un cúmulo de sensaciones que estallan cada milisegundo.
Estrenar otro año es pensar que tenemos 365 nuevos días, que podemos proponernos mejorar ya que tenemos una fecha significativa. Un nuevo año te invita a aprender de los errores, te empuja a cambiar aquello que no te sirvió para ser feliz, te anima a no rendirte, te dice que quizás alguno de estos 365 días, se cumpla tu sueño te convertirte en superman o en superwoman.
El niño de Marte me ha preguntado por qué lo celebramos por todo lo alto, si luego se nos olvida seguir disfrutándolo mientras lo usamos.
Le he dicho que el defecto del ser humano es olvidar que puede ser feliz si se lo propone.
Le he contado que necesitamos ayuda constante para cuidar nuestra felicidad.
Me ha dicho que tenía prisa, que ellos el año nuevo lo celebran devolviendo a la Tierra todos los globos que durante el año anterior se les fueron escapando a los niños humanos.
Se ha ido guiñándome un ojo.
Feliz Año a todos.
martes, 30 de diciembre de 2008
NO HUNGER
Yo he firmado. Yo quiero luchar junto a Al Gore.
¿Luchas con nosotros? NO HUNGER
http://www.pideseloaalgore.org/index_es.php#/pideselo
martes, 23 de diciembre de 2008
Hasta Pronto [*]
lunes, 22 de diciembre de 2008
Todos podemos ser Anfélixas
sábado, 20 de diciembre de 2008
miércoles, 17 de diciembre de 2008
Vida
viernes, 12 de diciembre de 2008
El enanito del metro
Lleva de bufanda una hebra de lana y se tapa la nariz para no coger catarro.
Usa de zapatos dos tuercas de pendiente, pero suele ir más descalzo, dicen que así corre mejor entre la gente.
Como siempre estaba solo, se hizo amigo de las pelusas y de los chicles pegados en las aceras.
Dicen que siempre les invita a cenar a casa, pero que unos se marchan en cuanto sopla el viento y los demás se quedan callados y nunca quieren cambiar de aires.
Su mascota es una polilla que va con el a todas partes y cuando llueve se esconde, tendrá miedo a los truenos.
Su pasatiempo preferido es observar a los viandantes, pues le gustaría tener, como ellos, unos metros más.
Para ver el sol más de cerca, para oler el aire caliente de las pizzerías, para tener amigos con ojos debajo de la frente, para sentir cómo se escapa la vida entre trenes, móviles, copas y camas vacías.
No le gustan las cabinas telefónicas, se quedó encerrado en una.
Su peor pesadilla, son los fregaderos.
Y el sueño de su vida, cambiar la botella por las manos de una mujer.
Porque sabe, de oídas, que es el lugar más cálido, reconfortante y placentero del mundo.
Le gustaría perderse entre los dedos y tirarse dos horas decidiendo en que lugar de la palma quiere dormir.
De momento dibuja espirales en el cristal cuando fuera hace mucho frío y se pregunta qué sucedería si de repente el planeta girase al revés.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
No hace falta título
domingo, 7 de diciembre de 2008
Pequeña, pequeña, pequeña
Me gusta que me cuentes historias que escuché hace años y no decirte que ya me las sé.
Y también conocer las historias nuevas y las que no te inventas.
Me gusta que me preguntes continuamente "¿estás bien?"
Y decirte que no para que me abraces.
No me gustan, me encantan tus ojos.
Porque me dicen la verdad cuando tú no te atreves a decirla, por si hace daño.
Que con el paso de los años sigamos pensando en un futuro de dos.
Que no seamos dos, sino uno más uno.
Me encanta el olor que dejas cuando te vas.
Que seamos amantes y tras un parpadeo seamos niños.
Y cambiemos las caricias por un pulso (aunque nunca gane yo).
Que me susurres muy bajito al oído....y no escuche nada.
Y me enfade y me escape de la cama.
Y cuando ya casi salga de la habitación....se oiga de fondo...junto al jazz de un saxofón...
"pequeña, pequeña, pequeña..."
Si fuera anciana
Y esos zapatos que siempre son feos, pero eso no importa, son tan cómodos que parecen cojines.
Y me pondría toquilla cuando hiciese frío.
Me gustaría reír como ríen las ancianas, con voz de mujeres que saben mucho de la vida.
Saben hacer todo, todo lo importante.
Si fuera anciana enseñaría mis arrugas con orgullo, porque cada una representa 1000000 de sonrisas, de buenos momentos y de alegrías.
Con mis patas de gallo.
Y mi pelo cano. Suave y blanco que diga cuánto he sufrido y cuánto he llorado.
Pero que también muestre las veces que lo acariciaron con amor.
Quiero ver mis piernas cansadas, de tanto camino recorrido.
Y mis manos surcadas, que digan cuánto escribí.
Y cuánto apreté otras cuando necesité ayuda.
Quiero ser anciana para tener los labios más pequeños. Y al mirarlosreflejados en un espejo, poder contar los besos que me dieron y los que me robaron.
Los que regalé y los que dejé prestados.
Me gustaría ser de esas que se siguen queriendo con el paso de los años.
Que cambiaron la regla por diabetes y el champán con fresas por sobaos.
Que dejaron de buscar el amor, porque lo encontraron.
Y si no lo hicieron no pierden todavía la esperanza.
De esas que van al médico sólo para regalarles una caja de bombones.
Que dicen que todos los bebés que ven son guapos.
Que se sientan en los bancos a ver como los demás no se dan cuenta de que se están perdiendo las pequeñas alegrías de la vida.
Que aún creen que, dando de comer a las palomas, se salvan vidas en el mundo.
Si fuese anciana, sentiría que la vida es maravillosa en todos los sentidos, aunque te juegue malas pasadas.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
No me rendiré
Cuando está en juego ese sueño tan perseguido durante años.
Cuando sabes que aunque fue duro y costoso el camino, al final tuviste su merecida recompensa.
martes, 2 de diciembre de 2008
Cosas de dos
domingo, 30 de noviembre de 2008
Cuando éramos jóvenes
sábado, 29 de noviembre de 2008
Siento. Soy. Diente de León.
martes, 25 de noviembre de 2008
Por, Para, Desde, Hacia ti, siempre
Y hoy, después de tanto tiempo, volvemos a escucharla y esta vez sí, si nos la creemos, si es nuestra y si no, gira la cabeza y mira todo lo que ha llovido.
Para ti, Miguel.
Gracias.
Porque siempre estás
Cuando toca reír
Cuando toca llorar, conmigo.
Porque siempre me das lo mejor de ti
Y no esperas que yo haga lo mismo.
Porque entre tú y yo siempre hay algo ahí
Que nos mantiene unidos
Porque el corazón sabe distinguir
Entre lo sano y lo podrido
Porque ayer y hoy somos tan iguales siendo tan distintos
Si tú vas yo voy si yo voy tú vas siempre a nuestro ritmo...
Porque no te escondes
Porque me levantas
Cuando estoy rendido
Porque me respondes
Cuando me haces falta
Porque eres mi abrigo
Cuando llega el frío cuando llega el frío...
Porque das la cara por mí
Porque puedo contar contigo
Porque siento que estás ahí
Porque todo lo compartimos
Porque siempre queda un lugar
Que todavía no descubrimos
Porque lo nuestro sigue igual
Y mira todo lo que ha llovido y mira todo lo que ha llovido...
Porque tú sabes escuchar
Porque te gusta charlar conmigo
Por todo esto y por mucho más
Tu eres mi amigo...
lunes, 24 de noviembre de 2008
La mujer que seducía a los girasoles
domingo, 23 de noviembre de 2008
Delirios de un domingo al alba
viernes, 21 de noviembre de 2008
Más allá de la relatividad...
Y ese momento llegó y escuchó maravillado cómo aquel señor lo sabía todo, o casi todo. Un ingeniero de pies a cabeza.
Y con qué ganas quería empezar a estudiar, a conocer las leyes del mundo, la verdad más allá de las creencias...
Pero por dentro sentía...sentía que su corazón se había dado la vuelta y no sentía.
Y él no entendía qué estaba ocurriendo.
Lo había conseguido, había entrado en la carrera, su sueño iba a cumplirse, pero a medida que pasaban los días y las clases, veía como algo dentro de su pecho se negaba a aceptar aquello.
Entonces, un día, recogió su cuaderno y su pluma y se fue. No volvió.
Pasaron lista y su voz no volvió a resonar diciendo "Yo".
Porque supo, antes de que fuera tarde, que un poeta no puede aceptar un mundo que no ve.
Porque las matemáticas, la física o la química son ciencias esenciales para poder vivir.
Pero no te hacen sentir plenamente humano.
Porque no te enseñan a luchar por un ideal, a emocionarte con una caricia cuando hace frío, a comprender una mirada que quiere decir muchas cosas en muy poco tiempo o simplemente, a sentir amor.
El corazón no entiende las ciencias exactas, por eso es reversible, cambiante, fluido...
Y un poeta necesita soñar más allá de la relatividad.
jueves, 20 de noviembre de 2008
Caprichos del destino
lunes, 17 de noviembre de 2008
Padres, Madres...Hijos
domingo, 16 de noviembre de 2008
Posdata
Qué difícil es...amar.
O por lo menos amar sabiendo que es demasiado pronto para quererse demasiado.
Has vuelto y encima me haces feliz...¿cómo lo haces?
Lo bueno de todo esto es que ya no tengo miedo a nada, gracias a ti.
C.P: 88888
Querido tú:
Este mes está resultando, como siempre, nostálgico, deprimente y solitario. Pero bueno, como siempre dicen, uno debe ser optimista asi que pienso que sin noviembre no hay abril.
No te echo nada de menos, pero nada, nada. Será porque no te veo, porque no hablamos, porque me entero por rumores de que se te ha visto con otras, porque me demostraste poco antes y ahora lo reafirmas. No te culpo, la culpa fue mía por darte demasiado y malcriarte. Que ingenua de mí, aquellos días, cuando te preguntaba si yo era especial para ti; me respondías que sí, que no tenía por qué preguntarlo y luego colgabas el teléfono y olvidabas mi cumpleaños, nuestra cita, mis alergias o alguna manía tonta como que no me gusta beber vino.
Explícame entonces...es una curiosidad...¿por qué te atreviste a decirme que me querías?
Que manera más tonta de malgastar una palabra. Decir te quiero no puede ser algo que se diga demasiado y a todo el mundo, pues pierde valor. No se puede querer igual a todo el mundo, y la gran verdad es así, cuando se quiere cuesta decirlo, por eso sale poquitas veces pero con mucha fuerza.
Te escribo esta carta que nunca leerás, sólo porque necesito poner en orden mis prioridades. Por fin sé que es cierto, te estoy olvidando y no he tenido que hacer nada. Sólo dar voz a mi yo racional. Algunas veces me asaltan pensamientos y tengo miedo. Pienso que por tu culpa ahora me da miedo confiar en el amor y me vuelvo obsesiva, calculadora, sopeso las palabras antes de hablar, ¡incluso los versos antes de escribirlos! Como Juan Ramón Jiménez corrigiendo sus poemas antiguos para llegar a la perfección...¡no por favor! No quiero ser eso.
Quiero enamorarme tanto que no recuerde cómo se camina, de tanto flotar y flotar.
Y los batacazos emocionales...bueno, bien dicen que se aprende a sufrir a amando y a amar sufriendo.
Qué cosas...
Hace sol, he desayunado chocolate con fresas y hace un rato que The Cranberries cantan en mi salón.
No vuelvas, ni como amigos porque me arriesgo a caer de nuevo. Déjame seguir.
Un abrazo.
viernes, 14 de noviembre de 2008
How wonderful life is now you're in the world
jueves, 13 de noviembre de 2008
España: Así nos va
No lo entiendo.
Hubo republicanos asesinos. Sí.
Hubo fascistas asesinos. Sí.
Hubo inocentes que murieron sólo por pensar diferente. Sí. Y de los dos bandos.
Pero aquí nadie habla de la guerra, aquí se habla de los que vencieron e instauraron su régimen.
De los que asesinaron, torturaron, reprimieron, forzaron, destruyeron y amordazaron para mantener el control, para arrasar con aquellos que se negaban a dejar de ser libres.
Piensa durante unos minutos en tus padres.
Ahora imagina que fueron fusilados y sus restos están reposando en fosas comunes localizadas.
¿Sientes dolor?
Así se sienten cientos y cientos de hijos y sobrinos que sólo desean dar un sepulcro digno a los restos de sus seres queridos.
Si hay gente que llora recordando, también hay gente que llora porque jamás podrá recordar, ya que alguien apretó un gatillo y se llevó los recuerdos demasiado pronto, demasiado pronto para poder recordar.
Y esto no lo digo por tener los ideales que tengo, que también. Sólo hay que ser justo.
Si la República hubiese ganado esa guerra, sabemos de sobra que también hubiese habido represión para el bando fascista (seguro que no tan cruenta, pero ahí ya me meto en subjetividad...) y hoy en día, si un hijo de un soldado nacional pidiese recuperar los restos de su padre fusilado, ¿alguien se atrevería a negárselos? ¿acaso alguien tiene tan poca humanidad?
No hablamos de ideales ni creencias, sólo de justicia.
El hombre que mata es asesino, sea la causa que sea, el fin o el ideal.
Por lo tanto...dejémonos de izquierdas y derechas, de remover el pasado o dejarlo reposar...y pensemos en lo que realmente importa, honrar a los que se fueron cuando todavía tenían mucho por vivir.
Puedes ser republicano o franquista, pero no puedes obcecarte en lo que crees.
Porque hay que promover la tolerancia...pero hay cosas que no se pueden respetar.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
Mundo real
Él era ciego.
Y esta no era la típica historia de amor en la que uno veía y el otro hablaba.
Sencillamente ellos eran felices.
Tenían un bebé acondroplásico.
Y una hija mayor que iba en silla de ruedas y se había quedado embarazada.
La madre de ella era deficiente y el padre de él, era esquizofrénico.
Los abuelos fueron prisioneros de guerra y la hermana de él, fue una mujer maltratada.
Un primo segundo de ella vivió el Holocausto en Berlín.
La mejor amiga de su hija era judía y lesbiana.
Sus vecinos del cuarto derecha eran del Atleti y la rumana que regentaba la tienda de comestibles había dejado 4 hijos de 3, 4, 6 y 9 años en su país.
El guatemalteco que vendía revistas en el kiosco decía que conoció a Rigoberta Menchú y un africano de dos metros 15 le escuchaba contar historias interminables.
Un comunista se escondía en el sótano del edificio y una anciana de 96 años le bajaba todas las mañanas sobaos y leche caliente.
Un día llegó un hombre al barrio haciéndose llamar "el presidente de los EEUU...".
Nadie le hizo caso.
¿Acaso él por ser él era más importante que cualquiera de los que he nombrado?
Poder...¿acaso es necesario?
No lo sé...quizás no todo el mundo tenga la vida que quisiera, pero por lo menos disfrutan haciendo lo que hacen.
Puedes no tener vista y no verás la belleza del cielo.
No poder hablar, o peor, no poder reír porque nunca escuchaste a otros hacerlo.
Puedes medir un metro o estar postrado en una silla de ruedas que te impida echar a correr.
Puedes tener un hijo a una edad muy temprana y ver chafada tu idea de estudiar, trabajar, salir, etc.
Puedes no ser cómo los demás, ser diferente. Haber sufrido o haber disfrutado la vida.
Haber nacido en un país libre y rico o en uno que se muere día tras día.
Puedes vivir encerrado o creer que la muerte no es final, sino el siguiente paso.
No vayas por el mundo imponiendo tus ambiciones al resto, porque nadie tiene tus mismos sueños, pero si quiere ser igual de feliz que tú, pero haciendo otras cosas.
martes, 11 de noviembre de 2008
Un abrazo
lunes, 10 de noviembre de 2008
Hasta siempre
Y es como volver a empezar, como intentar seguir, es convencerse de que no te olvidaste nada en la habitación del hotel y salir de allí sin mirar atrás.
No sé, como decirte esto. Espera que lo intente...
Te quiero.
Al final no era tan difícil, pero me daba tanto miedo...
Sobre todo ahora, que sé sin lugar a dudas en que punto nos encontramos.
Yo en el filo de lo imposible, lo inestable.
Sentada en un dedal que hace el pino, mientras tú me das la espalda pensando en qué diccionario se encuentran definidos todos mis desvaríos.
Y muevo mis pies, no llego al suelo.
Me gustaría pedirte la mano y después darte a elegir el lado de la cama, cruzando los dedos para que no escojas el que quiero yo.
Y saber que aunque lo hagas me dará lo mismo, porque dormir a tu lado es como acariciar algodón, oler una cesta de fresas o mirar cómo una abeja bailotea sobre una flor, desconociendo que el polen se irá con ella.
Pero mejor vete, mejor para mí, para ti no lo sé, porque nunca me has dejado claro si soy una frase, un capítulo o una hoja con la esquina doblada en tu vida.
¿Me preguntas qué eres tú?
Déjame pensarlo...¿todas las palabras?
Quizás no merezcas tanto...
Me he dado cuenta...no sé, de que te he dicho que te quiero y no has contestado...
Supongo que me quedo con los dos lados.
Mejor me voy, me llevo el dedal por si me encuentro con otro y a lo mejor se quiere parar a escuchar un ratito mi voz.
Hasta siempre.
jueves, 6 de noviembre de 2008
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Lo que no vemos
- Bien...bueno, no sé cómo empezar. Iré al grano, ¿sabe?, bien...odio a la gente.
- Mmm...continúe.
- Sí, odio a la gente. Soy antisocial. Pero no veo que sea algo malo ¿sabe?. Odio a la gente que me rodea porque no la soporto, no soporto a nadie. Me dan lástima al principio, luego asco y acabo teniendo que largarme del sitio en el que esté porque sino sé que acabaría asesinando a alguien.
Jajajajajaja, bueno, asesinar digo, eso es algo que me encanta hacer.
- A ver, a ver...cálmese, le encuentro excitado.
- ¡No estoy excitado! ¡Qué pasa! ¿Usted también piensa que estoy loco?
- No. No lo está. Soy psiquiatra, por eso ha venido usted a mí ¿no?
- He venid porque quiero compartir con usted mi horrible secreto.
- Bueno, pero usted quiere curarse ¿no?
- ¡Que no estoy enfermo! ¡Me gusta matar!
- ¡Cálmese y vuelva a sentarse! A ver, haremos un listado de cosas que le molesten de la gente, así sabremos por donde empezar. Dígame cosas que le causen molestia de los demás, no se limite a físico o comportamiento, diga todo lo que piense.
- Vale. Pues odio que me rocen en el metro, me agobia muchísimo. Odio a los chinos y a los de raza negra, a las mujeres teñidas de rubio, a los niños pequeños y a los adolescentes. Odio el olor a menta. No me gusta ver a alguien tocarse la nariz, o chuparse la mano y luego tocar un botón de un ascensor, o una barra de un bar, o tocar algo que yo voy a utilizar después. No me gusta que se sienten a mi lado, que me sonrían, que me pregunten qué tal estoy o qué hora es. No me gusta la gente que habla alto, ni la forma de vestir de las mujeres, con sus tacones, sus escotes, sus pendientes y ese asqueroso carmín rojo.
- Sí...
- ¡Odio a las mujeres! Pero odio más a los hombres, porque están gordos, o les apesta el aliento, o se te quedan mirando sin venir a cuento, ¿sabe? me dan ganas de apretarles el cuello y no parar.
- Escuche...
- Odio a los cerebritos y a los analfabetos. Odio a la gente normal y mediocre.
- ¿Usted se considera superior al resto?
- ¡Desde luego! Soy mucho mejor que un maldito peón de obra, por ejemplo.
- ¿Entonces es usted muy clasista?
- No, porque también le odio a usted por creerse Dios ahí sentado en su estúpida butaca soltando sus estúpidas frasecillas, sólo porque cobra mucho más que yo.
- A ver, volvamos al principio e intente...
- ¡Cállese! ¡A mí nadie me da órdenes! Estoy harto de este mundo con sus reglas y normas y mierdas. ¿Yo soy libre sabe? Quiero irme de aquí.
- Puedo ayudarle.
- No no puede ayudarme, ni usted ni nadie y seguiré asesinando gente ¿sabe?, porque nunca me pillarán, mi papel en la sociedad es demasiado estable y perfecto.
- Pero...
De repente se abrió la puerta y una menuda mujer de unos 36 años asomó la nariz diciendo:
- ¿Doctor Shall? Su primer paciente ha llegado ya, ¿le dejo pasar o espero un momentito?
- Oh sí, Mery, adelante, espere que guarde unos papeles y la aviso.
El Doctor Shall se levantó de la butaca y con cuidado se colocó el cuello de la camisa. Buscó su reflejo en el espejo de la pared, con cuidado se arregló la barba y después se metió la camisa en el pantalón. Con tanto paseo, levantándose del diván y sentándose en la butaca una y otra vez, había acabado sudando y con la ropa fuera.
Se sentía eufórico, pero lo que más le hacía disfrutar era la sensación de que sólo él sabía la verdad, su verdad.
Volvió a poner el cojín que había lanzado contra la ventana mientras gritaba que odiaba a las mujeres.
Se arregló la corbata. Colocó con cuidado los folios sobre la mesa.
Dibujó su mejor sonrisa y tras ponerse su bata blanca, abrió la puerta.
- Buenos días señora Patten. Bienvenida. Está usted muy guapa hoy.
- Gracias doctor...usted sabe cómo tratar a una mujer, sin duda.
Y mientras cerraba la puerta tras de sí, el doctor Shall cerró los ojos, como si estuviera saboreando esa sensación de odio que comenzaba a emanar por cada poro, pelo y uñas de su cuerpo. Después, girándose lentamente, abrió su cuaderno de pacientes y marcó un tic en el número uno.
- Tengo muchísimos problemas que contarle doctor...no sabe usted lo mal que estoy - decía la señora Patten mientras sacaba de su bolso un pequeño paquete de chicles de menta.
- Tranquila mujer - respondía él con una agradable sonrisa - ¿qué hago yo aquí entonces si no es para ayudarla a usted?
lunes, 3 de noviembre de 2008
Gracias de nuevo, Ismael
De esos pensamientos que te asaltan de repente, apareciendo primero como palpitaciones confusas en el corazón.
Y necesitas pensar o llorar o pasear...o un abrazo de papá o de mamá.
¡Somos humanos!
Y como siempre, tras desahogar mis inquietudes profesionales con papá, mis desvaríos emocionales con ese amigo que nunca se aleja, he puesto el lazo final a esta tarde de noviembre con mi amante por palabras, aquel que me enamoró con su voz y su pluma, con su guitarra y su corazón:
Ismael Serrano.
Si tuviese que cubrir totalmente los deseos de mi corazón debería escribir unas 30 canciones ahora.
Pero como me gusta elegir una entre muchas, hoy me quedo con ésta...que, como siempre, ha conseguido relajar mi ansiedad, mis miedos y encender vestigios de luz en mis entrañas...
Preciosa.
Al escucharle consigue trasladarme a esa Edad Media de los cuentos de princesas, como ese trovador colgado de un árbol que canta para nadie...para mí.
http://www.goear.com/listenwin.php?v=fc4bc2f
Y ahora te miro tras tantos años.
domingo, 2 de noviembre de 2008
Sólo un consejo...
No dejes que nadie te juzgue por elegir mal sin haberse parado a escuchar tus motivos.
No tengas miedo a equivocarte.
Sé realista.
Sólo los que viven la vida al 100% pueden permitirse el arrepentimiento.
Es mejor arrepentirse de algo que has hecho.
Arrepentirse de algo que NO hiciste es una espina que jamás se desprenderá de tu alma.
Vive el presente, por si no hubiese futuro.
Vive el presente, para el futuro.
Vive.
Hazlo de tal manera...
Que nunca sea demasiado tarde
Para decir te quiero, para pedir perdón, para marcharse, para volver, para empezar otra vez...
Para continuar.
sábado, 1 de noviembre de 2008
Habitación 103
Por mucho que intente definirlo no encuentra la palabra exacta, ese afortunado puñado de letras que pueda expresar lo que ahora mismo está sintiendo, mientras abre los ojos despacio...muy despacio, pestañeando suavemente, saboreando el olor que cubre la almohada, las sábanas y su propio cuerpo.
Su cabello ondulado cae sobre la cama, extendiéndose como las olas del mar sobre la arena, sus piernas desnudas acarician el tacto del somier y, tumbada boca abajo, puede sentir todos y cada uno de los poros de su piel despertando.
La luz del sol se cuela por las blancas cortinas y el aire fresco que queda despues de la lluvia intenta curiosear, filtrándose por las rendijas de la ventana.
La habitación en calma parece imperturbable. Parece incluso que Madrid por un momento huele a sal y lo acuna un mar frío y cientos de paradisiacas palmeras.
Se podría decir que aquello es el cielo.
El oxígeno reacciona con millones de moléculas de amor, moviéndose de aquí para allá, uniéndose, rompiéndose, fusionándose.
Y antes de que ella pueda incorporarse, una mano grande y cálida toca su espalda, con cuidado, como si fuera a acariciar una pompa de jabón. Y siguiendo la línea que dibuja su columna sube hasta su cuello, y después, sólo siente el calor y la intensidad de unos labios mojados, empapados de agua, y un susurro "Buenos días melocotón...".
Se gira hasta encontrarse con sus ojos.
Es inexplicable.
Nada ni nadie diría que el mundo no es un lugar maravilloso para vivir.
martes, 28 de octubre de 2008
Un beso
domingo, 26 de octubre de 2008
Amigos - Asos
Y menuda razón tenía aquella mezcla entre pulpo y mujer llamada Úrsula que le robaba la voz a la preciosa pelirroja aventurera.
A veces la vida nos pone en aprietos emocionales. A veces temes actuar por miedo a no hacer lo correcto, me refiero a tomar decisiones que pueden traer consecuencias desconocidas, o caer en situaciones que para ti son vivencias y para otros errores.
Los amigos están ahí para guiarte.
Una persona que siempre te dice "Sí" o "¡Que bien!" cuando le consultas dudas que te persiguen, no es un amigo. Porque no le importa lo más mínimo que te puedas equivocar y sufrir, no le preocupas en absoluto.
Un verdadero amigo se enfada contigo si no le gusta lo que haces. Intentará comprenderte, pero te recordará cosas que para nada se acercan a tu visión rosa del mundo. Pero es así, quién bien te quiere te hará llorar.
Nadie busca encontrar una amistad basada en el "yo te hago feliz siempre, diciéndote lo que quieres oír, sin decirte nunca la verdad, así cuando te metas el castañazo también estaré ahí para verte llorar".
No...
Queremos una amistad que no nos juzgue, que no malinterprete nuestros sentimientos o pensamientos, que comprenda que somos una olla a presión en la que burbujean cientos de hormonas e impulsos, que sepa que estamos vivos, que nuestro corazón es como un ente vivo que cada día se despierta de un humor, o con un sentimiento.
Que nos diga lo que no queremos oír.
Que sonría cuando nos vea disfrutar.
Que nos crea cuando le digamos que vamos a estar en pie.
Que nos mire a los ojos, y se ilusione con nuestra alegría más insulsa e insignificante.
Dos personas que fuman porros juntas no son amigos.
Que cantan, se abrazan y saltan juntos cuando están borrachos.
Que se provocan para realizar malos actos, que se mueven por envidia o materialismo.
La sociedad, por comodidad, utiliza el denominativo amigo con una facilidad pasmosa.
Y es erróneo.
Tener el título de amigo es costoso y gratificante, y al igual que un título real, lleva tras de sí un continuo de esfuerzos, horas aplicadas, sudores y penas, risas y felicidad. Eso es la amistad.
Y si te paras a pensarlo tendrás realmente pocos amigos y todos muy distintos entre sí.
Y luego muchas personas que están ahí, a las que tú también llamas amigos, pero sabes que sólo son conocidos, gente que aprecias o con la que puedes hablar.
Deberían inventar una palabra nueva, "asos", por ejemplo (es lo primero que me ha venido a la cabeza) para designar a todos aquellos que están ahí pero no han conseguido el verdadero título.
Quizás voy a crear moda con esto. (No creo, ni que mi blog lo leyera alguien de la Real Academia Española).
Hoy me apetecía reflexionar sobre mi entorno.
Y como tantos domingos le doy al botón "Publicar entrada" con una sensación de bienestar.
Tengo mucha suerte, tengo muchos amigos y son de esos que también me hacen a veces llorar.
miércoles, 22 de octubre de 2008
Cosas que me gustan del metro
¿no? Hoy no toca filosofar...
Me gusta el olor de la lluvia, el olor del pan caliente, y más el olor del pan caliente cuando también huele a lluvia. Y el calor humano del metro cuando allí afuera hace tanto tanto frío...
También me gustan los ancianos que visten en vaqueros, y si también se ponen zapatillas de deporte me gustan más.
Me gustan las madres que llevan despeinados a sus hijos, y les visten con colores que no combinan, me gustan los bebés que chupan las barras del metro...
Y los señores que tienen cara de bondadosos porque van ausentes esperando que llegue su parada mientras ponen una media sonrisa, porque se les encuentra pocas veces entre los pasajeros, esos pasajeros que ponen cara de asco cuando te miran.
Me gustan los matrimonios, de esos que llevarán casados toda la vida, porque el marido susurra "siéntate" al ver un asiento vacío, y la esposa le responde "que no que no que voy bien", y él se queda pendiente, observándola, esperando que ella le pida algo para dárselo al momento.
Me gustan los niños de 13 años que por primera vez van al instituto, y les brillan los ojos porque se sienten adultos cogiendo solos el metro.
Me gusta ir en silencio, y ver como contorsionistas desconocidos doblan sus cuellos, vencidos por el sueño, porque parece que van a romperse de un momento a otro.
Y mirar fijamente a alguien, porque sabes que te mirará y al segundo mirará hacia otro lado, pero al segundo volverá a mirarte esperando no coincidir otra vez, y si coincidís, esperará otro rato...y luego volverá a mirar.
Me gusta la gente que va leyendo el periódico al de al lado, y también los que escuchan las conversaciones de los demás. Podrías inventarte una vida, decir que eres millonario y que se te ha estropeado el yate, pues por unos instantes te sentirás importante pensando que esa viejecilla de anteojos diminutos cree que es verdad.
Me gusta pensar que mientras yo estoy aquí, en otros trenes, a otras horas, otras gentes viajarán, irán y vendrán...con sus vidas metidas en los bolsillos.
Me gusta equivocarme cuando juzgo a alguien por su aspecto, porque a veces (que tonta soy) me olvido de que detrás de un estilo de vestir, un peinado, un maquillaje o una forma de hablar, hay mucho más que no se ve a simple vista.
Me gusta...que no me guste nada madrugar.
Porque cuando llego al tren se me olvida todo al ver a otro viejecillo con vaqueros.
sábado, 18 de octubre de 2008
¿Qué se dirá aquella pareja?
No me importa nada, nada más, si estoy contigo.
Nada más que no sea mirarte tontamente sin motivo.
Me gustaría vivir un cuento idílico, donde tu seas el calor y yo un abanico...de encajes.
Tu la flor, yo las abejas. Y si sigo con metáforas me dejas...no te gustan las cursilerías que puedo inventar por molestar...
Ríes...y el mundo no se detiene, dejémonos de tonterías, lo único que ocurre es que me enciendes las pupilas, las mejillas...mi propia vida,
se detiene porque ríes cuando me miras, y yo me río porque me hace gracia como se enrojece tu naricilla.
Sí. Cómo quisiera colgarme de tu mano todos los días y esperar a que venga alguien que nos diga "despídanse ya...", porque tú y yo solos no sabemos ni contar 1,2,3... ¡y qué le voy a hacer! si mi cabeza se vacía para llenarse de adjetivos que te describan.
Bésame...
Y cierra los ojos conmigo, que aunque sepa que esto no es "Romeo y Julieta", sé a ciencia cierta que si tú te vas...me iría contigo.
jueves, 16 de octubre de 2008
De tren en tren.
martes, 14 de octubre de 2008
Desvariando en mitad de octubre
¿Qué dices? ¿Qué me dices corazón?
¡Dios mío me había olvidado de ti!
Pareces hambriento...toma, come....¡cómete el mundo!
Y luego descansa...te avisaré si llega alguien.
Ah, ¿que no te moleste nadie? ¿y si es importante?
Bueno, si tú lo dices...
¿Sabes corazón? No sabía que existía alguien que sin avisarme antes pudiera despertarte.
¿Cómo dices que se llama?
¿Qué? ¿Cómo? ¿Todavía no lo sabes?
Escribiré una nota y la meteré en un globo....
"Ven pronto...¿vale?"
domingo, 12 de octubre de 2008
Yo creo en los niños que adoptan elefantes
jueves, 9 de octubre de 2008
Lejos, muy lejos de la ventana.
viernes, 3 de octubre de 2008
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Me dices adiós con un guiño, con la mano, con un abrazo inesperado, con una sonrisa, con risa, con resignación, con ilusión.
Me gusta ver como te alejas porque sé que no lo haces para siempre.
Me gusta que me guste todo de ti, hasta lo que no debería...gustarme.
miércoles, 1 de octubre de 2008
Punto seguido. Nueva humanidad.
Quién se lo iba a decir...a sus 79 recién cumplidos, que se iba a encontrar ahí. Antes de subir pensó que si siendo niño hubiese sabido que un día viajaría en una nave espacial, habría pasado toda su vida ilusionado, al fin y al cabo iba a cumplir su sueño, pero los motivos reales le causaban tanta angustia que ese recuerdo, él rodando metido en una caja de cartón, se desvaneció en cuestión de segundos con los gritos de los soldados.
Mientras ascienden piensa que su vida ya no tiene ningún sentido. Sus raíces se quedan ahí sepultadas. Una voz metalizada da instrucciones, pero parece que nadie escucha. Surcar el cielo parecía algo maravilloso cuando se recitaba en poesías, pero hacerlo mientras ves cómo tu planeta está muriendo y tú le abandonas...no tiene nada de feliz.
Jesús vuelve a llorar. Las evacuaciones han sido tan rápidas en cuestión de meses que no recuerda cuando empezó todo. Sólo sabe que él siempre tuvo esperanzas en que los ricos y poderosos solucionasen lo que estaba ocurriendo, pero parece que se equivocaba.
Primero fue el agua..., lo cubrió todo. Las televisiones no dejaban de repetir que Islandia, Venecia, ¡Las Islas Baleares!, todo estaba desapareciendo bajo los mares y océanos.
Su mujer le decía desde su mecedora: Jesús...la Tierra se está suicidando...
Y él no sabía si creer a esa anciana ya demenciada o seguir creyendo que era imposible que fuese verdad.
Después llegaron las sequías y lo primero que desapareció fueron los cereales, detrás el ganado, y después miles de ganaderos y agricultores manifestándose por las calles. Jesús lo veía todo por su pequeño televisor, y no daba crédito. ¿Será verdad?, pensaba aterrorizado, y su mujer le repetía que no se que "Gaya" o "Gaia" se estaba vengando por fin de todo lo que le había hecho la humanidad.
El amor de su vida murió a las pocas semanas, unos días más tarde el gobierno envió camiones con bombas de oxígeno a las poblaciones. El aire se estaba acabando.
La televisión dejó de emitirse porque nadie iba a trabajar. La lucha por sobrevivir hizo resurgir la cara más cruel del ser humano: los robos, asesinatos incluso, el hambre, el miedo a lo desconocido...
Jesús se resguardaba en su sillón mirando por la ventana. Hacia varias semanas que el calor era insoportable. En pleno enero y en Burgos había 42 grados.
Quién lo diría...
La voz metalizada ha cesado. Jesús se despierta. La mujer que está a su lado le dice que se desmayó al no soportar la presión. La gente aplaude. Están fuera de peligro dicen.
Lentamente se asoma por el ventanuco de la nave. Todavía se ve la Tierra.
Siente un escalofrío porque piensa en todos aquellos millones de personas que se quedan allí agonizando. África está oculta bajo nubes negras, Europa casi no se distingue, el color marrón se extiende por todos los continentes, no hay nada verde, Colón llora desde algún cielo al ver como el océano se traga América.
Y Jesús llora con él.
Lo hicimos...piensa. Y lleva razón, al final matamos a Gaia cuando ella nos lo estaba dando todo. Y Dios no hizo nada, simplemente se dio cuenta de que si no sabíamos valorar lo que teníamos, era mejor empezar de nuevo con otra humanidad.
En su cabeza retumba la voz de su esposa: "Y cuando llegue ese día no tengas miedo, sólo piensa que al final teníamos razón. A la mierda las guerras, las naciones, los himnos y las fronteras. A la mierda los idiomas, las costumbres y la religión. ¡A la mierda todo! Cuando todos nos vayamos al foso, Jesús, lo único que importará es ser persona y aún así los que tengan buenos gobiernos se salvarán ¡los pobres no!. Maldita sea que no esté yo para vivirlo...A la mierda las leyes que no se cumplen, y las cárceles, y los sanatorios. Los hospitales...las medicinas...¿de qué sirve un economista ahora? ¿eh Jesús? ¿Y un presidente de la ONU? ¡A la mierda todos! Si no sabemos cuidar el planeta de que nos sirve...¿De qué nos sirve estar vivos si no somos conscientes de dónde estamos? Una panda de egoístas es lo que hemos sido Jesús y así nos ha ido...pero por nuestra culpa morirán los únicos seres puros, los animales y plantas...la madre que nos parió Jesús...que pena damos. Por eso no tengas miedo, tú sonríe, y despídete de Gaia con un gracias por todo, porque detrás de nosotros vendrá algo mejor, seguro. Un planeta con nuevo nombre y nuevos dueños. ¿Quién te dice que no fue así alguna vez...?"
Cuando la Tierra ya sólo parece un punto a lo lejos...Jesús sonríe.
Gracias por todo - susurra.
Y la fuerza de su mano se desvanece para siempre...
domingo, 28 de septiembre de 2008
Adela
Juguetea con los pendientes, ordena los bolsos, acaricia los pañuelos y palestinas de colores y si le sobra tiempo, imagina cómo un viajero despistado, un empresario con maletín, un cantautor en potencia, un escritor estancado en su segundo libro, un turista francés...en fin, un príncipe azul llega a su tienda y se enamora al instante de ella.
Sonríe al pensar que lleva fantaseando tanto tiempo, que hasta se sabe las historias de memoria.
Lo más triste es que nunca llegaron a hacerse realidad.
Pero aún así no se rinde, total, imaginar es gratis. Si le cobrasen 20 céntimos cada vez que piensa en su hombre ideal ya habría tenido que hipotecar hasta sus pestañas.
Su cabello negro ya deja entrever algunas canas, su vista ha perdido eficacia pero mantiene el fulgor de una quinceañera en plena adolescencia. Su cara no se esconde bajo capas de maquillaje, simplemente está adornada por un poco de colorete y carmín barato que mancha sus dientes.
Le gustaría parecerse a Angelina Jolie, simplemente porque en el cartel del enfrente donde se anuncia su última película sale guapísima. Hace 3 semanas quiso ser como Nicole Kidman.
Quién se lo iba a decir...cuando su marido decidió que casarse con ella había sido un pequeño error sin importancia y se había fugado con la vecina del primero a Tenerife.
Y allí se quedó la pobre de Adela, en su piso de Madrid, lleno de mugre y de bandejas de comida precocinada.
El mundo podría haberle quedado grande y podría haberse hundido, convirtiéndose en un alma en pena que vagase por las calles gritando a los cuatro vientos que su vida era una mierda sin sentido.
Pero Adela optó por seguir viva.
Sin dinero, sin trabajo, pero con una sonrisa de oreja a oreja.
- Le quería y él a mí no, entonces, ¿de qué me sirve recordarle? - les decía a los camareros del bar que comenzó a frecuentar demasiado.
- De nada señora, y será mejor que vaya terminando su copa de vino que cerramos ya.
Y Adela sonreía, qué bien se le daba, pensando que en casa no estaría tan bien como allí.
Cuando en uno de sus viajes de regreso descubrió el cartel de "Se necesita dependiente" en aquella tiendecita de la parada de metro Bilbao, supo que Dios desde alguna parte estaba intentando decirle algo.
Y entró. Y desde entonces allí puedes encontrarla, con sus deportivas blancas y negras, sus vaqueros de campana, su jersey marrón encima de su camisa roja o a veces naranja, sus pendientes amarillos y su pelo largo cayéndole sobre la espalda.
Se siente guapa aunque sabe que hay mujeres mucho más bella que ella.
La semana pasada, mientras atendía a unas chicas empeñadas en comprar 5 pulseras a 3 euros cada una, por 8 euros, no se dio cuenta de que un hombre de mediana edad se quedaba mirándola desde el cristal.
Ni el lunes. Ni el martes. Mi el miércoles. Ni ayer. Ni hoy.
Pero ahí se queda. Se esconde un poco para no asustarla y la mira, le gusta mucho cómo sonríe.
- ¿Quiere algo?
Y Fernando da un respingo cuando ve que Adela se está dirigiendo a él.
- No...sólo estoy dando una vuelta.
- Debe aburrirse un poco, ya sabe, en mi tienda siempre puede encontrar un poco de conversación y caramelos de menta.
- Oh, gracias...pues vendré...me voy...tengo que seguir...hasta luego.
Y Fernando se ajusta su placa de guardia de seguridad y baja con paso torpe por la escalera del metro.
Qué más se puede decir...no hace falta que relate un final bonito, ni esperado, simplemente es fácil pensar que el amor nunca llega tarde, puede llegar muchas veces, o no llegar nunca. Lo importante es obligarte a pensar que si sonríes...abres muchas puertas y ventanas.
Adela no se parece a Angelina Jolie, ni a Nicole Kidman. Se pinta mal los labios y tiene que comer caramelos de menta para que su aliento no huela mal. Lleva ropa que se compró hace varios años y su cuerpo es el soporte de la flacidez, celulitis y vejez.
Pero cuando sonríe consigue que el mundo se pare...